sábado, 15 de octubre de 2011

ROMANCE DE MIDAS ( I )

    Estaba yo descifrando los viejos pergaminos de las profecías de Oseas con arduos  quebraderos de cabeza, porque en esto de descifrar pergaminos en lengua hebrea, encima antiquísimos, estoy lo que se dice cual tabula rasa; es decir, ni puñetera idea.

Por otra parte, para complicarme más la traducción, los garabatos del profeta estaban escritos con temblor de dedos y el cálamo, por lo que yo estaba comprobando, había trazado rasgos muy irregulares.

     Cuando Oseas escribió estas precisas profecías ya estaba afectado del Parkinson, o similar, dado que en aquellos tiempos tan remotos, no habían inventado el famoso “baile de San  Vito”; éste surgió en tiempos lejanos, pero no remotos, las cosas como son.

    En esto, apareció Gaudioso con todo el aspecto de un coñón de tomo y lomo, que se dice.

--Buenas, Gaudioso. –Le saludé con mis mejores intenciones.

Te he dicho, varias veces, Eloy, que buenas, lo que se dice buenas la Bibiana y la Pajín, eso es lo que asegura ZP, pero ¡vete tú a saber! Las demás son medianejas, incluidas las tardes como ésta.

--No; si lo que yo te he dicho; Gaudioso, es que te deseo buenas tardes.

--Y… ¿Tú te crees que, porque me desees buenas tardes, las voy a tener? ¡Vamos, anda!

--Bueno, Gaudioso, la verdad es que mis deseos están condicionados a tus circunstancias. Son buenos deseos.

--Pero yo, Eloy, con tus buenos deseos no como.

--Desde luego, Gaudioso, ni con los buenos ni con los malos, solo eres una entelequia.

--Y que lo digas! Todo gracias a ti, que no pares ni pa Dios.

--Ni pariré, Gaudioso, ya sabes que, a ti, solo te escribí para mi distracción y deleite.

--¿Coño con el deleite! Y con el mío… ¿Qué?

--No te quejes, Gaudioso, te doy ocasión de distraerte con estas largas charlas que mantenemos y, además, te consta que estoy haciendo la vista gorda con tus subidas a Facebook, donde estás colgando tus romancillos cachondo políticos en mi muro; debes estarme agradecido, porque tienes la lengua muy suelta y puedes comprometerme; es que te metes con cada uno…

--Como dejas el periódico por cualquier parte, pues… ¿Qué quieres? Me aburro, cuando no estás, y leo; y, después de leer, pues me da por interpretar a mi manera. Es que… Uno se entera de cada cosa, que colgando parecen bolsas, Eloy.

--No, si yo te comprendo, Gaudioso, pero es que tienes una lengua muy afilada, a veces parece viperina y un tanto venenosa.

 -- ¿Qué quieres? Es que hay noticias que me tientan. Aunque sea una entelequia, no soy de piedra, coño. Es que me entero de cada cosa…

--Sí, Gaudioso, algunas de difícil explicación. Ahora estaba buscando alguna justificación a ciertos casos alarmantes en las Sagradas Escrituras.

--Ya veo que estás traduciendo a Oseas. Tema difícil; anoche le eché una ojeada y es un tanto enrevesado, el jodido. ¿Estás con el anuncio del Mesías?

--Ése ya lo comprobé y es una cosa aceptada por millones de creyentes, a través de dos mil años de historia. Estaba con los últimos garabatos, aquí habla de un Midas.

--¿El que convertía en oro todo lo que tocaba? ¡Vaya gachó!

--Es que aquí predice la llegada de un Midas por estos años y, por las referencias que da del lugar, a mí me parece que el Midas aparecerá por tierras de Andalucía.

--No te desmoches más, Eloy, ese Midas, sin duda, es el ex Director General de Trabajo de Andalucía. No puede ser otro.

--¿Tú crees?

--Coño, que lo creo. Me pasa lo que aquel cura que llegó a creer en los gafes más que en Dios.

--Bueno, es que el cura en aquella partida llegó a tener sus razones.

--¡Claro, como yo tengo las mías! ¡No te jode!

--¿Cuáles son? Si puede saberse.

--Pues escucha, Eloy, Francisco Javier Guerrero ha tocado a un montón de “pobres criaturitas”, (según afirma él mismo) y resulta que les ha dorado de cojones. ¿No lees la prensa, coño? En el pueblo de “El Pedroso” ha dorado hasta al lucero del alba: familiares, condiscípulos, compañeros del Ayuntamiento, afiliados al PSOE (que es su partido, y por lo tanto colegas), sindicalistas de UGT que son afines a sus dogmas políticos…

Lee a Oseas, Eloy, lee a Oseas y te irás enterando.  

ROMANCE DE MIDAS  ( II)


En los viejos pergaminos

predicen muchos profetas:

Zacarías, Malaquías,

Ageo, un tal Miqueas,

Sofonías, Hababuc,

Jonás, Joel, Amos, Oseas…

Todos ellos predijeron

cosas malas, cosas buenas,

y otras, más bobaliconas

como son las Zapateras:

siempre anunciando la luz,

siempre caminando a ciegas.

“Ha de nacer en Belén”

predijo, en su tiempo, Oseas

“el Mesías de Israel;

le precederá una estrella”.

Abajo, más garabatos,

la misma lengua aramea:

predicciones venturosas

del mismo profeta Oseas

sobre una región lejana

con gentes dadas a fiestas,

dadas al paro masivo,

al toreo y a las ferias,

al jerez, la manzanilla,

taconeo y castañuelas.

Desde aquella lejanía

ya contemplaba el profeta

gentes con coche oficial,

viandantes por carretera

y unas pobres criaturas

tiradas por las cunetas

sin los medios necesarios

a una pobre subsistencia.

En los tiempos del Herodes,

Mesías predijo Oseas;

para la época de Chaves

Midas predijo el profeta.



            (Continuará…)

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