jueves, 12 de marzo de 2015

ROMANCE DEL EXPOLIO (Memoria histórica de nuestra democracia)

Hay vientos coyunturales
que cortan como cuchillos;
te dejan el culo al aire,
si te sorprenden dormido
en descampado y de noche,
como indefenso pardillo.
De faltar legalidad
en un asunto preciso,
suele bendecir el “One”
si San Pedro no bendijo,
quedando para los restos
el expolio bendecido
y podrá hacer la cosecha
cada mochuelo en su olivo.
Un gobierno progresista
deja lo entero partido
y muchos pueden papear
donde uno había comido.
Así sacia a los hambrientos,
lo mismo que hiciera Cristo
que alimentó a cinco mil
y los panes eran cinco.
Deja Felipe González
este milagro chiquito
sin la ayuda de los Doce,
con la de un simple ministro.

Miguel Boyer, el despierto,
un economista ínclito,
intérprete del enigma
de los misterios del dígito
diferenciando los pares
de los nones y los primos,
hostigador de las pelas
dormidas en los bolsillos
y experto en tejemanejes
sobre el telar de los libros,
donde encanilla el haber
sobre la urdimbre del débito
y lo mismo teje pana
que un tul transparente y fino.
Con ese matiz sutil
que existe entre luz y brillo,
como entre sombra y penumbra,
como entre grito y aullido,
bisecciona, ante los miembros
del Consejo de Ministros,
el cadáver de Rumasa
y expone sus entresijos.

El velero monetario
tiene cangreja y perico,
lo mismo que gavia y foque,
para poco recorrido;
navegaría a la sirga,
si le encontramos padrino.
En Galerías Preciados
no conocen beneficios.
Se nos pueden ir al traste
contratos indefinidos,
y son ochocientos mil
los que habemos prometido;
sólo el experto Cisneros,
tan propenso al sacrificio,
podría sacrificarse
por tenerlos mantenidos,
si el Presidente le pide
sus servicios, como amigo.
Las bodegas de Rumasa
desacreditan los vinos;
ya que allí los vinos blancos
no llegan a ser albinos,
ni adecuadamente rojos
resultan los caldos tintos;
de los claretes ni hablemos,
que su color estreñido
es más propicio a la nausea
que a despertar apetitos.
Si el Presidente no encuentra
entre sus muchos amigos
enólogos eficientes,
nuestro mercado de vinos
pasará a ser de vinagres
y, la verdad, no es lo mismo.
Los sesenta mil empleos
estaban en gran peligro,
en manos de un inconsciente
y cachondo empedernido;
pedían seguridad
y la pedían a gritos.
Estarían más seguros
si dependían de amigos
con adhesión demostrada
y futuro agradecido;
que no es amigo, en Asturias,
quien sólo en tiempo de figos.

Así habló Miguel Boyer,
casi punto filipino,
al presidente González
en Consejo de Ministros:
 -- “hoy se trata de expoliar;
para eso estamos reunidos;
y camuflar el expolio
vistiéndole un san Benito
al industrial jerezano;
presentémosle de cínico
depredador del trabajo
y defraudador del fisco.
Nuestros votantes esperan
que jodamos a los ricos
y regalemos la tarta,
como se regalan higos
de la higuera de la huerta
a parientes y vecinos;
ya que saben degustarlos
y quedan agradecidos”--.
Dijo, González: --“ Qué bueno;
zanjaré mis compromisos”--.
Más alegre que unas pascuas
salía el señor ministro;
pues no iría hasta Isabel
de marxista estalinisto,
sino, forrado de duros,
como punto filipino.
Ahora vería más grande
Isabel a Miguelito
y no pondría objeción
a conceder el idilio.

Como gallo de morón,
cacareante y desvestido,
se exilia en el extranjero
Ruiz Mateos, perseguido;
que le pillaron, al pobre,
en babia, como a un pardillo;
de haber estado despierto
le pillarían lo mismo.
Si no bendijo San Pedro,
González sí que bendijo
las viandas que pastaron
cada mochuelo en su olivo.


                            (3 de Marzo de 1998)

2 comentarios:


  1. Una vez leído y muy bien entendido: Señor Eloy un diez te doy por lo bien que lo has definido. Felipe el mucho Felipe, que bien todo le ha salido. Se ha reído de todos nosotros y tan pancho se ha quedado.
    Un abrazo y corto, no quiero más enredar, no sea que alguien se pueda enfadar.

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  2. Amigo Manuel, la verdad es que a González, Boyer, etc. Este expolio les fue verdaderamente después, en su vida privada. Llegaron con la chaqueta de pana y despechugados y.. despúes.... ¡Qué te voy a decir, que no sepas. Un abrazo..

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