martes, 21 de octubre de 2014

ROMANCE DE MARATÓN-BANKIA II

En el maratón tremendo
que montaron en el banco,
ése, que hoy dicen Bankia
y Caja Madrid antaño,
corrieron ochenta y seis
y demostraron redaños
en una prueba tan dura
que vino a durar diez años.
¿Díganme en qué Olimpiada
hubo un  maratón tan largo?
Tan solo cuarenta y dos
con un  pico de regalo
corren los grandes atletas
y llegan descojonados
a la meta, echando el bofe,
sudorosos y agotados.
No esprintan metas volantes,
no hacen compras, entre tanto,
ni pasan por los comercios
donde se pierde algún rato;
ni paran en los cajeros
para recoger los cuartos;
ellos corren de seguido
y siempre sobre el asfalto.
No se pueden comparar
olímpico con bancario.
Por esa simple razón
la corrieron en privado,
por evitar que los medios
concediesen sus aplausos
a los que iban primeros,
afeando a retrasados.
La prueba fue larga y dura;
lo demuestra lo mamado
de los pezones de Bankia
que estuvo patrocinando
la maratón desde inicio
hasta que hubo terminado.
Hoy, si hacemos un desglose
de los millones gastados,
que no son grano de anís
quince millones y cuarto,
veremos que son normales
y todos justificados
en maratón tan tremenda
que vino a durar diez años.
En restaurantes de lujo
tres millones se gastaron;
para reponer las fuerzas
es preciso alimentarlos
y, algunos, son pantagruélicos
en mariscadas y asados;
son cosas del pedigrí
que les fue acostumbrando
y, el prescindir de caprichos,
en ellos es mal mirado.
Para sus gastos normales,
como vinos y tabaco,
cafelitos y releches,
como todo está muy caro,
paraban en los cajeros
de donde iban sacando
pasta de impositores
para ropa y calzado,
ya que empresas comerciales
no estaban  sponsorando,
al  no ser la prueba pública
con multitudes mirando.
Con dos millones de euros,
solamente, se arreglaron
y son pecata minuta;
que fueron ochenta y seis
los atletas que pasaron
chupeteando pezones
de los cajeros variados.
Como en el Tour, Giro o Vuelta,
hubo días de descanso
y algunos hicieron viajes
de distracción y descanso,
que es preciso reponerse
del esfuerzo realizado
y reemprender la maratón,
nuevamente, con redaños.
Blesa al África profunda
fue a cazar sus leopardos,
ya que le gustan sus pieles
de alfombras en el despacho;
luego cuenta a las visitas
que, con peligro, ha cazado
aquestas fierras corrupias,
cada una de un disparo
ya que él, con preferentes,
se quedó bien fogueado.
Otros, iban a la nieve
o a paraísos variados
porque el correr gasta mucho;
se vuelve recuperado.
Tan solo millón y medio
fueron los euros gastados
en estos desplazamientos
porque el mundo es largo y ancho;
pero a escote, entre muchos,
la verdad, no fue muy caro.
En las grandes superficies
y en comercios muy variados
pusieron metas volantes
que pasaban esprintando;
con presentar los dorsales
quedaba todo pagado;
así se sumó un millón
que, entre muchos, no es pa tanto.
Después de largas etapas,
muchos quedaban cansados
y en los hoteles de lujo
se quedaban reposando;
noches a cuerpo de rey
y, algunos acompañados
ya que los ratos de insomnio,
con placer, no son tan malos.
Fueron ochocientos mil
en hospedajes gastados
y los dorsales seguían,
cual tarjetas, funcionando
y nadie les puso pegas
por tener fondos escasos.
Estos chicos, que son “pichis”
y elegantes demostrados
en ropas y complementos
setecientos mil gastaron;
pero daba gloria verles
tan guapos y trajeados,
si parecían san luises
del propio cielo bajados.
La maratón fue tremenda
y quedaron agotados;
si es que el correr a lo bestia
aporta mucho cansancio.
Pero, ahora, yo me pregunto:
¿Cuándo coño trabajaron?

    Calpe, 17 de Octubre de 2014)


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