jueves, 26 de septiembre de 2013

ROMANCE DEL MAGISTER MÁXIMUS

Si, es que, no nos los decía;
pero estudiaba en secreto
esta crisis pertinaz
desque empezó su comienzo,
su, a lo puta, desarrollo
y su zorro asentamiento.
Solo, por disimular
y no darnos sufrimientos
que nos llegarían solos,
ocultaba Zapatero
este asunto tan crisino
en que consiguió meternos.
Que no fue por ignorancia;
pues lo sabía, en secreto,
y, por padre cariñoso,
pretendía entretenernos,
cual nos entretiene el futbol
o, a la afición, el toreo.
Capeaba realidades,
cual consumado torero
que hace faena a la muerte
que le amenaza en los cuernos
de un morlaco, pretencioso,
sobre la arena del ruedo.
Él daba los capotazos:
Champions Ligue de los banqueros,
o se inventaba un Plan E
con el fin de tirar euros
y dar impresión al mundo
de Nación con privilegios.
Él comprendía la crisis
y sus terribles efectos;
la entretenía, esperando
dar estocazo certero
y que la gente admirase
la gestión de su Gobierno.
Se ha ido a Puerto la Plata
a verter conocimientos
sobre “la crisis de Europa
y sus terribles efectos”
que, a lo puta y a lo tonto,
puede pillar a este pueblo,
dejando con culo al aire
a estos alegres puerteños.
Que no es cierto que ignorase;
él estudiaba en secreto
la evolución de la crisis
en países europeos
y, si en España arraigó,
fue por no darle su tiempo
de seguir en la Moncloa
otros treinta años, al menos.
Él hubiese conseguido
hacernos nadar en euros,
hacer préstamos a Europa,
sacar Grecia de su infierno
y darnos tanto prestigio
en países extranjeros,
que adoptarían su guía
como mundial vademécum.
Pero las urnas cantaron:
“vete a tu casa mastuerzo”.
El genio fue a contar nubes,
como fue Lola a los Puertos,
y a tomarse unos güisquises
en el Consejo del Reino;
ya que dice que en España
seguirán dando consejos;
Dios nos pille confesados
si no nos devuelve al huerto.
Él, que aprendió Economía
en dos tardes, más o menos,
le vampirizó de ciencia;
Sevilla marchó a su pueblo;
todo él, hecho unos zorros,
abandonó el Ministerio;
pues saber más que su Jefe
es un delito tremendo.
Con la ciencia de Sevilla
y de Solbes los consejos,
la brillantez de Elenita,
vino a dejarnos de tiesos.
Ahora va a Puerto la Plata;
le preocupan los isleños;
le preocupa Sudamérica;
por eso lleva su ingenio,
su preparación precisa
y grandes conocimientos
para explicar, cómo viene
y que la vean de lejos,
esa crisis pertinaz
que hoy sufren los europeos
por estar contando nubes
él y el Gobierno completo.
Ahora está en Santo Domingo;
después, se irá a otros Pueblos
porque puedan ver la crisis
y pongan antes remedio
pues, si les pilla dormidos,
les puede dejar en cueros.
Pero en Puerto de la Plata
desconfían los isleños
que, con solo su presencia,
los que hoy ya son plateros,
con tan solo ver al gafe
se queden de hojalateros.
Por eso, se manifiestan;
no quieren que Zapatero
venga al Puerto a abrir la boca
y todos vayan al huerto
con crisis a los riñones
pegada de cancerbero;
dicen que carga el diablo
las charlas de Zapatero;
pueden llegar huracanes,
terremotos muy violentos,
sin olvidar los tifones
ni locuras de los vientos.
Pero, él va de buena fe;
va a ejercer su magisterio
como Pontífice Sumo,
como Magister Excelso
sobre crisis pertinaces
que suelen hundir los Pueblos.
Lo sufrió en sus propias carnes,
por eso se siente experto.
--“Crisis parece bobada
cuando la ves desde lejos;
luego, se te mete en casa;
te destroza los cimientos;
te revienta las paredes
y te descalabra el techo.
Es asunto peliagudo;
yo lo expongo, como experto”.--
Con estas sabias palabras
se despachó Zapatero.
Los isleños, asustados,
hicieron cantos y rezos
y fueron a confesarse
por, si venía la crisis,
les pillase de confesos.
Dice ser Magister Máximus,
y se despacha con esto.


    (Calpe, 24 de Septiembre de 2013)

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