jueves, 29 de septiembre de 2011

ROMANCE DE LEIRE PAJIN ( I )

--Oye, Eloy, estuvo bien lo de Rodiezmo.
--¿Qué fue lo que más te gustó?
--Lo que más me gustó fue lo de los rebecos.
--Lo comprendo, Gaudioso, es un animal muy sensible y sutil, como su propia figura indica. Estudió solo dos asignaturas, pero las tiene muy binen aprendidas y las practica muy bien.
--¿Qué asignaturas estudió?
--Huir de los predadores y descojonarse de risa de las gilipolleces.
--¿Tú crees que la romería de Rodiezmo es una gilipollez?
--Desde luego, Gaudioso; lo de ir de picnic con los amigos, lo considero estupendo, une mucho y enriquece las relaciones entre los unos y los otros; pero lo de ir allí a escuchar tonterías de políticos y encima aplaudirlas… ¿Qué quieres que te diga? Yo lo considero una gilipollez, ¿y tú?
--Yo, también; pero, como soy una entelequia, el hecho de que me prometan un aumento cojonudo de la pensión y luego me la congelen, me la refanfinfla.
--Pero, a mí no, Gaudioso, que yo soy pensionista y estas cosas me chinchan.
--Ya sé que ZP te la ha dejado como las merluzas de Pescanova en la cámara frigorífica. Eso, qué duda cabe, tiene que joder.
--Y jode, Gaudioso, vaya si jode. Yo no tengo el sentido del humor de los rebecos.
--Es que el rebeco es un animal sincero, además de grácil y sutil. No se parece en nada a Leire Pajín.
--¿Te refieres a la jamona?
--Sí, Eloy, a la mofletuda de los labios carnosos y tetas exuberantes, que vino a inspirar pensamientos un tanto turbios al alcalde de Valladolid y le pusieron a caldo las féminas socialistas; a la que ZP ha hecho ministra. ¿Qué vería el cándido de León en ella para regalarle un ministerio?
--No creo que sus conocimientos, Gaudioso. Aunque ella dice que estudió Ciencias Sociales en Benidorm; pero apenas se le notan.
--Sí, en una facultad inexistente, según he oído. Ese título, para mí, que es como el ingeniero de Luis Roldán. Por lo menos, Corbacho, que fue Ministro de Trabajo, nunca negó que no conocía la Universidad. En realidad es un hombre incompetente, pero sincero; como Ministro fue un negado, no fabricó ni un solo empleo, tan solo fabricó despidos, pero, ¡a qué ritmo!; es que parecía trabajar a destajo, en eso fue un genio. Solo mentía cuando comentaba las estadísticas mensuales del paro y decía que era una subida coyuntural y que el próximo mes subiría el empleo mantenido, por aquello de los brotes verdes. Yo creo que tenía un geranio en el balcón y era al que le salían los brotes verdes.
--No mentía, Gaudioso, era la voz de su amo.
--Sí, recitaba lo que escribía ZP y éste lo que le escribía su primo. ¡Qué ocurrencia tuvo, cuando lo del Consejo Europeo! Aquello fue una genialidad, del primo, digo; porque ZP lo leyó sin haberlo repasado, si no, es que no  me lo explico, coño.
--¿A qué te refieres?
--Me refiero; Eloy, a cuando dijo en aquel Parlamento, la mar de serio: “la tierra no es de nadie, es solo del viento”. Eso no se le ocurre ni al mismo Espronceda, coño.
--Sí, Gaudioso, ¡manda huevos!
--Como los de Trillo, Eloy, como los de Trillo. Pero, volviendo a la Ministra….


ROMANCE DE LEIRE PAJÍN

¿Qué tiene Leire Pajín,
niña con cara de torta,
para llegar, sin cocer,
a ser el plato de moda?
Dicen que Ciencias Sociales
hizo en Benidorm la moza;
cursó en una Facultad
que, allí, todo el mundo ignora.
De becaria en el PSOE
hasta las más altas cotas;
es tercera autoridad
en el mando de esa tropa
que conquistó presidencia
y la Sede de Moncloa
con el “pásalo” de Alfredo,
manipulación de historias
y el barajeo de pruebas,
de muertos, trenes y bombas.
Qué bueno que haya un Bin Laden
para llenarle la alforja.
Urdimbres en el telar
que tejen mantas y colchas
para arropar esa luz
que puede rasgar las sombras.
El tiempo ya nos dirá,
cuando desnuden las ropas,
el mercadeo “qui Prodest”
de muertos, trenes y bombas.
Asienta Leire Pajín
sus posaderas pomposas
en un sillón de prestigio
donde nadie la hace sombra
de los rayos de “dios sol”
que la mima y que la nombra,
primero, subsecretaria
y ministra a última hora.
Fue la noticia del año,
fue la leche, fue la monda.

