lunes, 21 de julio de 2014

ROMANCE DE FANTASMAS

En la tierra del milagro
hay mucha empresa fantasma
que la Junta inventa y crea
para las cosas más raras;
en realidad, sumideros
que reciben “pasta” a manta
y luego se va exiliando
sin saber dónde se marcha.
Se dice que a intermediarios,
bufetes y a empresas varias
que la acogen, porque son
empresas hospitalarias.
Al ser la “pasta” volátil,
la empadronan en su casa
y después, por si las moscas,
a capricho se las gastan:
unos, se compran chalés;
otros, compran varias casas;
hay quien invierte en terrenos
o en coches de alta gama;
los hay, también, ahorradores
muy devotos de la “pasta”;
la envían a paraísos
porque la ven “pasta santa”.
Allí viven del engorde
dado que no son menguadas
por los impuestos de Hacienda,
ni por otras zarandajas.
Más tarde, hacen rogativas
a las extrajeras bancas
por si husmease algún juez,
que los hay con mala baba,
no le den suelta a la muy
y la tengan enclaustrada.
Después, muestran apariencia
de personas muy honradas,
un tanto medio pudientes,
legales, donde los haya,
que cumplen con sus deberes
y a Hacienda no deben nada.
Son las redes de intereses
con las que  “listos” atrapan
los millones, a destajo,
en vez de pescar doradas.
Porque nos sirva de ejemplo,
hablaremos de Vitalia,
niña que parió la Junta
para regalar la “pasta”
entre empresas no solventes
o, simplemente, arruinadas.
Como invertían, de socios,
una parte les compraba
aportando los millones,
según ellos, pa salvarlas;
mas, el dinero es volátil
y en ellas se evaporaba,
ocasionando más pérdidas
que un ERE solucionaba.
Más millones para el ERE
y los obreros a casa
con gorda indemnización
si a enchufados afectaba,
que el parado no es igual
si es de vulgo o es de “casta”.
Se cobraba por salida
y pensión asegurada.
Intervienen Sindicatos
y hay que aportarles más pasta.
A bufetes de abogados
por elaborar las actas
se les paga sus minutas,
muy legalmente, engordadas;
también, a aseguradoras
que cogen la “pasta gansa”
para pagar, mensualmente,
cantidades acordadas.
No olvidar intermediarios,
conseguidores y maulas
que, cobrando sus mordidas,
las masticaban en casa.
Un ejemplar cojonudo
fue el conocido Juan Lanzas
que fue a morder los millones
como pa asar una vaca.
Estas cosas son posibles
porque el Erario las paga.
Son fantasmales empresas
porque contratan fantasmas;
o sea, espíritus turbios
aunque no vistan con sábana
para que nadie les vea
por los despachos o salas.
Como precaución,  no acuden
a la empresa para nada
y, así, nadie les critica
como gentes enchufadas
que no sufren los recortes
con que al funcionario abrasan.
Y vuelve la burra al trigo
y, con la burra, Vitalia.
Policías espiritistas
con la güija convocaban
a etéreos trabajadores
que, sin dar un palo al agua
ni aparecer por la empresa,
divinamente cobraban.
En Vitalia había muchos;
hicieron una redada
pues, guiándose de olfato,
cazaron los ectoplasmas.
Vino a caer el sobrino
del que gobernó España
a fuerza de altibajos,
pero que montó una casta.
Salidos de vaquería
con el gen de la mamada,
pezón público que cogen
exprimen sin dejar nada.
Don Juan María González,
por su salero y su gracia,
vivía de puta madre
con nómina de Vitalia.
De Vitalia conocía
el nombre y el anagrama
ya que constaba en la nómina
que puntualmente cobraba.
Por no molestar, no iba
ni a un despacho ni a una sala;
siendo espíritu vagante
y gente considerada,
no ocupaba los espacios
ni, siquiera, en ectoplasma.
Un buen día, pidió un crédito,
que Vitalia condonara
no se molestase el tío,
si el préstamo le cobraran.
Se dice que por González,
no por Mejías, ni nada,
le dieron el chollo padre
y el título de fantasma.
Y es que esta Andalucía
hace cosas muy extrañas:
enriquece señoritos
que vienen de buena casta
mientras a los sus parados
deja sin unto y sin grasas.
Dicen que la obesidad
es una cosa muy mala
ya que produce el infarto
y quieren gentes delgadas
porque en la Sanidad
resultan mucho más parcas.
Así la UCO cazó
con  una güija, muy usada,
al sobrino del ex Presi
cubierto con una sábana
y se lo mandan al juez
porque juzgue el ectoplasma.
Como Juan María González,
en Andalucía, a manta.
Me fascina la honradez
de los que allí gobernaban
y hoy se acogen al aforo
por cubrirse las espaldas
y sonríen, mientras chupan
el pezón de hispana vaca.


         (Madrid, 11 de Julio de 2014)

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