Parece
que lidian toros
embarullados,
por cierto,
y toda
la piel de toro
se ha
convertido en albero.
Hay morlacos poderosos,
hay morlacos pedigüeños.
morlacos
que van de extraños;
hay
morlacos largui-cuernos,
los hay
de testuz muy dura,
también
los hay corti-cuernos;
mas
todos con mala entraña,
todos
con resentimiento,
criados
en las dehesas
de Don
Zurdo y Don Izquierdo,
donde se
crían rabiosos.
adictos
a pinchar huevos
y entre
la ingle y coquilla
entrenan
pa meter cuerno.
En
Moncloa, de “mudito”,
pone
coquilla el maestro
y a
echar quite a los morlacos
envía
banderilleros,
con
muchas contradicciones:
que si
con capa a, voleo;
que si
con pases de espalda;
que si
con pase de pecho;
si
banderillas mal puestas;
que si
el picador, por cierto,
lleva la
vara sin punta
y le
acojonan los cuernos;
en fin,
que todo es desmadre
y
escraches sobre el ruedo
y, tras
pagar las entradas,
se está
mosqueando el pueblo
que es
lamentable espectáculo
el que
ven por su dinero;
si les
cobran de antemano,
merecen
algún respeto;
así
vuelan almohadillas
desde el
tendido hasta el ruedo
y turbas
enfurecidas
acosan
banderilleros
y se
escrachean las casas
de
Diputados peperos,
cuando
el escrache ha de ser
al chalé
de Zapatero.
Mientras
tanto, en la Moncloa
sigue
silente el Maestro
y se
enfunda el ectoplasma
para dar
la cara al pueblo:
--“si
vienen los periodistas,
diles que
les veré luego
y que no
me hagan preguntas
que me
ponen de los nervios;
mejor
les hablo por plasma
y evito
a los indiscretos
que
quieren saberlo todo
en lo
que soy analfabeto”.—
Se dice,
se rumorea,
se
comenta en mentideros,
cotillean
las marujas,
lo
discuten los porteros,
se
pelean en la Tele
los
tertulianos del dedo,
ya que
siempre son los mismos
por
chupar un sobresueldo.
Alguno
dice verdades,
otros
mudan, de escaqueo,
no nos
interesa el tema
ya que
afecta a los nuestros.
Toda
España es un desmadre;
pues en
esto están de acuerdo
los tirios
y los troyanos,
los
derechos, los izquierdos,
algún
independentista
e
indecisos del centro.
Cada uno
va a lo suyo
y se
venden los criterios,
según la
ley planteada,
con más
o menos acierto,
por el
mordisco oportuno
en Zoco
del Parlamento.
Todo es
culpa de la crisis
que
inventó un extranjero,
mientras
jugaban la Champions
un
puñado de banqueros
y
presidía el cotarro
el
cegato Zapatero;
éste,
por fardar, tiraba
los
millones hasta lejos
y
cobraban intereses
sus
Ministras, pero a besos.
Hoy
tenemos Presidente
en
economía diestro:
un
maestro en el recorte
que
estoquea con impuestos;
para
explicar la faena
nos
manda banderilleros
que, con
ideas confusas,
nunca se
ponen de acuerdo.
El
pueblo va confundido
por muy
distintos senderos
y el
fabricante de mapas
sigue en
profundo sesteo.
Ahora
nos va por lo íntimo,
pues se
reúne, en secreto,
con
quienes crean problemas
y
reclaman más dinero.
Arturo,
el separatista,
a la
sombra de un abeto
del
palacio de Moncloa,
se reúne
en plan discreto
con el
Maestro Ciruela
y montan
su contubernio.
Queremos
saber los tratos;
pero
quedan en misterio.
Viendo
Urkullu a Rajoy
de
Presidente discreto,
se
presenta en la Moncloa
montando
otro contubernio.
Pero…
¿De qué coño hablaron?
Viene a
preguntar el pueblo
y el
pueblo se queda “in albis”;
por eso
son contubernios.
Parece
que a intimidad
tiene
tol mundo derecho
y, si lo
tiene tol mundo…
¿Por qué
no han de tener ellos?
Toda
España es un desmadre;
el
pueblo, de sordo y ciego,
arma
broncas por las calles
y, al
final, todos contentos,
esperando
que un buen día
vuelvan a
llover impuestos.
(Madrid,
19 de Abril de 2013)