               (Continuará )

lunes, 26 de septiembre de 2011

ROMANCE DE LEIRE PAGIN ( III )

--¡Hombre, Gaudioso, por fin apareces! Hace dos días que no has dado señales de vida; te echaba de menos; pensé que estabas enfadado con migo.
--¿Por qué había de estarlo? No encuentro razón alguna ni motivo para enfadarme con mi padre. ¿No rompes aguas? Pues, bueno, me aguantaré; si te comprendo.
--Es que… ¿Es preciso un motivo?
--Qué quieres que te diga, Eloy, yo no soy como Pepiño Blanco, que se enfada sin motivo.
--¡Coño, Gaudioso! ¿No te cae bien ese puñetero? Si le ves, y parece salido de unos ejercicios espirituales de Loyola.
--¡Coño, Eloy, te has dado cuenta! Efectivamente, le ves con esa cara de meapilas irredento y ese piquito de gorrión cohibido y supones que va enfrascado en profundas meditaciones sobre las postrimerías y farfullando un rosario por la bajini.
--Es que si lo reza por lo altini, se le cabrean en el Partido que son rojos, ellos, y ostentan el ateísmo, como Azaña, que un buen día subió al estrado de Parlamento y dijo: “Dios no existe, le he matado yo”
--Joder, Eloy… ¿Así, por las buenas? ¡Qué tío!
--Pues, ya ves, Gaudioso, por las buenas. Calvo Sotelo, que estaba en su banco de la oposición, se levantó y preguntó: “¿Cómo lo ha matado su Ilustrísima?” Y Azaña, que era muy suyo, le contestó: “Por decreto, Señor mío, por decreto; porque soy el Presidente de la República y no tengo que dar explicaciones, coño.
--¡Joder con el Presidente!
--Sí, Gaudioso, era un demócrata puro, no como los de ahora.
--¿Se te pasó el enfado con los recuerdos de la abuela de la Ministra y tu madre?
--El tiempo es un buen tranquilizante, Gaudioso.
--Pues cuéntame lo que sucedió, por aquel entonces.
--Pues verás, Gaudioso, los hechos sucedieron como me los contó ella y, hace unos años me los confirmaron tres viejos de mi pueblo que aún viven.
--Cuenta, cuenta; que me tienes en ascuas.
--Tenía yo menos de tres años, Gaudioso; la hermana que me sigue solo tenía unos meses. Era el año cuarenta y dos (año, por cierto, muy delicado para hablar por hablar). Mi madre, Araceli, a la que llamaban “Lelis, en el pueblo, o la “Sagüilla” como esposa de mi padre, bajó a la botica de Sabero, sita en la Plaza de los árboles junto al Cuartelillo de la Guardia Civil. Mi madre, Lelis, se encontró con unas amigas de Sabero y, hablando, le dijeron que en Sabero, por aquellos días, no había nada de nada: ni aceite, ni azúcar, ni pan, ni patatas, ni arroz, ni bacalao (claro, que ¿para qué querían el bacalao, si no había arroz?) No había nada ni en la tienda de ultramarinos ni el Economato de la Empresa.
--¿Y…?
-- Pues que mi madre, Lelis, vino a contestarles, con un  poquito de cachondeo, pero sólo con un poquito: Eso será en el Economato y en la tienda; porque acabo de estar en casa de mi hermana Argenta y allí no falta de nada; hay de todo: patatas, aceite, arroz, pan, chorizos, alubias y… hasta un jamón.
--La Pajina, que pasaba por allí, pegó la oreja y, acto seguido, continuó hasta el Cuartelillo; porque Argenta era la esposa de Zolaina y mi tío, a su vez, era el jefe de Falange Española Tradicionalista y de las JONS (¡casi nada!, en el pueblo) y a la Pajina, en aquellos tiempos de escasez y racionamiento, le pareció ofensivo que la Lelis dijese lo que había en casa del jefe de la Falange en  unos tiempos de escasez y racionamiento; Podía ser muy mal interpretado. Así que procedió, como era su oficio, a poner una denuncia en el cuartelillo.
--¿Qué le paso a Lelis, tu madre, después de la denuncia?
--Al día siguiente, a media mañana, aporrearon la puerta, que daba a la carretera, de la casa de mi madre con la culata de los mosquetones y gritaron: “¡Lelis, Baja!... ¡Coño, baja inmediata-mente!” Y mi madre, se recogió el mandil y bajó a la calle. Los guardias le pidieron las manos, la esposaron y se fueron con ella por la carretera hasta el cuartelillo de Sabero.
--Y… ¿Después, qué pasó a Lelis?
--Pues lo menos que podía pasarle a la pobre. Porque un vez que entrabas en el cuartelillo (al cruzar el umbral ya eras culpable) venía: medio litro de aceite de ricino, que le hicieron tragar (por si estaba estreñida); a continuación media docena de hostias, para que no hablase por hablar; después la afeitaron la cabeza y la pasearon, esposada, por los cuatro pueblos del valle, para que escarmentasen todos y no hablasen por hablar. Recuerdo todavía, a pesar de mi corta edad, acariciar aquella cabeza, monda y lironda, de mi pobre madre y sentirla llorar, a escondidas. Eso hizo la Pajina, abuela de la Ministra y madre del gilipollas de José María, su padre; ahora son rojos de toda la vida, dicen.
--¡Joder con la Pajina, Eloy! No me extraña que se te revuelvan los hígados en cuanto ves a la descendencia en cualquier sitio. ¿Sabes lo que te digo, Eloy?
--¿Qué, Gaudioso?
--Que lo peor de la Falange fue su descendencia; tenían el semen podrido, te lo digo yo. ¿Seguimos con la nieta?
--Vamos allá, Gaudioso.

