--¡Joder! Es que este país subvenciona cosas que, en realidad, no sirven para nada. Así, no hay manera de salir de la crisis que nos agobia; es que se tira el dinero y, eso, no es otra cosa que puro despilfarro del Erario Público, que mantenéis todos los contribuyentes. Yo, para empezar a hacer una economía de sentido común, (a mí no me ha cagado un golondrino bravo) quitaba , de un plumazo, todas las subvenciones; que el horno no está para bollos y que cada perro se lama su cipote; que es, precisamente, lo que hacen los propios perros.
--¿Cuáles quitarías, Gaudioso?
--Para empezar, las subvenciones a los sindicatos; que se mantengan de las cuotas de sus afiliados; si es que tienen afiliados y éstos pagan sus cuotas.
--Si les quitas las subvenciones, estarían todos los días de huelga.
--Te equivocas, Eloy. Si les quitas las subvenciones, harían dos o tres huelgas, eso seguro; luego, se les acabaría el dinero para autobuses, pancartas, megáfonos, banderas republicanas y silicona y… muerto el perro se acabó la rabia. Se iban a quedar como Moratinos en Roma, compuestos y sin novia; que te lo digo yo.
--Puede que tengas razón, Gaudioso.
--La tengo, Eloy. Los sindicatos no valen para nada; nunca morderán la mano que les da de comer.
--Pero, Gaudioso, si dejas de darles de comer, a lo mejor muerden.
--No, Eloy; si les quitas las subvenciones, les estás quitando los dientes. Total, para lo que hacen, no son necesarios. Tú trabajaste toda tu vida en una Multinacional, ¿estabas afiliado? ¿les necesitaste, alguna vez? ¿Cuántos estaban afiliados en tu Empresa a UGT o CCOO?
--La verdad es que muy pocos; Pepe y cuatro más. Pero son necesarios para mantener los derechos de los trabajadores.
--¡No jodas! Los Derechos de los Trabajadores ya las estableció Don Claudio, cuando era todo un dictador.
--Pero, montó unos sindicatos verticales que dependían del gobierno.
--¿Ahora, de quién dependen, amigo mío? Te lo digo yo, de los gobiernos de izquierdas para joder a los gobiernos de derechas. Mira, Eloy, tú lo sabes porque lo has vivido en etapa laboral. Los derechos se ganan trabajando con un par de cojones. La Empresa nunca falla a los empleados rentables. En realidad, son su mejor patrimonio, los hombres empresa. Los que cuidan el gran techo que cubre el techo de su familia, como tú, nunca necesitan de sindicatos ni huelgas. Los que sí los necesitan son lo listos que se mueven por las dos filosofías absurdas: “a la empresa hay que joderla” y “a mí, me engañarán en el sueldo, pero en el trabajo no”.
--Yo creo que tienes razón, Gaudioso; pero sigamos con el despilfarro de la promoción del “futurible”.
--Sí. el “futurible que no fue”.
ROMANCE DEL QUE NO FUE ( II )
Como “gallo de morón”
(sin pluma y cacareando)
volvió de Roma el gordito
con la Jiménez del brazo;
fue a darle sus parabienes
y su pésame le ha dado.
Se fueron pintando oros,
volvieron, pintando bastos,
a decirle a Zapatero
que fue un dinero tirado
el coste de la campaña:
los vuelos y los regalos
para comprar unos votos
que resultaron escasos;
sacó más un brasileño
mucho mejor preparado.
¿Cuántos millones costó
esta broma al ciudadano?
Quedaremos ignorantes;
Zapatero es muy sensato
al no dar explicaciones
de lo que fue un despilfarro
y no declarará el coste
de este puesto de trabajo,
mientras que cinco millones
sobreviven en el paro.
Es “nepotismo flagrante”
privilegiar a un mandado
que siempre dijo que sí,
obedeciendo mandatos.
Por su Jefe besó a Chaves
y le dio muchos abrazos;
se dio besos con Gadafi
y esos besos hoy son caros.
¡Cuántas ruedas de molino
ha comulgado un mandado
cuando el que ofició la misa
no llega a medio pazguato!
El Padrino Zapatero
quiso dejar colocado
al sumiso Moratinos
de presidente de FAO
para luchar contra el hambre
y dejar al mundo harto;
pues le conmueve esa gente
que no prueba el bacalao,
ni las patatas con sebo,
ni la carne, ni el pescado.
(Continuará…)
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