martes, 25 de octubre de 2011

ROMANCE DEL QUE NO FUE ( II )

--¡Joder! Es que este país subvenciona cosas que, en realidad, no sirven para nada. Así, no hay manera de salir de la crisis que nos agobia; es que se tira el dinero y, eso, no es otra cosa que puro despilfarro del Erario Público, que mantenéis todos los contribuyentes. Yo, para empezar a hacer una economía de sentido común, (a mí no me ha cagado un golondrino bravo) quitaba , de un plumazo, todas las subvenciones; que el horno no está para bollos y que cada perro se lama su cipote; que es, precisamente, lo que hacen los propios perros.

--¿Cuáles quitarías, Gaudioso?

--Para empezar, las subvenciones a los sindicatos; que se mantengan de las cuotas de sus afiliados; si es que tienen afiliados y éstos pagan sus cuotas.

--Si les quitas las subvenciones, estarían todos los días de huelga.

--Te equivocas, Eloy. Si les quitas las subvenciones, harían dos o tres huelgas, eso seguro; luego, se les acabaría el dinero para autobuses, pancartas, megáfonos, banderas republicanas y silicona y… muerto el perro se acabó la rabia. Se iban a quedar como Moratinos en Roma, compuestos y sin novia; que te lo digo yo.

--Puede que tengas razón, Gaudioso.

--La tengo, Eloy. Los sindicatos no valen para nada; nunca morderán la mano que les da de comer.

--Pero, Gaudioso, si dejas de darles de comer, a lo mejor muerden.

--No, Eloy; si les quitas las subvenciones, les estás quitando los dientes. Total, para lo que hacen, no son necesarios. Tú trabajaste toda tu vida en una Multinacional, ¿estabas afiliado? ¿les necesitaste, alguna vez? ¿Cuántos estaban afiliados en tu Empresa a UGT o CCOO?

--La verdad es que muy pocos; Pepe y cuatro más. Pero son necesarios para mantener los derechos de los trabajadores.

--¡No jodas! Los Derechos de los Trabajadores ya las estableció Don Claudio, cuando era todo un dictador.

--Pero, montó unos sindicatos verticales que dependían del gobierno.

--¿Ahora, de quién dependen, amigo mío? Te lo digo yo, de los gobiernos de izquierdas para joder a los gobiernos de derechas. Mira, Eloy, tú lo sabes porque lo has vivido en etapa laboral. Los derechos se ganan trabajando con un par de cojones. La Empresa nunca falla a los empleados rentables. En realidad, son su mejor patrimonio, los hombres empresa. Los que cuidan el gran techo que cubre el techo de su familia, como tú, nunca necesitan de sindicatos ni huelgas. Los que sí los necesitan son lo listos que se mueven por las dos filosofías absurdas: “a la empresa hay que joderla” y “a mí, me engañarán en el sueldo, pero en el trabajo no”.

 --Yo creo que tienes razón, Gaudioso; pero sigamos con el despilfarro de la promoción del “futurible”.

--Sí. el “futurible que no fue”.



ROMANCE DEL QUE NO FUE ( II )



Como  “gallo de morón”

(sin pluma y cacareando)

volvió de Roma el gordito

con la Jiménez del brazo;

fue a darle sus parabienes

y su pésame le ha dado.

Se fueron pintando oros,

volvieron, pintando bastos,

a decirle a Zapatero

que fue un dinero tirado

el coste de la campaña:

los vuelos y los regalos

para comprar unos votos

que resultaron escasos;

sacó más un brasileño

mucho mejor preparado.

¿Cuántos millones costó

esta broma al ciudadano?

Quedaremos ignorantes;

Zapatero es muy sensato

al no dar explicaciones

de lo que fue un despilfarro

y no declarará el coste

de este puesto de trabajo,

mientras que cinco millones

sobreviven en el paro.

Es  “nepotismo flagrante”

privilegiar a un mandado

que siempre dijo que sí,

obedeciendo mandatos.

Por su Jefe besó a Chaves

y le dio muchos abrazos;

se dio besos  con Gadafi

y esos besos hoy son caros.

¡Cuántas ruedas de molino

ha comulgado un mandado

cuando el que ofició la misa

no llega a medio pazguato!

El Padrino Zapatero

quiso dejar colocado

al sumiso Moratinos

de presidente de FAO

para luchar contra el hambre

y dejar al mundo harto;

pues le conmueve esa gente

que no prueba el bacalao,

ni las patatas con sebo,

ni la carne, ni el pescado.



       (Continuará…)

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