Hurgas en todas
las Cajas
y te encuentras
eruditos
con elegantes
corbatas;
pero, en
realidad, chorizos
que, asistiendo
a los Consejos,
maman unos
dineritos
propiedad de
impositores
que puede dar
por perdidos
cuando la Caja
se quiebre
y se queda hecha
añicos.
En realidad, son
personas
que estaban de
directivos;
que conocían la
ruina
en la que
estaban metidos
y cambiaban los
informes
por otros más
florecidos;
justificaban
ganancias
cuando ya
estaban molidos
por unas deudas
enormes
que, entre
flautas y los pitos,
cubrían con
gruesa manta;
por algo eran
eruditos.
Fue
circunstancia común
ver en las Cajas
metidos
a chorizos
elegantes
que, entre
sorbido y sorbido,
saciaban su
propia sed
y se quedaban
ahítos
por, si acaso,
en el futuro
venían tiempos
jodidos
y sus familiares
fuesen
al garete o al
garito;
a fin de cuentas
trataban
de ir
aumentando, a poquitos,
(también, puede
que a lo bestia
que es mucho más
rapidito)
el fondo de sus
pensiones
y vivir en
paraíso.
Cuando entraron
en las Cajas
las tomaron por
cortijos;
unos y otros
actuaban
como vulgares
chorizos,
llevándose
cantidades
que dejarían
sorprendidos
a Onassis o al
Aga Kam
y más al pobre
Agapito.
Cuando un barco
se hunde
el capitán, si
es un listo,
arrampla la caja
fuerte
y pone a su
amante un piso;
ya que la coña
es la coña
y el encoñe no
es delito.
Vemos Catalunya
Caixa,
uno más de estos
cortijos,
que presidió
Narcis Serra,
entre nosotros,
Narciso;
persona
sobresaliente:
González le hizo
Ministro
y Vice, por su valía
de personaje
exquisito.
Aun, pareciendo
un mindundi,
era fenómeno el
chico
como maestro
pianista;
en Consejo de
Ministros,
tocaba un “Para
Elisa”
por tener
entretenidos.
Aún se ignora si
la Elisa
vino a escuchar
a Narciso,
pero escuchaban
González
y un manojo de
Ministros.
El fiscal dice
que Serra,
o séase, Don
Narciso,
para aumentar
patrimonio
se puso un buen
sueldo fijo
a más de gastos
de dietas
de los que
quitan el hipo.
¿Consejeros de
la Caixa?
Cincuenta y
cuatro individuos
que deglutían la
pasta
y aconsejaban
con trinos ,
ya que allí, con
tanta gente,
pensar algo era
hacer ruido.
Nadie sabe cómo
entraron
en Cajas tantos
chorizos:
unos, entran de
botones;
a otros, meten
los amigos;
a algunos, los
Sindicatos
y, a otros,
meten los Partidos;
pero, en cuanto
se arrejuntan,
vienen a hacer
piña y pino
y viven de puta
madre
mamando de sus
cortijos.
Los de Catalunya
Caixa
recogieron, como
alijo,
la Tarragona y
Manresa
y se pasaron de
listos
al meter de las
tres juntas
cincuenta y
cuatro chorizos.
De momento, se
pusieron
unos sueldazos
gordísimos.
Así habló
Adolf Todó
a los que
estaban reunidos,
como consejeros
hábiles
y excelentes
directivos:
--“Si ya la
ruina es enorme
y de aquesta no
salimos,
pensemos en el
aluego
donde está
nuestro destino;
si ahora aumentamos
la deuda,
a lo puta y a lo
fino,
conseguiremos
que el FROB
cubra nuestros
desatinos.
Forremos
nuestros riñones
por si luego
viene el frío.
Yo, a mi sueldo
variable
quince por
ciento le aplico
y pasa a ser un
cincuenta
lo que era un
treinta y cinco.
Ya llevo aquí
veinte meses;
me firmo de
finiquito
cuatro millones
redondos
y, para un
futuro rico,
me firmo un plan
de pensiones
de ocho millones
y pico;
como soy el
Presidente,
lo firmo porque
lo firmo”.—
Tras él, vino a
hablar Massana;
escuchemos lo que
dijo:
--“Como adjunto
de Todó,
ya lo tengo
decidido:
en variables
subo un diez
y dejo en
cuarenta y cinco;
en pólizas de
pensiones,
por si el futuro
es jodido,
un millón más
setecientos,
me firma Todó y
yo firmo;
para algo estoy,
de adjunto,
a su riñón adherido”.--
Después habló
Lluis Gasull;
escuchemos lo
que dijo:
--“Como autor de
esta fusión,
demostrando que
soy listo,
como ex director
adjunto
quiero llevarme
un pellizco;
siete millones
de euros
y cuatrocientos,
de pico.
No me iré a la
puta calle
pa trabajar de
mendigo”.--
Narcís Serra
presidía
con su cargo
honorífico;
al carecer de
salario
se puso dietas
de rico
y, por ir a
algún Consejo,
puso ciento
treinta y cinco
en miles más
setecientos,
anuales, como
fijos.
Después se
aplicó un salario
por no irse de
vacío:
doscientos
sesenta mil
vino a aplicarse
Narciso
por asistir a
reuniones
de Presidente
Honorífico.
--“ Para
arruinar una Caja
estas cosas son
delito”.--
Dicen que dijo
el Fiscal
y, en realidad,
sí lo dijo.
En su Sala
espera el Juez
esta riestra de
chorizos.
(Calpe, 4 de Octubre de 2013)
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