jueves, 9 de febrero de 2012

ROMANCE DEL DESPIPORRE

ROMANCE DEL DESPIPORRE

Vienen tiempos muy jodidos.
Vivimos tiempos nefastos
a causa de una cruel crisis
con acoso de mercados.
La crisis es cosa seria
y nos tiene acojonados,
tanto a élites de arriba
como a curritos de abajo;
si sumamos los infantes
y los viejos jubilados,
cuarenta y cinco millones
vamos todos al carajo
sufriendo las consecuencias
de la pobreza y del paro.
Mala madrasta es la crisis;
no la vio el “Iluminado”
cuando inició su andadura
por los libros de los bancos;
era crisis, tan pequeña,
que no divisó “Ojos Glaucos”
pues soñaba economías
para jugar una “champions”
con Alemania y con Francia;
a Italia había derrotado
y anunciaba una final
con la Merkel, mano a mano.
A causa de estos delirios,
que dos años le duraron,
estamos en puta ruina
con un tercio de parados
y dos tercios que, aunque curran,
tienen ánimos mermados
pues llueven “eres” a manta
sobre un campo ya inundado.
Así, el charco se hizo mar
y en él vamos navegando:
unos, de putos remeros;
otros, en puente de mando
y algunos, en camarotes
en crucero de regalo;
a fin de cuentas, disfrutan
de las deudas del Erario.
Unos pagan, otros cobran
y muchos necesitados
van a Caritas, humildes,
a comer humildes platos;
pues pone la Iglesia mesa
a los de ingresos mermados.
Ahora resulta que el “Líder”
de quien creó los parados
quiere enfrentarse a la Iglesia
y romper el Concordato.
Quiere quitar a la Iglesia
las ayudas del Erario
y Ésta tendrá que cerrar
comedores, a destajo,
obligando a los hambrientos
a ir de pasto por los prados.
“El Rasputín de Solares”,
en su día, bautizado,
se dice: anticlerical,
progresista, renegado,
bicho de malas entrañas,
defensor del bienestar
y dice bajará el paro
cuando se mueran de hambre
tres millones de parados.
Y es que “Rasputín” asusta,
incluso, a Rodrigo Rato
que pasea los pasillos
de Bankia, muy preocupado;
pues le han pegado un mordisco
de tres partes del salario,
quedando en seiscientos mil
los ingresos por un año.
A fin de mes, él contaba
comer los humildes platos
en un comedor de Caritas
para poder ir tirando
hasta que, en tiempos mejores,
recuperase el salario
que hoy le ha podado de Guindos
en la crisis amparado.
No es justo que esta pelea
de Alfredo y el Vaticano
pueda llevarnos a hambruna
por culpa de un renegado
que quiere mermar posibles
que hoy aporta el Concordato.
¡Qué mala inquina le tiene
Rubalcaba al pobre Rato!

( Madrid, 9 de Febrero de 2012)

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