ROMANCE DE LEIRE PAJÍN ( III )

La Pajín llegó a Madrid,
cobijada, y a la sombra
del árbol de ZP
que es árbol de espesa fronda,
a dirigir y a mandar
que son cosas que la molan .
A la vera de Pepiño
se convierte en su gramola,
creciendo en el desparpajo
y pareja en la persona.
No ha superado el insulto,
la acusación machacona,
las culpas son siempre ajenas,
Rajoy todo lo cuestiona,
no arrima el hombro al proyecto
y en nada nos colabora
y, para colmo de males,
tiene a gala la deshonra
de las corbatas de Camps,
los trajes que la encabronan
y obstaculizan que Alarte
gane valencia y poltrona.
Hay cosas que la jeringan,
que la chinchan y joroban
como que en el Parlamento
las pandas opositoras
pidan modificaciones,
cambios de leyes y normas
que, siempre, les rechazamos;
aunque, después, la Teutona,
esa antigua fracasada
que ahora gobierna en Europa,
se las pida a Zapatero
y ZP las imponga,
sin discusión, por decreto,
como se gobierna ahora:
pura democracia fina
sin discusiones ni broncas.

¿Qué tiene Leire Pajín,
la rubita pechugona,
que los mítines calienta
y que a Zapatero adora?
José María, su padre,
y su madre, la Iraola,
tienen ya media provincia
y muy pronto tendrán toda:
Concejalías, Consejos,
Direcciones y mamolas,
ONGS, que dicen ellos,
que son perfectas bicocas,
con jugosas subvenciones
que regala la retoña,
que, para orgullo paterno, es
Triministra y Senadora
y promocionó el pinganillo
porque habla cinco idiomas
y en ellos quiere expresar
los logros de su persona.

¿Qué tendrás Leire Pajín?
¿Vendrá de cuna la potra?


     (Madrid, 18 de Marzo de 2011)

jueves, 22 de septiembre de 2011

ROMANCE DE LEIRE PAJÍN ( II )

