2ª CARTA AL
SR. RAJOY
(Romance Asesor Gratuito)
Le advierto, Señor Rajoy.
que estoy harto de
“empanada”,
o séase, confusión;
como el que caza apavardas
sin saber qué animal es
y, encima, sale sin arma;
estoy confuso, a mayores,
como Zapatero andaba
cazando sus gamusinos
por los pasillos y salas
del Palacio de Moncloa
que, antes que Usted,
ocupaba.
Si en este estado mental
soltase alguna palabra
que, dicen, fuera de tono,
políticamente errada,
por un suponer, parida
sin intención pronunciada;
no atribuya a mala leche,
pues la uso condensada
muy azucarada con coña;
es debido a mi ignorancia.
Tengo una duda tremenda
que en las noches me acompaña
provocándome el desvelo
hasta que llega alborada;
no trae churros ni café,
pero ilumina la sala
porque es dadivosa en luz;
pero, en los churros, tacaña.
Hoy, me encuentro como
Sócrates:
“Solo sé que no sé nada”.
Pienso que Usted, que lo
entiende,
acaso pueda aclararla;
mi pregunta es muy sencilla:
--“¿Qué coño es
Democracia?”.--
En los tiempos de Don
Claudio,
al que Claudillo llamaban
sus súbditos y pelotas
y que gobernaba España
por esa “Gracia de Dios”
que en las “pelas”
troquelaba,
cualquier español sabía:
“las Consignas” son sagradas
y se cumplen por las buenas,
o se cumplen por las malas.
En esa época histórica,
que Zapatero anulara
por la gloria de su abuelo,
las cosas estaban claras:
vino a hacernos portadores
de vieja historia de España;
recuerdo llevar a cuestas,
oprimiéndome la espalda,
“Reserva Espiritual
de Europa”. Pues… ¡Casi nada!.
Hoy, cada cual va a lo suyo,
cuando hay dinero, lo
arramplan;
pues la caridad empieza
por familia y por camada.
Por esa razón pregunto:
--“¿Qué coño es Democracia?”.--
La estudio en Grecia y en
Roma,
en Inglaterra y en Francia;
con ésta que padecemos,
la verdad, que no me cuadra.
Me pregunto si es boceto
de obra no iniciada,
a sea, un embrión
que puede ser abortada.
--“¿Es el Pueblo Soberano?”.--
No me diga…¡Amos, anda!
El Pueblo era Soberano,
así, como de pasada,
cuando pedían su voto
de mendicantes, sin nada;
mas, terminado el recuento,
quien consigue la tajada
del derecho a gobernar,
al Pueblo el Poder le
arramplan;
pues, ya en un día, abusaron
una hora mal contada.
--“¿Iban a servir al Pueblo?”.--
No me encabrone… ¡Caramba!
Pues lo que sus actos dicen
contradicen sus palabras.
Cuando apañan el poder
que al Pueblo le mendigaban,
se nombran Dueños del Feudo;
los súbditos lo trabajan;
no cobran por su trabajo
y con privaciones pagan
los impuestos ancestrales
del “derecho de pernada”;
o séase, somos siervos
que mantenemos las “castas”.
Nos dice que no hay dinero,
que están vacías las arcas.
que las deudas que dejó
Zapatero, hay que pagarlas;
que solo había miserias
en Bankia y las otras Cajas
y les soltó millones
con el fin de sanearlas,
dejando que directivos
se llevaran la tajada
de indemnizaciones, dicen,
y pensiones de burrada;
esas fabulosas deudas
nuestros impuestos las pagan;
--“Hablamos de las
pensiones?”.--
Esto me afecta y no cuadra.
Cuando Usted pedía votos,
prometió descongelarlas
y aumentarlas lo perdido
con IPC comparadas.
Vimos que el frío conserva
mientras la intemperie aja.
Primero, me descongela;
después, rendimiento grava;
me sube un uno por ciento,
con un tres la descalabra.
Y no le hablo de oídas
que mi pensión fue dañada;
me la deja hecha unos zorros
y… ¿Debo darle las gracias?
--“¿He dicho alguna
parida?”.--
Pues tenga a bien perdonarla;
que yo les perdono muchas
cuando escucho lo que hablan.
Trataremos más asuntos;
tengo en tintero más cartas.
(Madrid. 16 de Enero de 2013)
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