ROMANCE DE UN TAL VICTUS
Cuando
a Invictus le hizo Victus,
batido
sobre la arena,
por
una mujer menuda
luchando
por Presidencia
y su
enorme envergadura
vino a
caer en la arena,
pues
Aguirre le asestó
un
lanzazo en la entrepierna
dejándole
en poca cosa;
solo
su soberbia entera
mantuvo
sobre fachada;
mas,
por dentro era caverna.
Cuando
le venció Esperanza
la
suya quedó hecha pena;
pero
ocultó su estulticia
con un
manto de soberbia.
Viendo
que a su alrededor
los
demás daban más pena,
se
mantuvo como líder,
en
Madrid, del ala izquierda
y
resurgió, como Invictus,
ante
la rubia melena
de la
Trinidad Jiménez
que ZP
propusiera.
Fue un
asunto de primarias
y hubo
poca competencia,
pues
si él es poco seso
la
Trini solo es melena;
los
dos vacíos, por dentro;
solo
fachadas, por fuera.
Espera,
de aquí a otro año,
emprender
nueva pelea
por
optar a la alcaldía
o,
acaso, a la Presidencia;
no
sabemos contra quien;
volverá
a perder pelea
y
volverá a ser un Victus
tendido
sobre la arena.
Acaso,
entonces se vaya
humillado
en su vergüenza,
si es
que aún le queda alguna,
cosa
que él no aparenta.
Dejó
Parla hecha unos zorros,
con la
mayor de las deudas
que
tuvo algún Municipio
desque
la historia recuerda.
Son
doscientos veinticinco
los
millones de la deuda
que
dejó, como Gestor,
a la
sociedad parleña
y a
José María Fraile
según
Tribunal de Cuentas
(amigo
elegido a dedo)
como
envenenada herencia;
le
concedió la Alcaldía,
pero
en la puta miseria.
Este
duro opositor,
que
dejó a Parla en quiebra
y todo
privatizó,
después
declaró la guerra
a
Esperanza y a González,
llenando
calles enteras
con
las camisetas verdes
que
cerraban las escuelas
y,
también, con batas blancas
de
clínicas madrileñas.
Es
salsa de mil asados;
es
chorizo en las lentejas
y
azuzador soterrado
de
innumerables huelgas
con el
fin de desgastar
al
gobierno de derechas
que
hace a la Comunidad,
en la
crisis, la primera
que va
superando el déficit,
levantando
la cabeza;
mas,
Parla no la levanta;
arrastra
la cruel herencia
que
les donó el tal Invictus.
Dice
el Tribunal de Cuentas
que
hay montañas de facturas
escondidas
en gavetas
de
Ayuntamiento parleño
que,
al darlas por obsoletas,
el
Invictus ni pagaba
ni las
metía en las cuentas.
Son
doscientos veintiuno
los
millones que este “Jeta”
dejó
escondidos en DEBE
sin
pagar ninguna letra.
“Prohibido
pagar facturas”,
era el
texto de su Lema,
convencido
que el pagar
era un
cargo de conciencia;
“las
obras son para el Pueblo
y
Pueblo son las Empresas”.
Son
los principios morales
de Tomás
Gómez, el Jeta.
Parla
sería Nueva York;
sería
ciudad puntera;
asombro
de la Nación
y él
sería Alcalde Estrella.
Invictus
montó un tranvía
con
raíles sin traviesas
para
transportar las gentes
por
avenidas parleñas
y
hasta el propio Zapatero
inauguró
con gran fiesta.
Busca
cuarenta millones
ahora
el Tribunal de Cuentas
ya
que, entre tanto barullo,
perdieron
y nadie encuentra;
sin
duda son las facturas
que
pagaron en traviesas.
Hoy el
dichoso tranvía
trae a
Parla de cabeza,
ya que
es un pozo sin fondo
y no
le salen las cuentas.
El
Gran Privatizador
que
privatizó completa
toda
la gestión de Parla,
servicios
y componendas.
Vino a
contratar basuras
con
sacrificada empresa
que
aguanta ochenta millones
como
carga de la deuda.
Vino a
contratar pastores
pa palomas
y cigüeñas
porque
volasen seguras
sobre
la ciudad parleña,
con
los zagales a dedo
y los
sueldos a la deuda.
Su NO
a privatización
de
Sanidad Madrileña,
con
las manifestaciones,
con
innumerables huelgas
apoyan
las batas blancas
las
sus intenciones negras.
Fue un
gestor de chichi-nabo
alcalde
de pandereta,
que, a
fuerza de inaugurar,
dejó
unas deudas tremendas.
Pero
Invictus es así:
tiene
una oquedad tremenda
debajo
del negro pelo,
a
séase, en la sesera
que
conserva de erial
negándole
sementera.
Quiere
gobernar Madrid;
quiere
ser alcalde estrella;
quiere
ser el sursuncorda
y, si
urnas no remedian,
será
lumbrera sin luz;
caerá
Madrid en tinieblas
y el
Palacio de Correos
privatizará
en la quiebra.
Tomás
Gómez, el fachada,
de
Invictus saldrá a la arena,
aliando
a todo quisqui
sin
importar las ideas;
lo que
importa es sumar votos
y que
gobierne quien pierda.
Ésta
es la Democracia
de este
Invictus de Izquierdas
que ha
perdido sensatez
y ha
ganado incongruencia.
(Madrid, 18 de Marzo de 2014)
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