--Ya veo, Eloy, que sabes algo de la Pajín. Su padre, ¿no era de tu pueblo? ¿Le conociste?
--¡Claro que le conocí! Pero, en realidad, no era de mi pueblo; yo nací en Olleros de Sabero y José María Pajín es de Sabero. En aquella época no nos llevábamos bien los chicos de los dos pueblos. Yo sabía quién era; pero no le trataba porque, desde pequeño, era gilipoyas y yo, a ésos, le tengo alergia desde niño; además estaba lo de su puñetera madre la Pajina.
--¿Qué era lo de la Pagina?
--Pues verás, la abuela de la ministra, o séase, la madre de José Luis, en los años cuarenta, primeros de la posguerra, era la confidente de la Falange y de la Guardia Civil en el valle. Se chivaba de todo lo que oía a cualquiera, si se salía de la estricta doctrina de la Falange y estabas apañado. Te había tocado la lotería de las hostias en el primer premio.
--Y… ¿Luego?
--Pues luego, Gaudioso, se presentaban en tu casa los guardias y te llevaban, esposado, al cuartelillo, para que todos los habitantes del Valle escarmentasen en cabeza ajena. Era una situación que imponía lo suyo, no creas.
--No lo entiendo, Eloy, ¿puedes ponerme un ejemplo?
--Pues claro, Gaudioso. Imagínate que Antonio se encuentra con Paco y le pregunta: “¿Cómo llevas los valores eternos?” Y Paco le contesta: “¡Qué cojones! Yo no tengo valores eternos ni todas esas zarandajas, yo soy vagonetero en la mina Primitiva. ¡No te jode!”. Esto lo escuchaba la Pajina, que pasaba por allí, y al día siguiente le llevaban esposado al cuartelillo.
--Y… ¿Luego?
--Pues que de allí le sacaban los familiares, varios días después, en angarillas, por lo de tullido no por otra cosa, ¿sabes?
--¡Jolín con la Pajina!
--En todo el Valle, donde están enclavados cuatro pueblos,  la temían más que a la “bicha” los andaluces.
--Comprendo, Eloy, no era para menos.
--Cuando las gentes se fueron enterando del origen de las detenciones, el ricino, los afeitados de cabeza y los apaleamientos, dejaron de hablar con ella y, en cuanto aparecía por una esquina, la consigna era: “¡Silencio, que viene la Pajina! y todos enmudecían, como si pasase el Santísimo bajo palio.
--Pero a ti, Eloy, no te denunciaría por mearte en la cuna o llorar por la teta… ¡Vamos, digo yo! ¿O sí?
--No, a mí, no, Gaudioso; yo no tenía, por aquel entonces (que era un entonces de las leches) la edad adecuada para portar “valores eternos” ni ser “la reserva espiritual de Europa. No era el caso.
--Es que, Eloy, eso de llevar a cuestas, todo el santo día, los “valores eternos” debe dejarte deslomado.
--Sí, Gaudioso, y lo de llevar, a cuestas, la “reserva espiritual de Europa” era de una responsabilidad de tres pares de cojo… que no veas.
Lo comprendo, Eloy, lo comprendo. Mira que si un buen día aparece un alemán o en francés y así, como de pronto y sin más, te exige su espiritualidad y no la tienes, es que te podían demandar. ¡Qué cosas!
--Por parte de los franceses no había problema, son un tanto libertinos, ellos, y no creo yo que viniesen a reclamarla.
--Eso sí; pero los alemanes son más serios y exigentes y, a lo mejor…
--En fin, Gaudioso, tal y como nos enseñaba en la escuela Don Ángel, lo de ser la “reserva espiritual de Europa” era de una responsabilidad cojonuda, no creas.
--Pero… ¿Entonces, en que te afectó a ti la Pajina?
--En mi madre, Gaudioso, en mi madre.
--¡No me digas!
--Sí, te lo digo; en mi madre, la pobre Lelis.
--Cuéntame, Eloy.
--Lo siento, Gaudioso, ahora el recuerdo me ha encabronado en demasía. Mañana, más sereno, hablamos del asunto, ¿vale?
--¡Vale!


ROMANCE DE LEIRE PAJÍN ( II )

¿Qué tiene Leire Pajín,
viajera con luces cortas?
Sin embarazo anterior
que deformasen sus formas
ya rechonchas, de por sí,
pone de parto la andorga:
pare leyes, prohibiciones,
con denuncias para todas.
La multa es imperativa
en las leyes de la moza
induciendo a denunciar
para dar sopas con honda
a quien pillen delinquiendo
o pongan leyes en solfa.

¿Qué tendrá Leire Pajín,
niña con cara de torta,
tan distinta a la de Alfredo
que anuncia “anís de la mona”?
Leire Pajín tiene labios
rojos, como la amapola,
y dentro, como la misma,
puede que porte esa droga
que alucina y adormece,
que ilusiona y amodorra.
Algo tendrán esos labios,
labios sensuales de moza,
que hasta al edil de Pucela
le sugieren la “mamola”.
Escándalo de las hembras,
feministas casi todas,
alineadas en las filas
del PSOE, porque mola
seguir al borrego andante
porque el cencero les toca.

               (Continuará)

