viernes, 16 de agosto de 2013

ROMANCE DE DEDOINDUSTRIA

Cuando ZP notó
que la crisis asomaba,
le dijo a Elena Salgado
economista liviana:
--“Date una vuelta pol campo,
ya que eres avispada,
y mira si brotes verdes
van asomando en las ramas;
la gente empieza a quejarse
y es preciso darle alas.
Yo quiero un pueblo optimista”.—
Le dijo el Cantamañanas
a la Ministra que puso
de economista ilustrada.
Así salió la Elenita
por las tierras asoladas
y veía brotes verdes
donde no había ni grama;
así, lo decía a Europa;
así, engañaba a España
mientras la Banca y la Industria
se hundían en la hondonada,
las gentes empobrecían,
el paro se disparaba
y el “Gilipichi” de turno
la Champions Ligue jugaba.
Vieron tantos brotes verdes
que fue una selva africana
y, por ser competitivos,
nos puso al nivel de Ghana.
Después cambiaron los tiempos;
Rajoy heredó una tarta;
vino a rematar pastel
con una guinda escarchada
que se cayó desde el Guindo
más no sé si madurada.
La tarta era de gruyere
y cubría con la nata
los agujeros enormes
de la gran deuda heredada;
después, nos parió la abuela
una prima casquivana
que, por comer tanto Erario,
continuamente engordaba;
era la ruina absoluta;
era la ruina ilustrada.
De pronto, una palabreja.
Alguien sacó de la manga
“la Competitividad;
y, de ponto, esta palabra,
expresión tan deportiva,
se convirtió en una manta
que justificaba:  el paro,
las industrias clausuradas,
las bajadas de salarios,
las pensiones congeladas,
la desaparición del crédito,
el rescate de la Banca,
multiplicación de impuestos,
sociedad depauperada,
y el aumento de las colcas
en la Caritas Cristiana.
Rajoy cogió Patria en ruina
y la mantiene arruinada.
Aunque escogió un gran experto,
según gritaba su fama,
resultó un depredador
de carteras ciudadanas.
Un economista a medias;
no tiene las cosas claras;
al no entender de ganado,
no entiende que, si a una vaca
se la ordeña sin medida
y no la das hierba o paja,
se queda en los putos huesos,
o séase, en vaca flaca.
Cuanto más nos sube impuestos
menos ingresos recauda.
De tanto hacernos recortes
la tijera está mellada.
Desde el principio, Montoro,
sabe que la gran tajada
está en la Administración
y no se atreve a tocarla
por, si acaso, algún Barón
o algún Presi de las Taifas,
al ver que pierden los chollos
sus gentes bien enchufadas,
pusiesen grito en el cielo
volviéndose alborotadas.
Hablemos de Dedoindustria,
fruto de la Dedocracia
que cuesta muchos millones
y no nos produce nada.
Dedoindustria hoy día tiene
unas nóminas tan amplias
que en España no hay recursos
para poder sufragarlas;
viene a ser pozo sin fondo
que llenamos, a la trágala,
a fuerza de deuda inmensa
que no hay forma de pagarla,
si no es saqueando bolsas
de gentes depauperadas.
Todo comenzó, a lo tonto,
como empiezan las burradas.
Había tantos hambrientos
de poder y de mangancia
cuando murió el Tío Francisco
y surgió la Democracia
que un Gobierno era poco
para enchufar tantos maulas:
parientes, socios, amigos…
y los Padres de la Patria
se nos pusieron de parto,
cual las abuelas preñadas
que paren los hijos tonto:
fueron diez y siete Taifas
con Ministerios y Cortes,
con Empresas Subsidiadas,
con Fundaciones prolijas
y Observatorios de nada,
Asesores, a barullo,
personas de confianza
que no tienen puta idea
y, sin embargo, se pagan.
Así creció Dedoindustria,
fruto de la Dedocracia.
De este inmenso despilfarro
y porque quede constancia:
veintidós mil y quinientos
que disfrutan estos mantas
solo en coches oficiales,
costos, choferes, más nafta
nos suman unas facturas
que es difícil sufragarlas.
Si miramos el Senado,
ese Asilo de los Maulas
que no cabían en listas
y era preciso enchufarlas
por lo mucho que sabían
y ese mucho que callaban;
son cincuenta y dos millones
por sestear en la nada;
si les quitas pinganillos
no entienden puta palabra.
Entre unas cosas y otras,
inventaron, de la nada,
tres mil quinientas Empresas
que nos cuestan mucha pasta
con ciento sesenta mil
personas asalariadas,
unas con sueldos normales
y otras con sueldos burradas.
Mire Usted, Señor Montoro,
levante veda a la tala;
déjenos amplios calveros
y cada uno a su casa;
que se busquen sus trabajos
aunque las colas sean largas;
no tiene España posibles
pa alimentar tantos maulas
que viven de puta madre
mientras el humilde paga.
¡Qué chollo la Dedoindustria
para la gente adedada!
En provecho de los suyos
la parió la Dedocracia;
con el cambio de una letra
quedan las cosas más claras.
para que el pueblo entienda
por donde se va la hogaza.

     (Madrid, 3 de Julio de 2013)



































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