jueves, 21 de agosto de 2014

ROMANCE DE RUBALCABA

       (In Memoriam)

Si hay un político eterno
es Alfredo Rubalcaba.
Desde la cuna tenía
su ideología marcada:
chupaba la teta izquierda,
la derecha despreciaba
y, así, su madre tenía
las mamas descompensadas;
enflaquecía la izquierda
y la derecha se hinchaba
y, a veces, era preciso,
por el alivio, ordeñarla.
Por mamar de única teta
creció en figura aflautada,
cabezón de tipo chivo
y una nariz impostada.
De joven, era ligero,
al ser sus carnes livianas,
y corría el condenado
como impulsado por alas.
Las carreras del colegio
casi siempre las ganaba,
(patas de veloz vicuña
o de gacela endiablada
por el patio del colegio
y los campos de Cantabria).
Hoy tiene cara de chivo
con la nariz importada,
como gruesa magdalena
que se empapase en la taza
hasta dejarla escurrida,
escuchimizada y flácida.
Hoy le paga Anís del Mono
un Royalty, por la cara.
Panoramix de Solares,
el druida de “poción mágica”
que da fuerza a Zapatero
si se le bajan las ganas.
Bono le tiene por liebre
mas yo le tengo por rata
porque del campo no sabe
lo que sabe de cloacas.
¿Distingue al ave de presa
de la que es ave de caza?
¿Sabe que el faisán es ave
de familia gallinácea,
procedente del oriente
y casado con faisana?
Estudió química oral
y fusión de la palabra.
A veces pronuncia flores,
sea en ramo o en guirnalda;
otras, son palabras duras
como mortales pedradas;
pero su mejor virtud
es que sabe barajarlas:
entremezcla la verdad
con mentiras calculadas
y crea la confusión
y no hay forma de explicarlas,
si son verdades a cuadros
o son mentiras a rayas;
él se sale con la suya;
sale, entre pitos y flautas,
se sale por peteneras
o sale a la pata llana
en escaqueo constante
cuando las preguntas mancan.
Él puede contradecirse
cien veces en una charla;
mas, al final, suelta un chiste
y se le ríe la gracia.
El fusiona su discurso
como quien hace tisanas.
Gil Lázaro le pregunta
por faisán, cada semana,
y, al ser pregunta engorrosa,
por Úbeda va de caza,
pero no de los faisanes,
si acaso de alguna garza,
pues sus cerros son famosos
para grandes escapadas.
En el Congreso frecuenta
los cerros, cada semana.
Tiene el examen chupado,
si le examinan mañana,
de los trajes que Correa
a F. Camps regalaba:
sabe el paño, el apresto,
las costuras, las solapas,
el color de los botones,
si de hueso, si de plata,
si están correctos de sisa
y, en pantalón, dónde carga.
En este examen  Alfredo
nos saca “Summa cum Lauda”.
“Si es que hubo chivatazo,
fue cosa de cuatro guardias,
putos insubordinados
que se fueron de parranda.
Txikitos  de Txakolí
aclararon las gargantas
con los dimes y diretes,
cotilleos, tiqui tacas,
rumores de marujonas,
radio pasillo, en las aulas,
correveidiles de fatuos,
cuentacuentos de criadas,
radio macuto de mili,
confidencias de redadas
que planifica, en secreto,
el Comisario de guardia”.
“Son pecadillos veniales,
deslices de las gargantas
que se pueden absolver
con penitencia de gárgaras”.
Puede ser la explicación
que dé, un día, Rubalcaba
en lugar de las sandeces
del “sin ti yo no soy nada”,
que tanto gusta a la cla,
y responde con palabras
que Gil Lázaro merece
por pedirlas con constancia.
El, del faisán solo sabe
que es una ave escabechada;
en casa se la traen siempre
del Híper en una lata.

                 (Madrid, 30 de Marzo de 2011)


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