martes, 17 de enero de 2012

ROMANCE DEL REY MIDAS ( II )

Estaba yo descifrando los viejos pergaminos de las profecías de Oseas con arduos quebraderos de cabeza, porque en esto de descifrar pergaminos en lengua hebrea, encima antiquísimos, estoy lo que se dice cual tabula rasa; es decir, ni puñetera idea.
Por otra parte, para complicarme más la traducción, los garabatos del profeta estaban escritos con temblor de dedos y el cálamo, por lo que yo estaba comprobando, había trazado rasgos muy irregulares.
Cuando Oseas escribió estas precisas profecías ya estaba afectado del Parkinson, o similar, dado que en aquellos tiempos tan remotos, no habían inventado el famoso “baile de San Vito”; éste surgió en tiempos lejanos, pero no remotos, las cosas como son.
En esto, apareció Gaudioso con todo el aspecto de un coñón de tomo y lomo, que se dice.
--Buenas, Gaudioso. –Le saludé con mis mejores intenciones.
--Te he dicho, varias veces, Eloy, que buenas, lo que se dice buenas, la Bibiana y la Pajín, eso es lo que asegura ZP, pero ¡vete tú a saber! Las demás son medianejas, incluidas las tardes como ésta.
--No; si lo que yo te he dicho, Gaudioso, es que te deseo buenas tardes.
--Y… ¿Tú te crees que, porque me desees buenas tardes, las voy a tener? ¡Vamos, anda!
--Bueno, Gaudioso, la verdad es que mis deseos están condicionados a tus circunstancias. Son buenos deseos.
--Pero yo, Eloy, con tus buenos deseos no como.
--Desde luego, Gaudioso, ni con los buenos ni con los malos, solo eres una entelequia.
--Y que lo digas! Todo gracias a ti, que no pares ni pa Dios.
--Ni pariré, Gaudioso; ya sabes que, a ti, solo te escribí para mi distracción, y deleite; por motivos de cachondeo, porque la realidad se las trae.
--¿Coño con el deleite! Y con el mío… ¿Qué?
--No te quejes, Gaudioso, te doy ocasión de distraerte con estas largas charlas que mantenemos y, además, te consta que estoy haciendo la vista gorda con tus subidas a Facebook, donde estás colgando tus “Romancillos coñones de actualidad” en mi muro; debes estarme agradecido, porque tienes la lengua muy suelta y puedes comprometerme; es que te metes con cada uno…
--Como dejas el periódico por cualquier parte, pues… ¿Qué quieres? Me aburro, cuando no estás, y leo; y, después de leer, pues me da por interpretar a mi manera. Es que… Uno se entera de cada cosa, que colgando parecen bolsas, Eloy. Yo tengo derecho a un desahogo. ¿O no?
--No, si yo te comprendo, Gaudioso, pero es que tienes una lengua muy afilada, a veces parece viperina y un tanto venenosa.
--¿Qué quieres? Es que hay noticias que me tientan. Aunque sea una entelequia, no soy de piedra, coño. Es que me entero de cada cosa…
--Sí, Gaudioso, algunas de difícil explicación. Ahora estaba buscando alguna justificación a ciertos casos alarmantes en las Sagradas Escrituras.
--Ya veo que estás traduciendo a Oseas. Tema difícil; anoche le eché una ojeada y es un tanto enrevesado, el jodido. ¿Estás con el anuncio del Mesías?
--Ése ya lo comprobé y es una cosa aceptada por millones de creyentes, a través de dos mil años de historia. Estaba con los últimos garabatos, aquí habla de un Midas.
--¿El que convertiría en oro todo lo que tocase? ¡Vaya gachó!
--Es que aquí predice la llegada de un Midas por estos años y, por las referencias que da del lugar, a mí me parece que el Midas aparecerá por tierras de Andalucía.
--No te desmoches más, Eloy, ese Midas, sin duda, es el ex Director General de Trabajo de Andalucía. No puede ser otro.
--¿Tú crees?
--¡Coño, que lo creo!. Me pasa lo que aquel cura que llegó a creer en los gafes más que en Dios.
--Bueno, es que el cura, en aquella partida, llegó a tener sus razones.
--¡Claro, como yo tengo las mías! ¡No te jode!
--¿Cuáles son? Si puede saberse.
--Pues escucha, Eloy, Francisco Javier Guerrero ha tocado a un montón de “pobres criaturitas”, (según afirma él mismo) y resulta que les ha dorado de cojones. ¿No lees la prensa, coño? En el pueblo de “El Pedroso” ha dorado hasta al lucero del alba: familiares, condiscípulos, compañeros del Ayuntamiento, afiliados al PSOE (que es su partido y, por lo tanto, colegas), sindicalistas de UGT que son afines a sus dogmas políticos; ha dorado hasta su propia suegra y… Mira que es raro dorar a una suegra.
Lee a Oseas, Eloy, lee a Oseas y te irás enterando.

ROMANCE DEL REY MIDAS ( II )

En los viejos pergaminos
predicen muchos profetas:
Zacarías, Malaquías,
Ageo, un tal Miqueas,
Sofonías, Hababuc,
Jonás, Joel, Amos, Oseas…
Todos ellos predijeron
cosas malas, cosas buenas,
y otras, más bobaliconas,
como son las Zapateras:
siempre anunciando la luz,
siempre caminando a ciegas.
“Ha de nacer en Belén”
predijo, en su tiempo, Oseas
el Mesías de Israel;
le precederá una estrella”.
Abajo, más garabatos,
la misma lengua aramea:
predicciones venturosas
del mismo profeta Oseas
sobre una región lejana
con gentes dadas a fiestas,
dadas al paro masivo,
al toreo y a las ferias,
al jerez, la manzanilla,
taconeo y castañuelas.
Desde aquella lejanía
ya contemplaba el profeta
gentes con coche oficial,
viandantes por carretera
y unas pobres criaturas
tiradas por las cunetas
sin los medios necesarios
a una pobre subsistencia.
En los tiempos del Herodes,
Mesías predijo Oseas;
para la época de Chaves
Midas predijo el profeta
y podría hacer de oro
aquellas gentes paupérrimas
que veían pasar coches,
tintados, por carreteras
mientras comían los cardos
que criaban las cunetas.
Todos los seres hambrientos,
todas las gentes paupérrimas
llenarían sus barrigas
con las cosas suculentas
que pueden pagar los euros,
teniendo cuentas repletas.
Midas tocará un inope
o mísero, por más señas,
que vendrá a hacerse de oro
de los pies a la cabeza;
pondrá dinero en los bancos
donde hayan abierto cuentas
y podrán vivir de ricos
la vida que aún les queda.
De este modo, Andalucía
exiliará la pobreza
y gentes agradecidas
meterán, sólo, boletas
del PSOE en los comicios
y serán “carnes tolendas”
para Griñán, por los siglos,
sin conocer las “cuaresmas.
Todo esto dejó escrito
en papiro el tal Oseas.

(Continuará…)

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