jueves, 1 de enero de 2015

ROMANCE DE DOS PAJARRACOS (Balín y del Cabo. ¡Coño, qué pareja!)

Si vas con tu caña al mar,
donde hay peces variados,
la pones un buen anzuelo
y lo lanzas bien cebado,
puede, que al rato, uno pique
y de pez pasa a pescado.
Si miras la sociedad
y encuentras de millonario
a un tipejo que “quídam”
hace muy poquitos años,
no te extrañes si un día pica
un anzuelo solapado
y le veas, entre dos guardias,
debidamente esposado,
caminar, cabeza gacha,
en dirección a un  Juzgado.
Sabemos que, si le pagas
a Hacienda lo estipulado
de acuerdo con tus ingresos,
patrimonio acumulado,
a más de los intereses
de tu dinero banco,
quedas en “luna Valencia”,
como cualquier valenciano
que llegaba a la muralla
con el portón ya cerrado;
o séase, un gilipichi
que en la vida va tirando:
apurado a medio mes
y a fin de mes agobiado.
Hoy atañe este romance,
por tenerlo bien ganado,
a unos linces en negocios:
un tal Balín y Ángel Cabo.
Dios los cría, ellos se juntan
y, sin son espabilados,
arman pifostios mayores:
cogen los euros por sacos
y se pasan los millones
(tómalos tú, por si acaso;
con el tiempo haremos cuentas
y lo vamos arreglando).
Tenía Blanco Balín
amistad con Ángel Cabo;
como la buena amistad
viene a ser un gran regalo
que nos concede la vida,
como a la chita callando,
preñada de afectos nobles,
muy propensa a los cuidados,
con un gran desinterés
y tendente a los abrazos,
Blanco Balín vino a dar
su Empresa, como regalo,
a amigo tan entrañable,
el muy querido Ángel Cabo;
éste se lo agradeció;
Balín quedó descuidado
porque, en verdad, la Empresa
le daba mucho trabajo.
La Asesoría Fiscal
(un negocio saneado)
la viene a cambiar el nombre
por Valmur  Don Ángel Cabo.
Pero aquesta propiedad;
al mes se nos fue al Juzgado
y, aferrándose a la ruina,
pidió suspensión de pagos;
Millones debía a Belgueva
por caso indeterminado;
y, así, el dinero se fue
sin saber cómo ni cuándo.
(el director de Belgueva
era el propio Ángel del Cabo)
Que si él, que si Balín
dejaron pufos por sacos
y se quedaron los deudos
sin pluma y cacareando.
Es la contabilidad
con un experto en amaños.
Este ex Inspector de Hacienda,
debidamente informado,
con el amigo Balín
se montaron un tinglado
que segaban los millones
de un modo desmesurado,
liquidando mil Empresas
que estaban en tiempos malos,
Así, la Nueva Rumasa
ellos la fueron comprando
de acuerdo con Ruiz Mateos
y terminó en un desfalco.
También a Martínez Núñez,
que era constructor berciano,
les exprimieron su Teconsa
dejándole de  averiado.
Esta pareja de ilustres,
Balín y Ángel de Cabo,
entre los pitos y flautas,
otro chanchullo tocaron:
con Gerardo Díaz Ferrán
Grupo Marsan  liquidaron
y unos cincuenta millones
se fueron en el desfalco.
Balín, gran blanqueador,
hace los millones blancos
por esos mundos de Dios,
incluyendo los robados
por el Correa y su Gürtel
y los pasa a exiliados:
unos, por liquidación;
otros, fueron de regalo.
En Liechtenstein los millones,
debidamente ocultados,
van produciendo intereses
hasta ser ex presidiarios.
Mientras tanto, el tiempo pasa;
lentitud en los Juzgados;
y en el día de mañana,
cuando pasen unos años,
se olvidarán muchas cosas
y esta pareja de “nardos”
vivirán de “puta madre”
y, encima, descojonados;
que si Hacienda somos todos,
ellos no entran en el ajo,
que el dinero es el dinero
y hoy los tiempos son muy malos.

(Madrid, 28 de Febrero de 2013)


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