A Carmelo Fernández
R
Viendo al Abad
Fray Pastrana
que el hambre en
el Monasterio
acosaba las
barrigas
de frailes y
subalternos,
preparó una
huelga gorda
por los Derechos
Obreros,
poniendo acoso a
Griñán
que presidía el
Gobierno
de su amada
Andalucía
que se quedaba
de yermo.
Andalucía,
inlabrada;
Andalucía, en barbecho;
pululaban los
parados
cual nómadas en
desierto
sin encontrar
puto dátil
para llevarse al
coleto.
Fray Pastrana,
hombre sufrido,
salía a rezar al
huerto:
no encontraba
zanahorias;
pelados ya los
cerezos;
de patatas, ni
una rama;
los perales, ni
te cuento;
lo mismo que los
repollos
o socorridos
pimientos:
que, a finales
de Diciembre,
están de áridos
los huertos.
Dolíanle sus
hermanos
sufridos y
recoletos,
que abrazaron la
UGT
para terminar
hambrientos
tras la lucha,
sin cuartel,
por los Derechos
Obreros.
Con estómagos
vacíos
no se pueden
soñar cielos;
si acaso, unas
cigalas
o un asado de
cordero;
solo unas cosas
sencillas
para ocupar el
talego
y superar
tentaciones
con que el
hambre tienta al lego.
Antes de empezar
la huelga
se fue el monje
hasta San Telmo.
Fray Pastrana,
el mendicante;
Fray Pastrana,
el limosnero,
vino a vestir la cogulla
y, con gesto
lastimero,
se dirigió hasta
Griñán
que presidía el
Gobierno.
Recomendándose a
Dios,
a Griñán pidió
dinero
para sacar de
penuria
a sus frailes y
a sus legos.
En Comunidad
sufrían
sus sufridos
ugeteros.
No era justo que
de hambruna
fueran a morir
los legos
y, más tarde,
cada fraile
siguiese el
mismo sendero.
¿Quién luchará
contra el paro?
¿Quién defenderá
Derechos
para un millón
de parados
que agostan en el
barbecho?
Griñán, el de media barba;
puso gesto
lastimero
y le pidió a
Fray Pastrana
que los frailes
del convento
no le convocasen
huelgas
mientras tuviese
el Gobierno;
sería cosa
distinta
si gobernasen
peperos.
--“ Las huelgas
son dolorosas;
hacen la Junta
de menos,
a más de la
destrucción
que dejan,
siempre, tras ellos”.—
--“Pero,
Excelencia, las tripas
de mis frailes
subalternos
están gruñendo
vacías
y reclaman
alimentos;
que una cosa son
las almas
y otra,
distinta, los cuerpos.
Yo, como Padre y
Abad
he de cuidarme
de ellos”.--
--“Si solo es
hambre, Pastrana,
yo puedo
ocuparme de ellos
y llenarles las
barrigas
y dejarles
satisfechos.
Pero de huelgas,
ni hablar;
porque las carga
el Averno;
lo que queremos
ganar
con frecuencia
lo perdemos.
¿Sabes que la
“Paz Social”
es muy semejante
al cielo?”.--
--“El cielo ya
lo alcanzamos
con meditación y
rezos;
pero es cosa
diferente
llevar vacío el
talego;
que Dios nos
puso el estómago
de paraíso o
infierno.
¿Usted no conoce
el hambre?”.--
--“En el PSOE,
al menos;
que me asignaron
pezón
y yo mamo lo que
puedo”.--
--“¿Qué les digo
yo a mis frailes
cuando regrese
al Convento?”.--
--“Ve tranquilo,
Fray Pastrana.
Ve, de mi parte
a Guerrero
que es un hombre
generoso;
y puede darte
algún diezmo”.--
Fray Pastrana,
confiado,
fue a visitar a
Guerrero,
un Midas que ya
predijo
en Antiguo
Testamento
un clarividente
Oseas
para los tiempos
modernos.
Guerrero, cuando
le vio,
le dijo, la mar
de atento:
--“Te vas a
Puerto Delicias,
un restaurante
muy bueno
y les pides, de
mi parte,
las sobras para
el Convento;
suelen ser muy
abundantes
y salvarás a tus
legos”.--
Fray Pastrana
vio el local
y, frunciendo el
entrecejo,
vino cambiar de opinión.
--“¿Pedir sobras
pal Convento?
Traigo la
Comunidad,
como hay Dios en
el Cielo”.--
Trajo se a todos
sus fraile;
todos tomaron
asiento
y, ateniéndose a
la Carta
pidieron sin
miramiento.
Con Pastrana
veinte frailes
vinieron del
Monasterio
portando sus
tripas horras
y un apetito
tremendo.
Tan solo los
langostinos
fueron mil
ochenta euros;
más seis cilindros
de foie,
seis cochinillos
horneros,
pargo al horno,
arroz caldoso,
solomillos de
ternero,
merluza, lubina
al pisto,
vino del Marqué
de Arienzo,
que es un vino
cojonudo,
por no decirle
muy bueno;
las cervezas de
Cruz campo
se vertían en
regueros,
a más de güisquises
varios
y variados
complementos.
Quedó Fray
Pastrana ahíto
los demás
frailes, no menos
y sumaron en
factura
dos mil más
cincuenta euros.
Asustáronse los
frailes
al ver el costo
del cuento;
miraron a Fray
Pastrana
y, éste, les
dijo muy serio:
--“Pondremos en
la factura
Rogativas en
Convento,
unos cuantos
Novenarios
a más de
distintos rezos
porque Dios
anule el paro
y florezcan los
empleos;
todo con mucha
humildad,
devoción a
cuerpo entero;
que los rezos
son muy caros
si se hacen en concierto;
que nos pague la
factura
Francisco Javier
Guerrero,
que, si escota
Andalucía,
la cuenta parece
menos”.—
Así fue la
comilona,
que vino a pagar
Guerrero,
ya que el “nido
de reptiles”
siempre le tenía
lleno;
se lo llenaba
Griñán
aún fuera de
Presupuestos.
Aquí Paz y
después Gloria
y en UGT, tan
contentos.
Son cosas de la
Política
en estos tiempos
modernos.
(Calpe, 16 de Septiembre de 2013)
Hombre Eloy, un poco de caridad cristiana para con estos frais y legos, ya sabes el hambre agudiza el ingenio.
ResponderEliminarEs lo que tiene el voto de pobreza, mal asumido cuando acosa la hambruna crisina u, por otra parte, también se saltan el voto de castidad cuando les acucia la fiebre en la cola de la barriga:
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