Por las calle de
Sevilla
cabalgan los
justicieros
sobre briosos
insultos
en que son
jinetes diestros;
los unos,
comisionistas;
los otros, son
ugeteros;
tanto unos como
otros
honrados a
cuerpo entero;
pues hace más de
cien años
lo honrado es ser
izquierdo.
Paladines de
Justicia;
defensores del
obrero
al que meten en
los ERE
porque aporta
más dinero
un obrero que va
al paro
que otro que se
queda dentro.
Es cuestión de
comisiones
de Empresas, de
Guerrero,
de Vitalia, de
abogados,
y de esos
interfectos
que pagan porque
las huelgas
se queden en el
intento.
Si todos sueltan
millones,
¿por qué dejar
de cogerlos?
Ellos buscan
“Paz Social”
con trabajos y
desvelos
y es preciso
reponerse
con marisco
marinero,
que el desgaste
de su lucha
deja
enflaquecido el cuerpo,
como le pasa a
Pastrana
que se ha
quedado en los huesos.
Por las calles
de Sevilla
cabalgan los
justicieros
jinetes de las
protestas;
las cabalgan
como expertos,
que treinta años
protestando
vino a ser un buen
entreno.
Hoy insultan sin
banderas
porque vienen de discretos
a poner cerco a
la Audiencia
ya que está la
jueza dentro;
imputa a sindicalistas
y esto es crimen
horrendo;
el socialismo es
honrado
pues integra a
los íntegros.
¿Cómo un chorizo
zurdo
puede robar
con derecho?
Inquina de Juez
franquista
que, con un odio
tremendo,
se toma al
sindicalismo
por el pito del
sereno.
Por las calles
de Sevilla
cabalgan los
justicieros
briosos gritos
mayores
como son los
improperios.
Ellos, doctos en
justicia,
en los derechos
obreros,
derechos de
liberados
y en ciudadanos
derechos,
no admiten en la
justicia
enjuagues ni
mangoneos
que usa la Juez
Alaya
imputando a
compañeros,
que lucharon en
los ERE
sacando tajada
de ellos;
ya que el
trabajo se cobra
y aquí paz y después
cielo.
En el cerco de
la Audiencia
los valientes
justicieros,
por amor a la
justicia
que defienden
con esmero,
se revientan las
meninges
en alarde
vocinglero;
no han traído
las pancartas
porque vienen de
discretos
armados de
griterío,
de insultos y
denuestos;
no quieren que
les critiquen
ni les tomen por
violentos.
--“No admitimos
el fascismo
de una juez que,
en estos tiempos
de honradez y
democracia,
impute a los
compañeros
de chorizos y
mangantes
con lo honrados
que son ellos;
solo han hecho
lucha justa
por los derechos
del Pueblo”.--
Así gritaba la
Angustias
con vocerío
tremendo
y se rasgaba la
blusa
mostrando sus
gordos pechos.
--“¡Fea, puta,
hortera, facha!”.--
Grita el
liberado Anselmo
cuando Mercedes
Alaya
pasa, con rostro
impertérrito,
el pasillo que
los guardias
abren por romper
el cerco.
--“¡Facha,
chula, presumida,
bien vestida y
todo eso!”.--
Le dice Almudena
Grandes,
mientras se mira
al espejo,
envidiando su
belleza
y viéndose de
adefesio.
Los “artistas de
la ceja”
siempre han sido
un tanto feos.
Así, piafando y
piafando,
montan escrache
tremendo
y todo es
algarabía,
todo es barullo
y estruendo
a la puerta de
la Audiencia,
mientras que la
Juez Alaya
imputa a sus
compañeros.
--“Si somos
inimputables…
¿Por qué tanto
atrevimiento
el de esta fea
indecente?”.--
Vociferaba
Emeterio
y coreaban la
gracia
la banda de
justicieros.
Compraron a Ada
Colau
los sus
escraches, por cientos,
y piensan
escrachear
a más jueces y
al Gobierno.
El Gobierno, que
está en gili,
subvenciona a
estos mastuerzos
pa que sigan sus
escraches
porque son muy
justicieros.
Como están de
liberados,
por no quitar el
empleo
a quien desea
currar
pa mantenerles
el sueldo,
escrachean a la
juez
en sus ratos de
recreo
ya que, a veces,
se aburren
y le dan trabajo
al cuerpo.
Liberados intocables
que ejercen de
justicieros;
luchadores
contra el paro
ya que regalan
sus puestos
de producción en
la Empresa
a otros sufridos
obreros.
La verdad es que
esta España
es un puto
cachondeo.
(Calpe, 13 de Octubre de 2013)
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