En la gran
chacinería
que produce nuestra
España
no admiten
comparación,
por calidad
demostrada,
los chorizos
andaluces
y las ricas
butifarras,
que produce
Andalucía
y la Industria
Catalana:
frutos de carne
de cerdo,
pimentón y mucha
grasa,
que en Andalucía
curan
al pie de Sierra
Nevada
y en Cataluña,
también,
en las cumbres
pirenaicas
por sus fríos
ventarrones
y sus gélidas
heladas.
Son chorizos de
primera,
como son las
butifarras,
que demuestran
calidad
con origen de
sus marcas
y aportan un
gran prestigio
a nuestra imagen
de España.
Nadie comprende
en Hamburgo
que salchichas bavieranas
no se acerquen,
ni de lejos,
a los chorizos
de España
a pesar de usar
con mimo
esta patente
alemana
que, en sus
otras producciones,
le dan prestigio
a Alemania;
pero, al ser tan
orgullosos,
nuestros
chorizos rechazan
y disfrutan con
cerveza
sus salchichas
bavieranas.
A chorizos
andaluces
ya les hemos
dado caña
en romances
anteriores;
hoy, toca a las
butifarras
que por ser tan
“honorables”
deben ser
romanceadas
con versos más
detallados
al ser productos
de marca;
“Honorable” en
Cataluña
que prestigian
“Marca España”.
Hay personas
destacables
y “honorables”
butifarras
como fue Jordi
Pujol
en la Banca
Catalana;
la Banca se fue
al carajo;
Pujol quedó con
la grasa
que, en el
idioma actual
la llamamos
pasta gansa.
Amparadas en
Pujol
surgieron más
butifarras
que se llevaron
millones,
como se dice, a
paladas.
¿Qué decir de
Félix Millet,
butifarra contrastada
que se llevó los
millones
y los acogió en
su casa?
Es alma
caritativa;
vio pelas
abandonadas
que dejaron, por
descuido,
los de Fomento y
Contratas;
le despertó
caridad,
al verlas
desamparadas;
temió muriesen
de hambre
y las puso mesa
en casa
donde comieron
de lujo
en abundantes
pitanzas
y, además,
invitada vino
Convergencia
Democrática,
ya que el menú
era abundante
para embutir
butifarras.
Sentado a la
misma mesa
Jordi Montull se
zapaba
unas raciones
soberbias
de aquella
sabrosa pasta.
Millet
sació con Montull,
Convergencia
Democrática
y algún que otro
aprovechado
amante de
pasta gansa.
A la sombra de
Pujol,
Prenafeta se
forraba,
lo mismito que
Alavedra
y otros más en
cuchipanda,
que el dinero
era abundante
cuando Pujol
gobernaba
y le pagaban a
un juez
por hacer la
vista gansa
con suculentas
mordidas;
Estevill se nominaba
y vino a caer en
cárcel
por semejantes
andanzas;
él era juez,
solamente,
no político de
casta.
Cuando crecieron
infantes
que Marta y
Jordi criaran,
desparecían
millones,
a lo puta y en
cascada,
viniendo a
causar la ruina
de la Hacienda
Catalana.
Jordi Pujol,
primogénito,
al extranjero
sacaba
mochilas muy
opulentas
que su fortuna
engordaban;
luego denunció
la novia
que, en ratos
libres, la hostiaba.
Butifarra,
Pallerols;
Oriol Pujol,
butifarra.
En fin, que son
incontables
parientes y
camaradas
los chorizos
catalanes
(digámosles
butifarras)
que saquearon ,
a modo,
esta Hacienda
Catalana,
aunque Mases y
Junqueras
digan que les
roba España.
Allí robó todo
cristo;
los apóstoles,
robaban;
y debió robar
San Jordi
con la punta de
la lanza;
que dragones son
dragones,
pero la pasta es
la pasta.
Cierren las chacinerías
Porque ya no
queda nada;
Tan solo, la
independencia
y las causas…
olvidadas.
(Cale, 30 de Septiembre de 1013)
Eres genial.....
ResponderEliminarmi no comprender... je ne parle le Spain je parle SPANTO: Esperanto: nihil obstat.Imprimatur ok, ok, Koreano.
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