miércoles, 30 de noviembre de 2011

ROMANCE DEL RELISTO ( II )

--Lo de siempre, Eloy, Dios les cría y ellos se juntan.
--No les juntó Dios, Gaudioso, me parece recordar que fue Jordi Sevilla, uno de los asistentes a los “congresos del cruasán”, de Trinidad Jiménez. Sevilla era el responsable de estudios económicos del Partido y a Miguel Sebastián le habían expulsado del Banco BBVA, donde era responsable de no sé qué estudios.
--Coño con el BBVA! Demostraron sentido común; si lo mantienen en la plantilla, hace tiempo que habrían estado en la misma situación de quiebra que está ahora el Banco de Valencia; o séase, a la luna de su nombre. ¡Qué jodido Sebastián! ¿No se le ocurrió pensar que en ese banco, que ha llegado a las más altas cotas del Sistema Bancario Mundial, las personas de verborrea fácil y sin sustancia, propensos a frecuentes partos de absurdas “paridas” y soñadores de entelequias desmontables, no podían tener permanencia y evolución? Así que le vieron el plumero y le echaron a la puta calle. Emparejaba mal con personas inteligentes.
--Pero resulta que el País le hizo una entrevista a Sebastián el domingo, 21 de Septiembre de 2003, en la que vino a decir: “Sin una sólida propuesta económica, no hay programa”. Esta entrevista le encandiló a Zapatero y se enamoró de él. Después, se hicieron buenos amigos personales; a Zapatero, que no tenía ni puñetera idea de economía, la simpática verborrea económica del Sebas le fascinaba y, además sabía inglés, el muy cabroncete; eso fue determinante. Zapatero solamente babardea, un poco, en el idioma de Moliere.
--La vedad, Gaudioso, según cuentan amigos de ambos, Zapatero se enamoró platónicamente de la simpatía, labia, cultura y conocimientos de economía de Miguel Sebastián y pasaban juntos fines de semana por las tierras de Murcia. Con la cultura que almacena ZP, no es extraño que le acojone un tanto encontrarse con una persona que sabe que “La vida es sueño” la escribió Calderón de la Barca.
--O que las “Coplas a la muerte de mi padre” son obra de Jorge Manrique. Podría haber escrito él las “Coplas a la muerte de mi abuelo”. ¡Qué cosas, ni se le ocurrió! Podría habernos sorprendido y enternecido a los españoles, en lugar de anunciar brotes verdes en una primavera inexistente.
--La cosa es que ZP sigue diciendo que su Sebas es una de las dos personas que más admira.
--¡Coño, Eloy, espero no ser yo la otra! ¡Dios me libre de la admiración de un necio!
--Por ese lado no te ha de llegar peligro alguno, Gaudioso; tú eres mi entelequia personal; ni te conoce.
--¡Gracias a Dios sean dadas, jolines! Me parece haber oído, Eloy, que el día de su victoria electoral le nombró Vicepresidente de Hacienda.
--Es cierto, Gaudioso, fue lo que se dice un “ministro in péctore”; sin BOE, porque, al día siguiente, llamó a Bruselas y le dio el cargo a Pedro Solbes, que ya lo había desempañado en el Gonzalazo. A Sebastián, como una cosa más íntima, le montó la Oficina Económica de Moncloa. Le quiso como musa personal en un asunto en el que estaba “in albis”.
--Lo sé, Eloy, lo sé; pero vino a surtirle de un montón de consejos absurdos que llevaron al Presidente a meter la pata hasta el corvejón; se lo quitó de en medio con lo de su candidatura a la Alcaldía de Madrid.
--Sí; aquello resultó un descalabro cojonudo. Gallardón es demasiado arroz para un pollo como Sebastián.
--A lo mejor, el cabroncete sabía que ZP premia a los derrotados con un ministerio y aprovechó la ocasión. Renunció a la concejalía, que le parecía poca cosa para un íntimo del Presidente.
--Pues, eso debió de ser, Gaudioso; porque le dio la cartera de Industria, Energía, Comercio y Turismo, que no es grano de anís.
--¿Sólo la cartera?
--No, Gaudioso, la cartera con todos los privilegios y prebendas que ésta conlleva; algo así como la corte del rey Luis XIV de Francia. Vamos, un Versalles bien poblado para él solito.
--Si en la Oficina Comercial de Moncloa interfería en todos los ministerios, creando problemas a todos los ministros; figúrate, ahora, con mando en plaza y derecho de pernada; tiene que ser la hostia.
--Pues sí, Gaudioso, venía muy preñado de ideas salvadoras y se puso de parto enseguida: para empezar, regaló dos bombillas de bajo consumo a cada hogar, con el fin de que las gentes se concienciasen en el ahorro de energía y redujesen sus facturas; momento que aprovechó para empezar a subir las tarifas; debe llevar un treinta por ciento, el angelito. ¿No es enternecedor?
--¡Coño, que si lo es! Como la reducción de velocidad a 110 Kms/h. Dijo que reduciría el consumo de carburantes en un 19%. ¡Anda, y que entendía él! Después dijo que se habían ahorrado 93.000.000 de euros en los seis meses. Esos millones los ahorraron los ciudadanos, porque no tenían un euro, por lo del paro, reducciones salariales y congelación de pensiones.
--Esa fue la realidad, Gaudioso.
--Se ha dedicado a subvencionar todo: carbón, molinos de viento, placas solares a las eléctricas y después habla del déficit de tarifa para justificar la subida de los recibos. ¡Qué cara! Después subvenciona unos neumáticos de bajo consumo que no existen, los coches eléctricos, que no ruedan. Bueno, Eloy, para mear y no echar gota. ¡Vaya elemento!

ROMANCE DEL RELISTO ( II )

Sebastián llegó preñado
y va alumbrando sorpresas,
paridas, al por mayor,
decisiones leguleyas,
parto de monte, si acaso,
y chorradas, por más señas.
El caso de las bombillas
fue iluminación de eureka:
compró sesenta millones
a una firma pekinesa;
la dio puestos de trabajo
mientras los nuestros nos merman.
Se las regaló al usuario
pa que ahorrase con Endesa;
lo que no dijo, el tunante,
fue los millones que cuestan
que ya habíamos pagado
con los impuestos de Hacienda.
A escote, entre los usuarios,
hace regalos el jeta;
por cierto, que las dos mías
siguen en tiempo de espera.
Otro pufo, cojonudo,
nos mete con las eléctricas,
lleva ya un treinta por ciento
para equilibrar las cuentas;
pues pensiones y salarios
a un ritmo mayor aumentan.
Este Ministro pedante
sube el gas, rebaja ruedas
que no están en el mercado,
y para pocos, si hubieran;
lo del gas es para todos
que, además, escotaremos
para el descuento de ruedas.
Pero él nos ha bajado
velocidad en carrera
para ahorrarnos unos muertos
y respetar las cunetas.
Ésta, dice el mamangurrio,
es una buena receta;
ya ahorró noventa millones,
según le salen sus cuentas,
y no le alcanza al relisto
que son las tarifas nuevas
del gasóleo y gasolina
quien vacía carreteras.
El precio del carburante
nos deja el coche a tres velas,
que son las que alumbrarán
por la tarifas eléctricas.
Justo, dentro de tres años,
y si Dios no lo remedia,
Sebastián será enchufado
en el Consejo de Endesa.
Se prepara el chollo padre
con el costo a nuestra cuenta.
Son asuntos de relistos;
tenía razón su abuela.

(Madrid, 2 de Mayo de 2011)

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