Si emprendes
ruta hacia Babia,
que está tras La
Magdalena,
puedes
desviarte Cuadros
que está a
orilla del Bernesga;
tiene su
Ayuntamiento
que acoge a
otras aldeas
completando el
Municipio
al ser mucho más
pequeñas.
Hay un tal Marcos
Martínez
que la alcaldía
ostenta
de Cuadros más
el alfoz
que nos ha
salido un jeta.
Si piensas ir
hasta Babia,
muchos lo hacen
con frecuencia,
puedes desviarte
a Cuadros
a tomarte un
cerveza;
no preguntes por
Martínez,
ya que esta
buena pieza
está curando en
la cárcel
por chorizo de
excelencia;
mejor es curarlo
al humo
que a la luna de
Valencia.
Marcos que en
Diputación
disfruta la
presidencia
porque a Isabel
Carrasco
matara en la
pasarela,
que une las dos
mitades
que hace a León
el Bernesga,
una madre
rencorosa
de hija que
despidiera
empadronándola
en paro
para hacer cola
de espera.
Fue un suceso
luctuoso
que a Marcos
vino de perlas,
ya que estaba de
segundo
y heredó la
presidencia,
después de
primeros llantos
y sentidas
condolencias.
En Andalucía también
las presidencias
se heredan;
pero es cuando
presidentes,
con el rabo
entre las piernas,
escapan para
aforarse
no les aplique
sentencia
por ERES y
Formación
Mercedes Alaya,
jueza.
Aún no sabemos
si Marcos
abusó de
presidencia
o si le venía de
antes
dar sus mordidas
tremendas,
al conceder los
contratos
a Walter Music y
a empresas
en las que era
coparticipe
y cobraba buenas
rentas.
La cosa es que
le mirabas
y te mostraba
apariencia
de ser mindundi
normal,
no chorizo de
excelencia.
--“De niño, él
no era así”--.
Dice la Antonia,
tía abuela,
que, más de una
vez, llevó
a Marquitos a la
escuela;
aunque ya daba
señales
de practicar
mangoletas
cuando, a lo
zorro, robaba
a Pepito y a
Minguela
las canicas de
cristal
con coloreadas
vetas.
La verdad es
que, a lo tonto,
en la política
entra
y consigue
alcaldía
a causa de
papeletas
que le dieron al
PP,
bien visto en
aquellas tierras.
Entró en el
Ayuntamiento
y empezó a
cobrar la renta
viendo enseguida
la cosa
como una buena
teta,
pues le gustaba
ordeñar
vaca que el pueblo
alimenta.
Le metió en
Diputación
Carrasco, la
presidenta
ya que ejercía
en León
como Tacher
Leonesa
que, en viéndole
de mindundi,
se lo colocó a
su vera;
que, pa cojones,
lo suyos,
decía la
presidenta
y ni cristo
rechistaba
entre las
huestes peperas,
admitiendo que
tuviese
tres cargos, por
las buenas,
llevándose un
dineral
que guardaba en
su alacena.
La verdad es que
Martínez
no era un
político estrella
que sobresaliese
en algo
o demostrase
maneras.
Martínez cogió
afición
a ordeñar a
cuatro tetas;
pues se saca
mucha leche
cuando un
contrato interpretas
y llenas en poco
tiempo
hasta el borde
la lechera.
Fue un hallazgo
el tal De Pedro,
que a Marcos
vino de perlas
para ordeñar los
rebaños
que pastan la
finas hierbas
del Puerto de
San Isidro,
hasta que la
nieve llega.
Se hacen tratos
de servicios
ordeñando a
cuatro tetas;
la leche se la
reparten
que es de los
dos la lechera.
Los contratos
que en León
la Diputación
oferta
los apalanca De
Pedro,
así, sin más,
por las buenas;
sin hacer oferta
pública,
mandangas ni
sutilezas
que, aunque lo
exija la ley,
Marcos pasa en
entrepierna
pues su amistad
con De Pedro
no permite
competencias.
No se sabe los
millones
que lograron
estos prendas
ordeñando a
cuatro manos
dentro de una
gran orquesta
que interpretaba
en ciudades,
aunque no fuesen
las fiestas,
contratos con
comisión,
sinfonías y
operetas
con música de
Granados
y de Marfaliza
letra.
En Navalcarnero
tiene
Marcos una
hermosa celda
donde exige que
le pongan
despacho con una
mesa
para trabajar
por Cuadros.
¡El chorizo que
no cesa!
Le pilla Miguel
Hernández
y en un poema le
ingresa.
( Calpe, 4 de Noviembre de 2014)
Como siempre, impresionante
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