Al ser hombre
tan menguado
el tal Paulino
Rivero,
a pesar de
Presidente,
tiene menguado
cerebro.
En esa lucha
incruenta
por asuntos
petroleros
que le declaró a
Repsol
e, incluso, al
propio Gobierno
Al ser un hombre
menguado
se atribuye la
victoria
y lanza a los
cuatro vientos
que los
valientes canarios,
con mucho valor
y arrestos,
han vencido en
esta guerra
y están la mar
de contestos.
Repsol ya no
horada más
y, tras tapar
agujeros,
llevará su buque
a Angola
buscando otro
caladero
y, si allí
encuentra petróleo,
beneficios pa
los negros.
Canarias está
sobrada,
según Paulino
Rivero,
y no quiere
chapapote
en el litoral
isleño,
si un día
hubiese vertidos,
por azar, del
oro negro.
Quieren sus
arenas limpias
para suizos y
noruegos
que acuden a
tomar baños
y a ponerse muy
morenos.
Lo demás son
bagatelas.
Si en España
carecemos
de yacimientos
de gas
y de pozos
petroleros,
es un problema
de España,
pero no de los
isleños;
pues tienen sus
surtidores
y les cobran
mucho menos
que un surtidor
de Madrid
o un surtidor
extremeño.
--“¿Qué hay
mucho paro en las islas
y estamos
batiendo récor?
No es un asunto
importante
que me esté
quitando el sueño,
ya que comen
cada día,
unos más y otros
menos,
y no deben
trabajar
mientras no
suban los sueldos”--.
Nos comenta, en
plan gracioso,
el tal Paulino
Rivero
que, a veces, es
lenguaraz
y un tanto
dicharachero.
--“Hemos vencido
a Repsol;
hemos ganado al
Gobierno;
las fatales prospecciones,
al fin, se
fueron al cuerno”--.
Y se nos queda
tan ancho
aunque él sea
pequeño,
pues no le dejó
crecer
la idiotez que
lleva dentro;
ya es una masa
muy densa
y no despega del
suelo.
Lo primero es el
orgullo,
gobernar en
tente tieso
y salirse con la
suya
aunque se jorobe
el pueblo.
Así, por
mostrarse alto,
sublime y un
tanto excelso
trepa la cumbre
del Teide
y se ve cerca
del cielo;
desde allí, otea
hacia abajo
y ve problemas
pequeños.
Por salirse con
la suya
y bloquear los
sondeos
inyectó agua marina
en las bolsas de
oro negro,
lo que defraudó
a Repsol
que se largó a
otros predios;
dejó el contrato
incumplido
de, al menos,
dos sondeos
y, si eran
favorables,
ampliar a un
tercero;
ahora se
enfrenta a una multa
de seis millones
de euros.
¿Usó de la brujería?
Todo esto es un
misterio,
pero Repsol
decidió
llevarse el
buque muy lejos
y, si
hubiese otras bolsas,
que las explote
Marruecos.
--“He vencido;
he ganado
a Repsol y al
Gobierno”--.
Presumió, muy
orgulloso,
el tal Paulino
Rivero
y los puestos de
trabajo
así como otros
ingresos
se marcharon al
carajo
y perdieron los
isleños.
--“Eso a mí me
importa un pito;
cuando vengan
los noruegos
y otros nórdicos
turistas
a tomar el sol
de invierno,
necesito los
parados
de baratos
camareros”--.
Son cosas de
reyes taifas
que, por
chinchar al Gobierno,
sacan un ojo a
Rajoy
aunque ellos
queden ciegos.
España es un revoluto
de diez y ocho
gobiernos
y cada cual va a
lo suyo
y siempre se
chincha el Pueblo.
Apedrear su
tejado
es muy propio de
los necios.
(Madrid, 20 de Enero de 2015)
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