miércoles, 21 de septiembre de 2011

ROMANCE DEL FRIKI

Yo tuve un día tonto y tuve que recurrir a mi amigo Gaudioso Taribonto Mosquera. Gaudioso, como su nombre indica, es un personaje imaginario (por la simple razón de que nadie es totalmente Gaudioso) que protagonizó
las “Memorias de un jodido normal y corriente”, y siempre trató de ser feliz a través de sus aventuras y desventuras, por la mera razón de dársela a su padrino de pila que deseaba un ahijado: alegre, gaudioso, feliz, jovial, ocurrente, dicharachero, simpático y un tanto socarrón.
 --Buenas, Gaudioso. –Dije, a forma de saludo, a fin de romper el hielo.
--Buenas, lo que se dice buenas, solo la Pajín y la Aído, según el presidente.
--No, si yo lo decía…
--Lo que yo te diga, Eloy: las hay regulares, como Cospedal, Aguirre, Soraya y, después, están las sinsustancia, como la Garmendia que, aunque Ministra, apenas se la nota. Llegó al Ministerio por lo de la paridad, como la protectora de Cine Español (tiene guasa).
--Mira, Gaudioso, que te vas por los Cerros de Úbeda y esos cerros son propiedad de Rubalcaba; te puede cobrar peaje.
--Entonces, ¿a qué te referías con lo de “buenas”?
--Es una forma tonta de saludar que equivale a desearte los buenos días.
--Pero el día es masculino.
--Claro; pero si te digo: “buenos” y se entera la Pajín, me puede demandar por discriminación sexista. Con esa “jamona” debemos andarnos con mucho cuidado. Es la Palas Atenea de ZP.
--¿Te has enterado de la última ocurrencia del Consejo?
--¿Qué Consejo?
--El de Ministros, Eloy. Cada viernes se ponen de parto en Moncloa y, como los montes, no paran de parir ratones.
--¿Qué han parido esta vez?
--Entre Sebastián y Pepiño han encontrado la solución a la crisis.
--¡No me digas!
--Si, Eloy, te lo digo. Se trata de bajar el límite de velocidad en autovías y autopistas a 110 Kms/h.
-- ¿Qué gana España con esa rebaja?
--España, no sé; seguramente, nada; pero el       que ganará, seguro, es el que fabrica las chapas. Van a cambiarlas todas. Dice el ministro Sebastián que vamos a ahorrar el 17% de la factura de crudo; es una forma de bajar el déficit, algo así como pistonuda.
--El que lo tiene crudo, amigo Gaudioso, es el Consejo, si con la reducción de esta velocidad quieren salvar la economía española.
--Pues Pepiño, que es una lumbrera (pero en gallego), declara que nos vamos a ahorrar, además, 287 muertos en carretera. ¡Y dos huevos duros ¡
-- Y tú, Gaudioso, ¿le crees?
--¡Yo qué sé!
--Y Rajoy, ¿qué dice?, Gaudioso.
--Rajoy, Soraya, Montoro, yo,  y creo que hasta el lucero del alba, aseguran que es una gilipollez más. Otra parida de Moncloa.
--Claro, como la ley del aborto de la Bibiana les ha dejado exentos…
-- Si, Gaudioso, es por lo del aforo; mientras en España se van por las cañerías 150.000 posibles españolitos que, el día de mañana aportarían
al Erario, la “divina Nancy” sale a parida por semana; creo que las saca adelante con pelargón porque no quiere que se le caigan las ubres el día de mañana.
--¿Así que Rajoy dice que es una gilipollez?
--¡Así de claro! Una gilipollez; pero Pepiño se ha encabronado y, a gritos, ha dicho que Rajoy es un “friki”. Un “friki de mierda”, por más señas; que al PP le interesan más los muertos en carretera para ganar las elecciones.
--Pero… ¿Qué tienen que ver tantos muertos en carretera con las elecciones?
--¡Coño, que si tienen que ver! ¿Te acuerdas de los trenes?
--Sí, y de la campaña del “¡pásalo!”. Fue una genialidad de Rubalcaba;
pero Rajoy no tiene esa mala leche, Gaudioso; y, si me apuras, no es tan cabrón, ni rebuscado.
--¡Oye, Eloy! ¿Por qué no escribes un romance del “friki”? Hace ya demasiados años que dejaste de criticar en verso. Y ¿Qué quieres que te diga?, tenían su sustancia.
-- Eso, algunos; otros su sinsustancia; pero solo los leías tú, Gaudioso. Bueno, menos el que le regalé, en la Feria del Libro, a Alfonso Usía sobre el origen de la lengua Vasca, que se refería a una columna que había escrito en ABC, él me regaló las Memorias del Marqué de Soto Ancho y me apuntó su teléfono; pero, como soy tímido, nunca le llamé.
--Pero sí te llamó Campmany, después de regalarle el de Alfonso Guerra, y te pidió alguno más y se los diste, compartiendo un café. Fue el momento de parir para el público; pero te negaste.
--Yo, Gaudioso, desde la pelea con Victoriano Cremen  en el Proa de León, por la censura, no volví a publicar nada.
--¿Cuándo fue eso?
--Hace mucho tiempo, Gaudioso; tú no habías nacido.
--Sí, como todo. A mí me pariste para dejarme en una estantería. ¿Crees
que hiciste bien? Yo me he sentido siempre como en gestación, sin salir del útero. No es razonable parir un ente condenado a cadena perpetua.
--Lo siento, Gaudioso; pero soy tímido, como Solbes, que prefirió dejar el Ministerio por no enfrentarse al “Gran Negado”.
--Ya veo que no sales del día tonto, Eloy. Prométeme que escribirás un romance del “friki”; y, si sale medianejo, seguirás con otros asuntos. Por lo menos nos divertimos tú y yo.
--Bueno, Gaudioso, mañana lo pienso y ya te contaré.
ROMANCE DEL FRIKI


