jueves, 16 de febrero de 2012

ROMANCE DEL CONSEJERO

ROMANCE DEL CONSEJERO

Un chalé de Somosaguas;
fría noche de Febrero;
la luna, como es costumbre
en las noches de tempero,
platea con fríos rayos
los árboles y los setos
del chalé, gratis total,
donde vela Zapatero
su túnica, amplia y negra:
toga que es de Consejero
con las sus puñetas rojas
y caída en amplios vuelos.
Noche plateada y limpia,
noche heladora de cierzos
que nos traen, desde Siberia,
ramalazos de un invierno
que resulta acojonante
al agua, que se hace hielo,
y el surtidor de la fuente
cristaliza de canguelo.
Es noche rasa y profunda
con estrellas y luceros
y, sin nubes que contar,
vela toga el caballero,
como velase sus armas
aquel Quijano Manchego
víspera en que Maritormes
con un mugriento hospedero
hiciesen de Don Quijano
un Quijote Caballero;
autor de grandes hazañas
por los llanos y los cerros.
Cervantes nos los narró
con un lenguaje, tan bello,
que dio fama universal
al Gran Quijote Manchego.
Cervantes no narrará
hazañas de Zapatero;
si acaso, será su primo,
el de “la tierra es del viento”,
quien trenzará las metáforas
para poder hacer bueno
a un hombre, que nos dejó
con el culo pajolero,
con los bolsillos vacíos
y la ilusión por los suelos.
En chalé de Somosaguas
un expresidente lelo
se calcula la pensión
y, al final, clama al cielo:
“con esta pensión escasa
no viviré, cual merezco,
tras haber rendido a España
tantos sudores y esfuerzos;
los gastos fijos no cuentan,
porque son extras del sueldo;
no contamos la oficina;
los empleados no cuento;
tampoco seguridad
ni el coche, oficial por cierto,
con su chofer, su seguro,
gastos de mantenimiento:
todo a cuenta del erario
de un agradecido pueblo.
Necesito otro trabajo
para aumentar los ingresos;
mis “góticas” se hacen grandes
y he de ir buscando nueros
que casen a Laura y Alaba
y mantengan con sus euros.
Mientras tanto, tengo gastos;
para otros son pajoleros;
pero, si mantengo estatus,
son mermados los ingresos.
¿Dónde puedo yo encontrar
un trabajo con buen sueldo,
si nunca hice otra cosa
que llevar un mal gobierno?
No creo que encuentre un chollo
que me rinda más, por menos,
que ese Consejo de Estado
que reclamo, por derecho.
Podré aportar mi experiencia
de dejar a todo un pueblo
plagadito de parados
y con el agua hasta el cuello;
ni González consiguió
tantos culos pajoleros
expuestos a la intemperie
de estas noches de tempero;
viven muy mal, ya lo sé,
pero van sobreviviendo”.
Así pensaba el “tunante”
en fría noche de Febrero
y velaba la su toga,
armadura del Consejo.
Le apadrina Maritormes
(niña que engañó al espejo
a fuerza de costurones);
ésta nombra Caballero
y Consejero de Estado
al más Ilustre Mastuerzo.
Dios nos pille confesados
a españolitos en cueros
que tendremos que sufrir,
al fin, sus necios consejos;
el ex presidente quiere
subir así sus ingresos
y vivir de puta madre;
nosotros lo pagaremos.

(Madrid, 12 de Febrero de 2012)

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