Fue un asunto
incongruente;
fue cosa de
desalmados;
fue cosa de poco
“chichi”
y, acaso, de
muchos nabos.
Vete, tú, a
saber, Antonio,
si estas cosas
que pasaron
cuando murió la
Edad Media
(el Medioevo
llamado)
y nos nació la
Moderna,
en tiempos ya
muy pasados,
han traído
consecuencias
a tanto tonto
afectado.
Urdieron sus
intereses
dos reinos
interesados
y vinieron a
hacer boda
entre Isabel y
Fernando.
Aportó Isabel
Castilla
y Aragón Don
Fernando
y, porque fuese
lo justo,
grabaron en sus
escudos
el famoso “Monta
Tanto”;
montaba Isabel,
a veces;
mas, otras
veces, Fernando
y, así,
engendraron los hijos
porque fuesen
aumentando.
Se trajo
Aragón a cuestas
el su catalán
Condado,
pues esta tierra
gloriosa
también entraba
en el trato,
ya que era
pertenencia,
de antiguo, de
Reyes Maños.
Después fueron a
Granada
a desahuciar a
morancos,
que llevaban
ocho siglos
sin pagar rentas
de campos,
ni el agua del
Albaicín,
ni el pasto de
los caballos;
ni pagaron el
solar
en donde
edificaron
una Alambra
extraordinaria
sin autorizar
los planos,
ni la licencia
de obras,
ni pagar
impuestos varios.
En fin, Boabdil
debía
una burrada en
Ducados
y estaban hasta
las cachas
Doña Isabel y
Fernando
de unas gentes
que ocupaban,
por la jeta,
suelo patrio.
Una vez que
Boabdil
se marchó de
allí, llorando,
la cosa se quedó
en tablas
y los moros
desahuciados.
Quedó la España
completa:
se incluyeron
marquesados,
monasterios de
la Iglesia,
más castillos y
ducados,
ciudades
amuralladas
y se incluyeron
condados
como el propio
catalán
que pertenecía a
Fernando.
Se narra en los
cronicones
que este dichoso
Condado
fue regalado a
Wifredo
por el propio
Carlo Magno,
que ya estaba
hasta las cachas
de tanto
insubordinado
que ni cumplían
las leyes,
ni respetaban
los tratos;
solo pedían
dineros
viniendo a
salirle caros;
los antiguos
carolingios
eran un tanto
tacaños
y eso de Deudas
y Primas
lo tenían muy
acotado.
Wifredo ocupó
estas tierras
que denominó
Condado
y llenó de
monasterios
porque era muy
cristiano,
a más, de ser
muy piloso
desde el tobillo
al sobaco.
En estos tiempos
mostrencos
que hoy estamos
soportando,
han surgido de
ignorancia
un montón de
iluminados
que analizan
viejos hechos
y se cobran del
Erario.
De ellos se
sirve Artur Mas
y Junqueras,
otro tanto;
más las fuerzas
pujolinas;
pero no están
pagando
los estudios
concienzudos
de su bolsillo a
estos sabios;
les pagan, muy
bien por cierto,
de las cartas
del Erario
a costa de
proveedores,
de hospitales y
geriátricos,
de colegios
oficiales
y, además, de
boticarios
que están
consiguiendo hambruna
por culpa de
iluminados.
Estos seudo
historiadores
cogen antiguos
legajos
y van tachando
renglones
que, por otros
reemplazados,
van modificando
hechos
según les van
ordenando.
Para aumentar su
prestigio
eligen a
destacados
personajes de la
Historia
y van
nacionalizando:
a Don Miguel de
Cervantes
como ilustre
literato;
también Cristóbal
Colón,
descubridor
destacado,
como miembro de
la corte
de su reino
imaginario;
por tener
conquistadores,
a Hernán Cortés
y a Pizarro
y, como héroe
resistente,
empadronan a
Viriato.
Así, pasito a
pasito,
su historia van
transformando
con un coste,
que te cagas,
que pagan con el
Erario
y de un Condado
hacen reino
los plumíferos,
cobrando.
Empezó el lío
Pujol;
Rovira, siguió
sus pasos;
Maragall dijo,
que bueno;
Montilla, de
acomodado.
Pero vinieron
las urnas
y el Gran Delfín,
adedado,
cuando cogió
Presidencia
lo puso todo en
bordado:
Cataluña fue un
Gran Reino
y la Historia ha
demostrado
que las Navas de
Tolosa
ganó su Rey
Gundisalvo.
Así, van
comiendo cocos
mientras los van
educando:
mil setecientos
catorce;
nos subyugan
esos bárbaros
españoles con ejércitos
muy numerosos y
armados;
ellos robaron
los fueros,
pelucones y
ducados;
siguieron
robando pelas
y, hoy, euros
siguen robando.
Así, se estudia
la historia
y se educan
mentecatos
que exigen la
libertad
por las bravas y
a lo bravo.
Es un cirio
cojonudo
el que nos están
montando,
Mases,
Junqueras, Pujoles…
¿Podrán, por
fin, terminarlo?
¿Por qué quieren
hacer primos,
si siempre
fueron hermanos?
(Calpe, 19 de Septiembre de 2013)
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