¿Qué entiende Blanco por “friki”
que, siendo un concepto nuevo,
no define la Academia.
Yo le aclaro mi concepto:
todo un supergilipollas
pasado de cocimiento.
Si hubiera estudiado un poco,
tendría conocimientos.
Huyó de la Facultad
corriendo, como un poseso,
cuando descubrió el trabajo
de beber libros de texto,
de ducharse en la cultura
y engordar conocimientos.
Puso sesera en holganza
y, por años, en barbecho.
Pepiño entró socialista
porque veía que cientos
de personajas vacías
y de personajes hueros
vivían de puta madre,
de la apariencia y del cuento
tan sólo con su carnet
para el servicio del pueblo.
El ingresó en el PSOE
como quien se va a un convento
( por inspiración divina
y total convencimiento )
en busca de una verdad
y de un líder de consenso
que rebosase talante
y lo encontró en Zapatero.
Copiosas genuflexiones,
renuncias y peloteos,
zancadillas a destajo,
abrazos y besuqueos;
con artimañas creció
de “pepiño” al Ministerio.
Un día se levantó
y fue derecho al aseo.
Después de haberse afeitado
hubo un “friki” en el espejo.
Se miraron fijamente
cual dos hermanos gemelos:
--“yo soy tú y tú eres yo,
los Ministros de Fomento”.
--Voy a proyectar tu imagen
sobre Rajoy, el gallego,
que puede echarme a patadas
de mi propio Ministerio
en cuanto tenga ocasión
de asumir el Gobierno;
por aquello de las urnas,
por aquello del recuento;
que el ciudadano es voluble
y el que ayer dijo “te quiero”
mañana, que ·”por ahí,
que por ahí se va al cuerno”.

Pepiño Blanco, el andoba
que nunca encontró el ingenio
en su mente semiárida;
ya que la tiene en barbecho,
sólo produce el insulto,
el mote barriobajero,
la acusación imprecisa,
como cardos borriqueros.
Ahora le atribuye el “friki”
surgido en su propio espejo
( mote ofensivo, al socaire
de una ráfaga de ingenio )
al opositor Rajoy,
como ofensa y vilipendio,
por ser cabeza visible
de la explotación del pueblo.
--“Rechaza la reducción
del ocho treinta por ciento
para el viaje en autovías
y en autopistas con precio”.
Kilómetros, ciento diez.
Fue decisión de Consejo
que sumaban, en total,
un cuarto y mitad de seso.
Si examinas, uno a uno,
de ese cojonudo elenco,
puedes ver mediocridades
más varios analfabetos
que   quieren ahorrar, ahora,
lo que antes se fundieron
en subvenciones absurdas
y despilfarros sin cuento.
Las huchas de los radares
es el negocio más cierto.
Por eso es “friki” Rajoy,
porque no acepta el engendro.
Se niega a ser padre, a escote,
del hidepú del decreto
Le endosa un “friki” a Rajoy
que es el “friki” de su espejo
y se queda más horondo
que un Lindísimo Don Diego,
enfundado en calzas verdes
y en chaquetilla de cuero.
Piensa asombrar al Partido
y todos le dirán “genio”;
yo diría “tonto el haba”
y un mejicano “pendejo”.

                Madrid, 4 de Marzo de 2011)

ROMANCE DE RIPOLL

ROMANCE DE RODIEZMO ( II )

