jueves, 28 de agosto de 2014

ROMANCE DE PAULINO RIVERO


--“¡Te chinchas; que no te ajunto!”--.
Luciendo un sacro cabreo
repudia al Señor Rajoy
este presidente isleño,
como niño gilipichi
con ramalazo de necio.
Hay cosas que no nos cuadran
del Presidente Rivero:
cuando se habló de petróleo
y se anunciaron sondeos,
como en la Moncloa estaba
el nefasto Zapatero,
demostró felicidad
y consideró muy bueno
pudiese hallarse riqueza
en sus marinos terrenos;
le agradecía a Repsol
extrajese el oro negro
que era bueno para España
y también pa los isleños.
Por esa costumbre hispana
de aficionarse al “teteo”
cuando manda ZP,
que quita leche al ternero
y lo cambia por los votos
que pide en el Parlamento,
se cogen vicios mayores
y se persiguen ordeños.
A ZP, lo que pida
que, en regalar, es primero
si le concedes los votos
para una ley en proyecto.
El canario es solidario
y apoya a los gobiernos
que , en el zoco de la Cortes,
compra los votos con euros,
con pagos extraordinarios
o con gordos privilegios.
Rivero fue “hombre de estado”
con José Luis Zapatero

y le vendía los votos
porque había mercadeo
en el zoco de las Cortes
para buscar un consenso;
cuando éste no salía
él se acogía al decreto.
Otra arma pistonuda
que usan nuestros gobiernos
en esta partidocracia
donde los más son los menos;
un grano no llena silo,
pero ayuda al compañero.
Rivero quería el petróleo
cuando gobernaba el muermo;
pero gobierna Rajoy,
o dígase Don Tancredo,
impasible a cuanto pasa,
pasando toros con cuernos.
Rajoy siempre está tranquilo
pues dice medir sus tiempos;
mientras tanto, cada quisqui
que se valora supremo
emperador de su tierra,
va empecinando sus sueños
como un niño caprichoso
reclamando caramelos.
El “derecho a decidir”
ha resultado un invento
que hoy reclama todo quisqui
porque se piensa heredero
de los votos populares;
decidir por todo cristo,
aunque no lo pida el pueblo.
Hace años fue a Moncloa
el Presidente Rivero
y le tarifó sus votos
a José Luis Zapatero.
--“Ahora que el voto está en alza,
como en auge el mercadeo,
vengo a venderte los míos
por oceánicos terrenos;
las aguas que nos circundan
territoriales queremos
y nosotros decidimos
si pescar merluza o mero,
si plantar de palmerales
o tomates y pimientos”--.
Ahora considera suyos
una pila de kilómetros
y los quiere cristalinos.
Se teme que el oro negro,
que denominó Rajoy
hilillos prastilineros
disolventes en el agua,
cuando quebró el petrolero
e inundó de chapapote
medio litoral gallego,
se repita en Las Canteras
y manche a los extranjeros.
Que la riqueza y la Industria
siga empadronada lejos
a pesar de que Canarias
mantiene un paro de record.
--“¡Os chincháis; no os ajunto
ni a Rajoy, ni al Parlamento,
ni a ese traidor de Soria,
ni al Senado , ni al Supremo.
Hablará el Pueblo Canario;
haremos un referendo
y dirán si nos salimos
o si nos quedamos dentro.
¡Os chincháis; no os ajunto!”--.
Dice el “nene” en su cabreo,
que ahora está de caprichoso
con ramalazo de necio.
--“¡Qué País, Señá Pancracia!
Es un puto cachondeo:
ni se respetan las leyes,
ni sentencias del Supremo;
tampoco a la Carta Magna,
ni decisión del Gobierno.
Solo respeta las leyes
el Rey Godo Recaredo”--.


   (Madrid, 26 de Agosto de 2014)

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