domingo, 4 de diciembre de 2011

ROMANCE DEL EURO DIPUTADO

ROMANCE DEL EURO DIPUTADO

Mamá, cuando yo sea grande,
seré un eurodiputado,
pa vivir de puta madre
a costa del euroestado,
con unas dietas gordísimas,
con paga de millonario.
Viajaré en aviones VIP
con champán y con montados,
periódicos y revistas,
cómodo y despatarrado,
mientras en clase turista
se joroban apretados.
Comer en los restaurantes
con tres estrellas dotados
por la Guía Michelín,
que sus menús han probado
y me asegura que son
exquisiteces sus platos.
Viajaré en coche oficial
o, si en taxi, a su cargo
como tribuno oficial
no cual simple ciudadano.
Mamá, cuando yo sea grande,
seré eurodiputado.
Me ha dicho, uno que entiende
por estar allí ocho años,
que, tan solo, por fichar
para ir hacia el escaño,
sin importar lo que estés,
trescientos euros ganados;
no los gana un albañil
doblando el lomo a diario
aunque pueda colocar
ladrillos a cuatro manos.
Mamá, cuando yo sea grande,
seré eurodiputado.
Me ha dicho, el que lo entiende,
que allí el trabajo es liviano
y los ingresos muy gordos
como para despreciarlos.
Mira, mamá, no te asustes
con lo que voy numerando:
son los ingresos mensuales,
sólo para los traslados
en avión y en clase VIP,
seis mil euros mal contados;
quinientos más para taxis
y los transportes urbanos;
las dietas vienen a ser
trescientos euros diarios,
que suman otros seis mil
y cobras solo fichando;
el sueldo son siete mil
y, éstos, sí que son exactos.
Además de todo esto,
hay cuatro mil para gastos
sin justificación alguna,
por más señas, de regalo;
simplemente, pa caprichos
y, también, puedes ahorrarlos.
Por si resultaran pocos
los euros que te he contado,
por si el trabajo resulta
trabajoso o muy pesado,
te dan otros nueve mil
pa contratar empleados,
asistentes, que te ayuden,
mayordomo o secretario,
para una simple criada
o, sino, puedes ahorrarlos.
¡Que son cuarenta y dos mil
y los meses pasan rápidos!
Mamá, que son cada mes;
que no son cada dos años
que es lo que cobra papá
y trae, cada mes, a plazos.
No me obligues a estudiar
para ser un ilustrado;
ni médico, ni ingeniero,
ni arquitecto, ni abogado;
son los estudios muy duros
y los cursos son muy largos
para, después, terminar
viviendo en colas del paro.
Con los años de la escuela,
después, el bachillerato,
inglés en una academia
y otro poquito de galo,
entro becario en la Sede
de un Partido o Sindicato,
y a fuerza de relaciones,
besaculos, besamanos,
llevar sobres, circulares,
folletos, comunicados,
tratar mucho con la gente
y conseguir afiliados;
si, encima, doy coba al jefe
haciéndole los recados,
me gano su confianza
y, él, me irá situando.
Después, aquí zancadillas,
más allá, doy dos codazos,
pisaré al que va delante
dejándole de atrasado
y me meteré en las listas
en lugar privilegiado.
Si en Bruselas, la Maleni,
el regalo envenenado
que hizo a Zapatero Chaves
y sólo fomentó escándalos,
repudiada en Cataluña
y también en el Senado,
está de eurodiputada
y comprando varios bancos;
también yo puedo tener
en Bruselas un escaño.
Con practicar de vocero
tengo un puesto asegurado;
y no tengo que estudiar...
Mira Elena Valenciano.

Mamá, cuando sea grande,
seré eurodiputado.

(Madrid, 11 de Mayo de 2011)

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