--Pues, para no haber estado allí, sabes muchas cosas de lo que pasó en la Campa. –Comentó Gaudioso, cuando leyó la primera parte de mi romance.
   Es que me lo fueron contando la prensa y personas que sí estuvieron presentes. Volvieron todos muy contentos, después de abrevar las palabras del ZP de los mismísimos. Dicen que parecía el mismísimo Júpiter Capitolino, pero en vaqueros, eso sí; se presta más con el aire sindicalista del evento. Ya sabes que, por aquel entonces, Cándido era en realidad Vicepresidente III en la sombra y tenía mucha influencia sobre ZP, el de la ceja; era preciso no hacerle de menos viniendo de tiros largos; el atuendo más conforme con la situación eran los vaqueros y el pañuelo rojo.
--¿Y dices que cantaron la Internacional?
--Sí, como las huestes de Lenin; es que le añoran al muy cabrón. Siguen pensando que la felicidad está en el paraíso comunista de la vieja Unión Soviética, que era algo así como lo de tu Don Claudio, pero a lo bestia.
--Allí, ¿También llovían hostias?
--Allí, con el “papacito Stalin”, con Veria, el Cruchov del zapato, y otros muchos elementos de cuidado, llovían, granizaban, nevaban… ¿No ves que la Unión Soviética está situada más cerca que nosotros del casco polar? Además, Gaudioso, allí tenían checas, gulag, paredones a manta y Siberia para las mínimas sospechas. Aquello era un paraíso para el politburó; para el pueblo, no tanto. Pero, ¿qué quieres  que te diga? Estos socialistas y sindicalistas lo añoran.
--Pero, ¿el hidepú de Stalin no mató a unos diez millones, más o menos, de rusos?
--Sí, pero los mató por disentir; no vayas a creer; motivos no le faltaban.
--Y luego ponen a parir, para los restos, al “bigotito” de los alemanes.
--Eran diferentes ideologías. Esto de las ideologías, Gaudioso, es muy importante a la hora de valorar los mismos hechos en las memorias históricas, no vayas a creer…
--¡Joder con las memorias históricas!
--Sobre todo la nuestra; pero como le habían matado a su santo abuelo, el Capitán Lozano, por republicano… ¿Qué quieres?... A lo mejor tenía sus razones.
--Pero, Eloy, es que a su abuelo no le mató un Régimen, como dice el nieto, por la mera razón de que el Régimen no existía, todavía. Según me han dicho algunos paisanos de León, que vivieron aquellos días y tienen memoria, aunque no sea histórica, le mataron por hidepú, en cuanto se enteraron que el ejército se había levantado en armas, no fuese a fallar el levantamiento y se quedasen tres alipendes de mucho cuidado jodiendo la marrana  a las gentes de León. ¡Qué cosas, coño, qué cosas!
--La historia, Gaudioso, se manipula con demasiada facilidad. Es como querer poner, a día de hoy, la Segunda República como un paraíso de justicia popular.
--Bueno, en eso, ¿qué quieres que te diga? Dicen que la justicia la ejercía el pueblo.
--Que se desahogaba quemando iglesias y conventos, matando curas y frailes, ricos y lectores del ABC. ¡No te digo!
--No me digas, Eloy, que te entiendo. Oye, ¿sabes si acudió Alfonso Guerra este año a Rodiezmo?
--¡Claro que asistió! El Guerra es un adicto a Rodiezmo, como otros a la coca o al vino.
--¿Tanto?
-- O más, Gaudioso, o más. En la Campa se desahoga, pone a parir al PP, dice de Rajoy cosas que no comentan dueñas y se emborracha de aplausos sindicales. Él está allí más contento que un tonto con una tiza.
--¿Tanto?
--O más. ¿No ves, Gaudioso, que ahora es simplemente Alfonso, decano del Parlamento? En Rodiezmo se explaya, dice los mismos insultos que cuando era Vicepresidente y se siente importante, como entonces.
--Sí, bien mirado, a Alfonso le quitas Rodiezmo y a “mienmano” y es que se queda en nada. Ya nadie le pide su opinión. Ahora es un ser anodino pasado de cocción. ¡Con lo que fue!
--Sí, Gaudioso, de ser Vicepresidente de España a ser mindundi político.
--¡Qué cojones tenía con el título de Vice debajo del brazo! Era insultador Summa cum Laudae. Y… ¡Qué poderío! Quería ir a la Maestranza a ver torear a su Curro Romero desde Portugal, llamaba y venía un Falcon 19 a llevarle a su hora. Seguro que ahora no se atreve.
--¿Seguimos con Rodiezmo, Gaudioso?
--Seguimos.

ROMANCE DE RODIEZMO


Aplaude la multitud
en la Campa de Rodiezmo
y el líder, más endiosado,
sigue y sigue prometiendo:
“trabajo habrá para todos;
el paro, un mal recuerdo;
las pensiones crecerán,
los subsidios, ni te cuento;
subirá al salario mínimo
un diez y ocho por ciento
y florecerá el consumo
porque bajo los impuestos”.
El AVE llegará, al fin,
desde León hasta Oviedo
en menos que un cura loco
babardea un padre nuestro”.
Con entusiasmo aplaudían
en la Campa de Rodiezmo
y arriba, sobre las peñas,
descojonaba un rebeco.
Cándido, Guerra, Pajín,
Blanco, Toxo y Zapatero
cantan la Internacional
con el tono en desacuerdo
y arriba, sobre las peñas,
descojonan diez rebecos
con las promesas de un dios
que, para colmo, es ateo.
Acabadas las tortillas
y el vino de los Oteros,
la gentes se dispersaron
y cada uno a su pueblo,
los sindicatos al trinque,
a la mina los mineros,
unos volvieron a Asturias,
a Moncloa Zapatero
a pasarse bajo el puente
las promesas de Rodiezmo;
sólo el sentido común
se quedó con los rebecos.

       (Madrid, 13 de Junio de 2011)

lunes, 19 de septiembre de 2011

ROMANCE DE RODIEZMO ( I )

