martes, 31 de enero de 2012

ROMANCE DE LA RUBIANA

Estamos a las puertas del Congreso del Partido Socialista Obrero Español (las siglas no aciertan ni una, si acaso en lo de Partido, porque está roto de coj…) Es la hora oportuna de conocer a estos dos candidatos: En un rincón del cua-drilátero está Rubalcaba (Ppunto, Pérez, RBCB, simple-mente Alfredo, Pocero de profesión y Maestro en las Artes Ocultas y en la Alquimia, criador de faisanes y ex plurimi-nistro) con un peso de cinco arrobas un poco escasas. En el rincón opuesto está Carme Chacón (Carmen en Andalucía, Castilla y Aragón por raíces ascendentes; ella desciende) Ex Ministra de Defensa por motivos de preñez, catalana y “rubiana” hasta la médula y ahora españolísima por interés electoral, con un peso de cuatro arrobas un tanto pasadas. Estos días hablaremos de estos oponentes. ¿Quién presidirá el PSOE? Cualquiera de los dos será tan nefasto como en anterior. Verdadero Chollo para la Oposición, sea la que sea.
ROMANCE DE LA RUBIANA
Hubo, un día, un tal Rubianes,
catalán de cuerpo entero
a pesar de haber nacido
en territorio gallego.
Alguien dijo que su pluma
asombraba al mundo entero;
comparado con Cervantes,
más que pluma, era plumero
y verdades transcendentes
le salían del tintero
que paría, brutalmente,
escogiendo bien el medio;
nunca entendió que estos juicios
pudiesen ser cachondeo.
Un día se desmadró
y defecó todo el cuerpo
en un medio catalán
que atendía al parturiento
y acogió la gran parida
con un aplauso de estruendo.
“Estoy de la puta España,
vino a decir el mastuerzo,
más allá de coronilla;
mismamente, hasta los huevos.
Y todos los españoles
la pueden meter pa dentro
por donde el propio Cerolo
traga los tronchos ajenos”.
España entera bramó
contra el dichoso mastuerzo,
que era gallego en España
y en Cataluña Charnego,
por la ofensa impertinente
que ofendía al pueblo entero.
Como una Juana de Arco
en defensa del engendró,
nos salió Carme Chacón
declarando con estruendo:
“Ya somos todos Rubianes;
en esta tierra tenemos
por santas estas palabras
en defensa de lo nuestro”
Se enfundó una camiseta
con la efigie del mastuerzo
e hizo manifestaciones
pidiendo, a diestro y siniestro,
se respetase al ilustre
catalán, que era gallego,
por sus valores sublimes
y así firmó el “manifiesto”.
Después se fue, tan oronda,
a mandar nuestros ejércitos:
los que estaban en cuarteles
y los que estaban sufriendo
los rigores de unas guerras
en misiones de silencio.
Hoy, ya no es Carme, que es Carmen;
y reclama su derecho
a dirigir el PSOE
(Partido Español, por cierto)
y se olvida de Rubianes
por ser escritor ya muerto.
Agua, que mueve molino,
también puede regar huerto.
(Madrid, 31/1/2012)

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