martes, 1 de octubre de 2013

ROMANCE DE BUTIFARRAS

En la gran chacinería
que produce nuestra España
no admiten comparación,
por calidad demostrada,
los chorizos andaluces
y las ricas butifarras,
que produce Andalucía
y la Industria Catalana:
frutos de carne de cerdo,
pimentón y mucha grasa,
que en Andalucía curan
al pie de Sierra Nevada
y en Cataluña, también,
en las cumbres pirenaicas
por sus fríos ventarrones
y sus gélidas heladas.
Son chorizos de primera,
como son las butifarras,
que demuestran calidad
con origen de sus marcas
y aportan un gran prestigio
a nuestra imagen de España.
Nadie comprende en Hamburgo
que salchichas bavieranas
no se acerquen, ni de lejos,
a los chorizos de España
a pesar de usar con mimo
esta patente alemana
que, en sus otras producciones,
le dan prestigio a Alemania;
pero, al ser tan orgullosos,
nuestros chorizos rechazan
y disfrutan con cerveza
sus salchichas bavieranas.
A chorizos andaluces
ya les hemos dado caña
en romances anteriores;
hoy, toca a las butifarras
que por ser tan “honorables”
deben ser romanceadas
con versos más detallados
al ser productos de marca;
“Honorable” en Cataluña
que prestigian “Marca España”.
Hay personas destacables
y “honorables” butifarras
como fue Jordi Pujol
en la Banca Catalana;
la Banca se fue al carajo;
Pujol quedó con la grasa
que, en el idioma actual
la llamamos pasta gansa.
Amparadas en Pujol
surgieron más butifarras
que se llevaron millones,
como se dice, a paladas.
¿Qué decir de Félix Millet,
butifarra contrastada
que se llevó los millones
y los acogió en su casa?
Es alma caritativa;
vio pelas abandonadas
que dejaron, por descuido,
los de Fomento y Contratas;
le despertó caridad,
al verlas desamparadas;
temió muriesen de hambre
y las puso mesa en casa
donde comieron de lujo
en abundantes pitanzas
y, además, invitada vino
Convergencia Democrática,
ya que el menú era abundante
para embutir butifarras.
Sentado a la misma mesa
Jordi Montull se zapaba
unas raciones soberbias
de aquella sabrosa pasta.
Millet sació  con Montull,
Convergencia Democrática
y algún que otro aprovechado
amante de pasta  gansa.
A la sombra de Pujol,
Prenafeta se forraba,
lo mismito que Alavedra
y otros más en cuchipanda,
que el dinero era abundante
cuando Pujol gobernaba
y le pagaban a un juez
por hacer la vista gansa
con suculentas mordidas;
Estevill  se nominaba
y vino a caer en cárcel
por semejantes andanzas;
él era juez, solamente,
no político de casta.
Cuando crecieron infantes
que Marta y Jordi criaran,
desparecían millones,
a lo puta y en cascada,
viniendo a causar la ruina
de la Hacienda Catalana.
Jordi Pujol, primogénito,
al extranjero sacaba
mochilas muy opulentas
que su fortuna engordaban;
luego denunció la novia
que, en ratos libres, la hostiaba.
Butifarra, Pallerols;
Oriol Pujol, butifarra.
En fin, que son incontables
parientes y camaradas
los chorizos catalanes
(digámosles butifarras)
que saquearon , a modo,
esta Hacienda Catalana,
aunque Mases y Junqueras
digan que les roba España.
Allí robó todo cristo;
los apóstoles, robaban;
y debió robar San Jordi
con la punta de la lanza;
que dragones son dragones,
pero la pasta es la pasta.
Cierren las chacinerías
Porque ya no queda nada;
Tan solo, la independencia
y las causas… olvidadas.

  (Cale, 30 de Septiembre de 1013)


2 comentarios:

  1. mi no comprender... je ne parle le Spain je parle SPANTO: Esperanto: nihil obstat.Imprimatur ok, ok, Koreano.

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