--Hola, Gaudioso, ¿te encuentras bien?
--Buenos días, Eloy, ¿por qué me lo preguntas?
--Como ayer no apareciste por aquí, pensaba que podías sentirte mal.
--Sabes de sobra, Eloy, que yo no puedo sentirme ni bien ni mal. Tú me hiciste pasar por muchas circunstancias, buenas y malas, hasta que decidiste dejarme aparcado en el útero, sin nacer.
--¡Cómo añoro, Gaudioso, aquella época de las circunstancias! Ahora sólo tengo pastillas.
--Pues yo ni eso. Ayer te vi tan enfrascado en tus recuerdos que no quise molestarte.
--Tú nunca molestas, Gaudioso, a fin de cuentas, eres mi hijo; me consta que, aunque muchas veces te las hice pasar muy putas, tú me quieres como a un padre.
--Preferiría quererte como a una madre. A ver si un día te pones de parto, coño.
--Pues, si vienes ayer, hubiésemos comentado sobre los años de la posguerra y aquellas circunstancias. Tú, también los viviste.
--Pues vistos desde ahora, aquellos tiempos tuvieron su encanto. Yo los recuerdo como el tiempo de las hostias. A pesar de las pertinaces sequías, cogíamos unas cosechas cojonudas.
--No es del todo desacertada esa apreciación, Gaudioso.
--Si es que las recogías sin  haberlas sembrado, coño.
--Ten en cuenta que eran fruto del sistema.
--¡Joder con el sistema! Eran fruto de la mala uva del Don Claudio de los cojones.
--Pues, cuando le veías en el NO-DO, inaugurando pantanos o entrando bajo palio en una catedral, tenía cara de buena persona.
--La verdad, Eloy, es que nunca le traté; no era el caso. Pero, ¿sabes lo que más me chinchaba del enano cojonudo, que lo era?
--Tú me dirás, Gaudioso, ¿qué era?
--Las normas estrictas que tenía el “angelito” de enrolar los números para la Guardia Civil y los Grises de la porra.
--¿A qué normas te refieres?
--Tenía, el muy cabroncete, un gestor de personal que examinaba de la talla de guante y el número de bota; los guantes de talla XXXL y las botas del número cincuenta para arriba.
--Y… ¿eso?
--Si entrabas en sospecha, te caían unas hostias de las que entran tres en una docena, macho. ¡Qué hostias!
--Pero, sospecha… ¿de qué?
--Mira, Eloy, tú sabes, como yo, que el qué les importaba un rábano; lo más importante para un guardia  era poder desahogarse, había mucha tensión en los cuartelillos, por aquellos entonces.
--Y… ¿Si te cogían infraganti, meando fuera del cacharro, por ejemplo?
--Entonces te venían las coces en la terminación de la barriga; de ésas entraban coz y media por docena.
--Ahora los tiempos han cambiado, Gaudioso.
--¡Coño que si han cambiado! Ahora nos gobierna ZP por la gracia de las urnas y la absurda esperanza de millones de gilipollas que siguen pensando que el PP son los hijos de Don Claudio. A propósito de ZP, el otro domingo, ¿fue la romería de Rodiezmo?, ¿estuviste allí?
--Ni yo ni ZP estuvimos. Yo por la mera razón de que nunca he asistido y ZP porque ya el año pasado le faltaron cojones;  ya han sido demasiadas las promesas de Rodiezmo que se han quedado durmiendo el sueño de los justos. Pero puedo decirte lo que pasó en 2009, porque me lo contó un amigo de confianza, que sí estuvo. Te contaré.


ROMANCE DE RODIEZMO
               
                    ( I )

Cuando termina el verano
y aún no ha empezado el tempero,
para lucir el color
de ese bronce marinero
que se trae desde Canarias
donde fue de veraneo,
viste la toga de un sabio
para, así, cubrir un necio;
emprende viaje a León,
a la Campa de Rodiezmo.
Allí están, en multitud,
sindicalistas mineros.
Un mitin de romería
con romeras y romeros,
con tortillas y escabeches
y vino de los Oteros;
muy semejante a Suresnes
pero con baile y gaiteros.

Los chopos beben el río,
las peñas beben el cielo
y, dibujando las cumbres,
descojonan los rebecos.
Allí, pasando el domingo
pastan, como los borregos,
palabras, de unos y otros,
desatinos lisonjeros,
ilusiones, fantasías,
las esperanzas y sueños:
palabras grandilocuentes
cual tañidos de cencerros
y que aplaude la manada
cual si fueran a ser ciertos.
“Gratis total la autopista
que va de León a Oviedo,
dejando el Puerto Pajares
de reserva para ciervos,
vicuñas, osos y cabras,
lobos, gorriones y oseznos;
pueden seguir pasteando
toros, vacas y terneros”.
“Me dicen que hay una crisis
que preocupa a los mineros.
No habrá paro en vuestras minas.
¡Os lo juro, compañeros!
Todo el carbón que extraigas
os lo comprará el Gobierno.
Si cerrase alguna Cuenca,
pues no hubiese más remedio,
habrá industria alternativa;
como sucedió en Sabero,
(  tierra que quiere Pajín,
cuna de padre y abuelos ).
Hoy se fabrican morcillas,
empleando a siete obreros
y es industria de prestigio
en el campo chacinero.
En el campo cultural
luce el Museo Minero
como un faro de atracción
para divisas y euros”.

                  (Continuará)