martes, 15 de noviembre de 2011

ROMANCE DEL PODADOR ( II )

--Por lo que leo, Eloy, Aznar que recibió una España tan arruinada como la presente, en ocho años de legislatura, consiguió hacer un país puntero en el universo mundo. Una España digna y prestigiada, con una economía saneada y situada en el noveno lugar del mundo. ¿Cómo lo hizo?
--Pues usando el sentido común, que es el menos común de los sentidos y, si no, que se lo pregunten al de “ojos glaucos y cejas circunflejas”,
--Es que, Eloy, como le cagó un golondrino bravío y se lo exilió para los restos, preñándole de incongruencia que ha parido con cierta frecuencia, estaba exento del uso y disfrute del mismo.
--Eliminó los despilfarros, los robos descarados, el nepotismo y demás zarandajas, tan propias del Gonzalazo, que dices. Del País,
donde se podía uno enriquecer más rápidamente, según aseguraba Solchaga, Ministro de Hacienda, pasamos a enriquecer la economía del País y, por consiguiente, la de todos los españoles.
González, en cada campaña electoral, prometía la creación de 800.000 puestos de trabajo y, al final de cada legislatura había creado un millón más de parados. Cuando se vio obligado a adelantar las elecciones había subido el paro al 23%.
--¿No decía Solchaga que era muy fácil enriquecerse en el Gonzalazo?
--No lo dudes, Gaudioso, se enriqueció Palomino, su cuñado; se enriqueció Juan Guerra, vendiendo  cafetitos en un despacho que puso su hermano y vicepresidente en Sevilla, donde pensaba trabajar los domingos que pasase por allí. Sí, Gaudioso, se enriquecieron muchos, ¡qué duda cabe! pero no el país, que lo dejó hecho unos zorros. Aznar bajó el paro al 10%, creando cuatro millones de puestos de trabajo, sin necesidad de anunciar la creación de ochocientos mil en cada mitin.
--Eso les jodería a los sindicatos, que no veas?
--¿Por qué dices eso, Gaudioso?
--Porque los sindicatos no cobran por los puestos de trabajo que se crean, ellos cobran comisiones por los despidos y, sobre todo, de los ERES. Anda que no sacaron millones con los eres andaluces del Midas.
--Ese turbio asunto está en manos de la juez Dña. Mercedes Alaya; veremos en que termina; de momento, Alfonso Guerra ha puesto en duda su honorabilidad en un mitin de Sevilla. Los hay que no cambiarán nunca, siempre barriendo para casa.
--Lo que yo digo, Eloy, donde chupan como hambrientos del tercer mundo es de los ERES. Esas sí que son ubres y no las de “la pinta”, la vaca lechera del tío Gaudencio, que ha ganado un montón de premios en las Ferias de Torrelavega, allá, por Cantabria.
--Que se lo pregunten al sindicalista de UGT, el tal Lanza, y a unos cuantos más.
--Entonces, Eloy, la época del Aznarato fue próspera para España; nada que ver con el Gonzalazo y, menos aún, con el Imbecilazo actual.
--Efectivamente, Gaudioso, efectivamente. En la época del Aznarato, que dices, ser español llegó a ser un orgullo; podías ir por esos mundos de Dios con aspecto de solvente y con la cabeza muy alta. A los españoles se nos respetaba. Fíjate que Aznar andaba por la Casa Blanca como Pedro por su casa y ponía los pies encima de la mesa de Presidente, como la cosa más natural del mundo. La verdad es que, a lo largo de los años e ímprobos trabajos diplomáticos, ZP también consiguió ser invitado a la Casa Blanca por el Presidente Obama.
--¡Claro! Pero al de “ojos glaucos y cejas circunflejas” le invitó el Día de la Oración; o séase, para rezar en compañía; porque a Obama le consta que nada jode más a un ateo que invitarle a rezar; por eso le invito, con recochineo y por conocer a las dichosas “niñas góticas” de ZP. Figúrate cómo serán que prohibió las fotografías y reportajes en España; sólo las vieron en el resto del mundo. A eso se redujo el “encuentro sideral” que anunció, orgullosa, ella, Leire Pajín. Nunca le perdonarán el desprecio que hizo a su bandera en el desfile de la Castellana.
--Como podrás ver, Gaudioso, otra incongruencia.
--Por aquel entonces, ya le había defecado en la cabeza un golondrino bravío; creo que fue a la entrada del Hotel Gaudí de Astorga, cuando el “Congreso de la Mantecada”; quedó marcado para los restos, como se ha podido comprobar.
--Pero, sigamos con el romance del podador, Gaudioso, en él se narran los hechos.
--¡Vamos a ello, Eloy!

ROMANCE DEL PODADOR (II)

Cuando Aznar se nos marchaba,
motu proprio, del gobierno,
dejaba para Rajoy,
por razón de testamento,
un jardín, que era un milagro,
la huerta, que era un portento;
eran la envidia de Europa,
la envidia del mundo entero.
Para comicios llegaron
los moros dinamiteros
y volaron unos trenes
con casi un millar de muertos.
Rubalcaba culpó a Aznar
de este terrible suceso
por mandar hasta el Irak
soldados con armamento.
Esta triste circunstancia,
Rubalcaba y sus manejos,
su pásalo, pásalo,
en mensajes por teléfono,
le regalaron a España
un Rodríguez Zapatero,
un Partido Socialista
muy progresista, por cierto,
que resultó gollería
y un descalabro severo.
Llegado que fue a Moncloa
apoyado por el pueblo,
hizo vicepresidenta
a “Picia”, pero en moderno;
tenía que dar millones
de flores, como de euros,
por el beso de un hispano,
palestino, moro o negro;
ya que en las tierras de España
ni “Picio” le daba un beso.
De tanto regalar flores
nos dejó el jardín de yermo.
ZP con  sus ministros
gastaron sin miramiento
toda la herencia que Aznar
dejara en su testamento.
El zoco de Marrakech
instaló en el Parlamento
donde pagaba por voto
cuarenta millones de euros;
vendían los catalanes,
los vascos y los gallegos,
los canarios, que eran fijos
hasta apoyando decretos.
Chupaban de nuestro erario
separatistas confesos
naturales del terruño
más charnegos y maquetos;
arruinaban el País
con crisis por barlovento;
(Continuará…)

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