En el maratón
tremendo
que montaron en
el banco,
ése, que hoy
dicen Bankia
y Caja Madrid
antaño,
corrieron
ochenta y seis
y demostraron
redaños
en una prueba
tan dura
que vino a durar
diez años.
¿Díganme en qué
Olimpiada
hubo un maratón tan largo?
Tan solo
cuarenta y dos
con un pico de regalo
corren los
grandes atletas
y llegan
descojonados
a la meta,
echando el bofe,
sudorosos y
agotados.
No esprintan
metas volantes,
no hacen
compras, entre tanto,
ni pasan por los
comercios
donde se pierde
algún rato;
ni paran en los
cajeros
para recoger los
cuartos;
ellos corren de seguido
y siempre sobre
el asfalto.
No se pueden
comparar
olímpico con
bancario.
Por esa simple
razón
la corrieron en
privado,
por evitar que
los medios
concediesen sus
aplausos
a los que iban
primeros,
afeando a
retrasados.
La prueba fue
larga y dura;
lo demuestra lo
mamado
de los pezones
de Bankia
que estuvo
patrocinando
la maratón desde
inicio
hasta que hubo
terminado.
Hoy, si hacemos
un desglose
de los millones
gastados,
que no son grano
de anís
quince millones
y cuarto,
veremos que son
normales
y todos
justificados
en maratón tan
tremenda
que vino a durar
diez años.
En restaurantes
de lujo
tres millones se
gastaron;
para reponer las
fuerzas
es preciso
alimentarlos
y, algunos, son
pantagruélicos
en mariscadas y
asados;
son cosas del
pedigrí
que les fue acostumbrando
y, el prescindir
de caprichos,
en ellos es mal
mirado.
Para sus gastos
normales,
como vinos y
tabaco,
cafelitos y
releches,
como todo está
muy caro,
paraban en los
cajeros
de donde iban
sacando
pasta de
impositores
para ropa y
calzado,
ya que empresas
comerciales
no estaban sponsorando,
al no ser la prueba pública
con multitudes
mirando.
Con dos millones
de euros,
solamente, se
arreglaron
y son pecata
minuta;
que fueron
ochenta y seis
los atletas que
pasaron
chupeteando
pezones
de los cajeros
variados.
Como en el Tour,
Giro o Vuelta,
hubo días de
descanso
y algunos
hicieron viajes
de distracción y
descanso,
que es preciso
reponerse
del esfuerzo
realizado
y reemprender la
maratón,
nuevamente, con
redaños.
Blesa al África
profunda
fue a cazar sus
leopardos,
ya que le gustan
sus pieles
de alfombras en
el despacho;
luego cuenta a
las visitas
que, con
peligro, ha cazado
aquestas fierras
corrupias,
cada una de un
disparo
ya que él, con
preferentes,
se quedó bien
fogueado.
Otros, iban a la
nieve
o a paraísos
variados
porque el correr
gasta mucho;
se vuelve
recuperado.
Tan solo millón
y medio
fueron los euros
gastados
en estos
desplazamientos
porque el mundo
es largo y ancho;
pero a escote,
entre muchos,
la verdad, no
fue muy caro.
En las grandes
superficies
y en comercios
muy variados
pusieron metas
volantes
que pasaban
esprintando;
con presentar
los dorsales
quedaba todo
pagado;
así se sumó un
millón
que, entre
muchos, no es pa tanto.
Después de
largas etapas,
muchos quedaban
cansados
y en los hoteles
de lujo
se quedaban
reposando;
noches a cuerpo
de rey
y, algunos
acompañados
ya que los ratos
de insomnio,
con placer, no
son tan malos.
Fueron
ochocientos mil
en hospedajes
gastados
y los dorsales
seguían,
cual tarjetas,
funcionando
y nadie les puso
pegas
por tener fondos
escasos.
Estos chicos,
que son “pichis”
y elegantes
demostrados
en ropas y
complementos
setecientos mil
gastaron;
pero daba gloria
verles
tan guapos y
trajeados,
si parecían san
luises
del propio cielo
bajados.
La maratón fue
tremenda
y quedaron
agotados;
si es que el
correr a lo bestia
aporta mucho
cansancio.
Pero, ahora, yo
me pregunto:
¿Cuándo coño
trabajaron?
Calpe, 17 de Octubre de 2014)
Muy bueno Eloy, como siempre certero en lo que escribes...
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