domingo, 31 de marzo de 2013

ROMANCE DE BANDOLEROS


A Marga Lago Martínez

 

El “Conseguidor” Juan Lanzas

se buscó tres testaferros

con los que montó una banda

de auténticos bandoleros,

como hizo Curro Jiménez

en los sus antiguos tiempos;

a falta del Algarrobo,

del Estudiante y del resto,

Juan Lanzas escogió un trio

para formar un cuarteto.

Con ellos recolectaba

y blanqueaba el dinero

que cobraba en comisiones,

gordísimas, en secreto.

Viajaban los maletines

con billetes de quinientos,

lo mismo que sobres gordos

preñados de fajos de euros

que iban a los paritorios

que Juan Lanzas y Guerrero

montaron en ciertos bares

muy cerca del Parlamento.

El dinero nace sucio;

lo lavan los testaferros

y, en lugar de usar “Colón”,

ellos usaban Conciertos

que aportan un albor puro

a los millones de euros;

después, los centrifugaban

en oscuros recovecos

de sus empresas fantasmas

en veloces movimientos;

los billetes se secaban

aprovechando los vientos

que eran aires que metían

de Juan Lanzas al coleto.

“Conseguidor” montó banda

con extraños elementos.

Juan Francisco de Algarín,

un alcohólico confeso

que cuando el “delirium tremens”

se instalaba en su cerebro

dirigía las “fantasmas

empresas”, con tanto acierto,

que bebían comisiones

y luego meaban euros

en el orinal de Lanzas

con los que regaba el huerto.

En un comedor social

alistó a este “elemento”.

Otro miembro de la banda

era el chofer de Guerrero

que, a más de llevarle en coche

oficial de Ministerio,

le acompañaba en las juergas

y se gastaba los euros

en jolgorios puteriles,

en coca y otros eventos,

mano a mano, entre los dos,

como buenos compañeros.

El Juan Francisco Trujillo,

cocainómano confeso,

fue chofer del Secretario

y de Lanzas testaferro.

Claro lo dijo a la Juez

que le empadronó en encierro.

Sin embargo en Comisión

vino a declarar Guerrero:

--“Yo soy un hambre jovial;

ni drogata, ni putero”.--

Pero, entre los dos, gastaban

sus veinte y cinco mil euros,

mensuales en cocaína

que, les vendía un “camello”,

proveedor de dos “Curros”

y de Lanzas testaferro.

El tal Gregorio Martínez,

de profesión vinatero,

recibía subvenciones

regaladas por Guerrero

y montó empresas fantasmas

para lavar los dineros

de comisiones de Lanzas

como ejemplar testaferro.

En País de la honradez

podría ser el primero.

Lanzas estudió Vitalia,

que Chaves y su Gobierno

inventaron como Empresa

para controlar los euros

con un montón de chorizos

seleccionados a dedo.

Esta Empresa singular

dio subvenciones a cientos

y recaudó comisiones

retornadas en secreto,

Así vino a montar Lanzas

sus fantasmales empresas

a nombre de testaferros;

sin trabajar facturaban

el retorno de los euros

con los que el “jefe” compró

diez y seis casas más finca

y un lujoso apartamento

que le regaló a su madre

porque ganase bronceo,

a la orilla de la playa,

con un gracioso moreno;

después, sería la envidia

de las comadres del pueblo.

En “zulos” treinta millones

ocultos en sus terrenos

que, por su gran extensión,

está buscando el ejército.

En puticlub de Sevilla

con Lanzas de guitarrero

más cocaína y alcohol

cantaban los testaferros

la coplilla popular:

--“Anda jaleo, jaleo;

anda jaleo, jaleo;

con silencioso alboroto

seguimos con el saqueo;

seguimos con el saqueo;

que el dinero es tentador

y nos gusta el mangoneo

y nos gusta el mangoneo”.--

Una coplilla apropiada

para tales bandoleros.

 

      (Madrid, 30 de Marzo de 2013)

2 comentarios:

  1. Un romance apropiado con pelos y señales.....Bravo Don Eloy

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  2. Por favor, amigo, no me llames de Don que se me sube el pavo y, eso, a mi edad...

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