miércoles, 19 de octubre de 2011

ROMANCE DEL FUTURIBLE ( II )

--¿Crees, Eloy, que el “gordito” será capaz de terminar con el hambre del mundo?

--No lo creo; hay demasiados hambrientos por esos mundos de Dios.

--Él dice que sí; que es cuestión de plantar cada alimento en el lugar adecuado. Se producirían los suficientes alimentos para saciar a todos los hambrientos y… ¡Mira que son!

--Así, groso modo, Gaudioso, unos mil millones de hambrientos. Creo que el “gordito” (que dices tú) no podría cumplir su promesa ni la de su “padrino”, aunque consiguiese la presidencia de la FAO.

--Es lo que digo yo, Eloy: en esto de la política, como en el noviazgo, “prometer hasta meter”.

--No sea picajoso, ¡coño! que, a veces, te pasas.

--No te en gañes, Eloy, que toda promesa, aunque se haga con la sincera intención de cumplirla, queda expuesta a las más diversas circunstancias; y éstas, la mayoría de las veces, resultan barreras insalvables.

--Piensa, Gaudioso, que hay países que tienen muchos más hambrientos que parados España.

--¡Coño! Demasiada tela por cortar, y el “gordito” no es sastre.

--Además, Gaudioso, en la mayoría de estos países gobiernan sátrapas que se quedan, por lo menos, con el 80% de las ayudas que les enviamos, para engordar su patrimonio personal y familiar, no por otra cosa. Así no hay manera.

--Sí, Eloy, es un asunto muy jodido el hambre del tercer mundo.

--Y el del segundo y el del primero; que nos ha surgido una crisis galopante que produce hambrientos a manta.

--Pero el hambre de estos últimos mundos, más que la crisis, la ocasionan los bancos y, sobre todo, los intermediarios.

--¿Tú crees?

--No tienes más que leer la prensa, Eloy. En España, que es un primer mundo (por lo visto) los agricultores no recogen los frutos porque no cubren ni la mano de obra de recogida con lo que les pagan las Empresas Distribuidoras; los ganaderos ordeñan las vacas, porque hay que ordeñarlas; pero después derraman la leche porque no les pagan ni los piensos. Después… ¿Tú vas al mercado?

--¡Claro! Todos los días me paso por Carrefour, cuando no es por pitos es por flautas.

--¿Compras muchas flautas?

--No, es una expresión con la quiero decirte, que cada día falta algo en casa, como, por ejemplo, el pan.

--¿Por pan? ¿Por qué no rezas el Padrenuestro; a lo mejor, Dios te manda un cuervo con él en el pico, como a San Jerónimo, cuando estaba en la cueva. Tú debes de rezar con muy poquita fe, por lo que se ve. ¿Por qué al Santo sí y a ti no? Lo que yo digo, Eloy, cuestión de fe.

-- Pues, si es cuestión de fe, el “gordito” acaba con el hambre del mundo.

--¿Tú crees? Mira que es mucha fe la que se necesita.

--Veamos.



ROMANCE DEL FUTURIBLE  ( II )



Es que el gordito pretende,

ha tenido la ocurrencia

de llenar el firmamento

con su fulgurante estrella.

Él, mandando sobre el mundo:

en sus mares y en sus tierras,

en sus ríos y montañas,

en sus prados y en sus huertas.

Decidir en el secano

donde se siembran lentejas,

trigos, centenos, cebadas,

donde alfalfa, donde avena.

También, en las tierras bajas,

en sus ríos y riberas,

donde el terreno en más fértil,

plantar pimientos y acelgas,

alcachofas y tomates,

nabos, perejil o berzas.

Y, si hablamos de los mares,

donde plantar las almejas,

donde cultivar cigalas,

donde pulpos, donde nécoras,

donde sembrar las sardinas

necesarias en cuaresma,

y las langostas y ostras

para las gentes pudiendas

que son gentes de caprichos

y no usan las cazuelas;

si acaso, para la angula

que, aunque cara, está buena.

Pretende matar el hambre,

por fin, en toda la tierra,

este gordito tozudo

que nada de hambre aparenta.



               (Continuará…)

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