jueves, 9 de enero de 2014

ROMANCE DE LOS PANTAGRÜÉLICOS

Por la sierra de Madrid
cabalga la flor y nata
de la UGT madrileña
sobre tres soberbias jacas:
las jacas van relucientes,
que son tarjetas doradas
con un galope sin freno
pues va a asaltar la Caja
de ese noble sindicato
que le da prestigio a España.
Por la sierra de Madrid
tres caballeros cabalgan
buscando buenos pesebres
sobre tarjetas doradas
que no precisan de pienso,
solo una cuenta en la Caja.
No asaltarán diligencias;
solo a llenarse la panza
en restaurantes de lujo
de exquisiteces en Carta.
Cuando se sientan a mesa
ya no hay prisa para nada
solo comer y comer
acompañados de charla,
descojone, a tutiplén,
y recuerdos a la Caja
do parará la factura
por la tarjeta dorada.
--“Santiago, ¿qué te apetece,
hoy, para llenar la panza?”--
--“Mira, Manuel, me apetece
una buena mariscada;
después, lo que dicen “todo”
con alubias de la Granja”.--
Macario piensa que es poco;
viene a tomar la palabra:
--“¿Y si, después, tres lechones
cortados con porcelana?”.--
--“Pues bajemos a Segovia,
bella ciudad castellana;
es una ciudad turística;
hay restaurantes a manta
con sus especialidades
de lujo para la panza.”.--
Dijo Santiago Tamame
y acarició su dorada;
Secretario General
de la UGT y gran macarra,
a Manuel Sánchez Cifuentes
de quien su puesto heredara.
--“Vamos a Cándido o Duque
tienen menú, que te cagas”.--
Cabalgan tres caballeros
sobre tarjetas doradas
y cruzan con su apetito
el Puerto de Guadarrama;
abajo espera Segovia,
bella ciudad castellana,
y, al lado de acueducto,
van a disfrutar pitanza.
Hoy es Sábado; el Domingo
se acercarán a Pedraza;
en el Mesón de Manrique
o en el Hostal Zuloaga,
que no son moco de pavo,
se zamparán, por la cara,
unos lechazos al horno
que es, también, buena pitanza;
el despilfarro no importa;
tres corderitos al horno
que pagarán con dorada.
Si entran euros a montones,
ellos gastan a paladas
y aquí paz y después gloria
y satisfechas las panzas.
--“Reconocerás que Dios
les hizo una gran putada
al dar estómago a pobres
que se han de partir el alma
pa comer unas lentejas
y, pa más inri, sin nada”.--
Dice Santiago a Manolo
mientras pela una cigala.
Para empujar su langosta
Macario bebe del cava
y, tras un sonoro eructo,
contesta de recordada:
--“Ahora me viene el recuerdo
de cuando yo trabajaba
y, así, de pascuas a ramos,
me tomaba una fabada
o un cocido madrileño
muy escaso de pringada;
por entonces, ni en sueños,
pensaba estas mariscadas”.--
--Si el trabajo fuese bueno
los ricos lo requisaban”.--
--“Menos mal que vino el chollo;
de liberado empezaba
a disfrutar mejor mesa;
cuanto menos trabajaba
mejor comía, ¡rediós!”.--
--“Coño, con las barricadas;
grandes manifestaciones
y, después, a celebrarlas
que el berrear cansa mucho”.--
--“Menos que el pico y la pala”.--
--“¡Qué carrerón hemos hecho!
Nunca me lo imaginara”.--
--“¿Y qué me dices del chollo
de las Tarjetas Doradas?”.--
--“Nunca pude imaginarme
tanto dinero en la Caja”.--
--“Si aquí no paga ni cristo”.--
--“Pero vienen a llenarla
subvenciones a porrillo”.--
--“No olvides facturas falsas;
que, en eso, somos maestros;
y, encima, todos las pagan”.--
--“Si Administración es lerda
justo es aprovecharla”.—
Y comían y comían;
más que comer, devoraban.
En Madrid, mesas de lujo
los días de la semana;
Sábado, Domingo y Puentes
buscaban por toda España
estrellas de Michelin
con sus tarjetas doradas.
Más de mil quinientos euros
en una sola tacada.
--“¡Qué chollo es la UGT
si sabes aprovecharla!”.--
Tres angelitos, tres vientres
que, año tras año, gastaban
sus buenos cien mil eurazos
con sus tarjetas doradas.
Prepotentes, ni pensaron
que el Banco las controlaba
y un ERE puede aportar
parados con mala baba
que suelen sacar las cuentas
para luego publicarlas.
¿Qué hacía Cándido Méndez?
Pues se empadronaba en Babia
y aprovechaba los lujos
de muchas facturas falsas:
hoteles de cinco estrellas
con yacusi y con sauna.
Su Sindicato es honrado;
lo jura por Rubalcaba,
quien, a lo puta y callando,
da por buenas sus palabras.
Tres honrados caballeros
vuelven por Navacerrada;
corrieron la juerga padre
con sus tarjetas doradas.
¿Las cubre el Sindicato?
No, los gilipollas de España.
Si, a escote, todo es barato;
hasta grandes mariscadas
que nunca olerá un pobre
viviendo vida muy larga.

       (Madrid, 7 de Diciembre de 2013)


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