jueves, 9 de agosto de 2012

ROMANCE DEL SÍNDIC DE GREUGES

ROMANCE DEL SÍNDIC

Hoy narro las aventuras
de un Rafael, encumbrado
por defender los derechos
de todos los ciudadanos
de la Nación Catalana
(según propios Catalanos)
al ser Defensor del Pueblo
y de Derechos Humanos.
O séase, la “rehostia”
este ejemplar ciudadano.
Nos deja patidifusos,
perplejos y acojonados
el trabajo de este hombre,
tan justo y sacrificado
que, renunciando al reposo,
merecido y bien ganado
tras liberar de injusticia
a todos los ciudadanos
de la amplia Cataluña,
cogió “Derechos Humanos”
que tenía, de sobrantes,
guardados en su Despacho
y, sin andar con miserias,
los fue metiendo en un saco.
El mundo es un laberinto
con los hombres abusando
y millones de mujeres
víctimas de los maltratos;
hay empresas abusivas
en derechos del trabajo
y hay niños, enflaquecidos,
mamando de los colgajos
donde debieran sus madres
tener suculento plato.
Visto lo visto, Ribó,
hombre serio y bien bragado.
Síndic (¡casi ná!) de Greuges,
tras haber solucionado
las pendencias catalanas
y derechos instaurados,
empezó a sacar billetes
para lugares lejanos
y, por una vuelta al mundo
de Juan Sebastián el Cano,
él, se la dio cuatro veces
y se nos quedó “tan Pancho”;
ni un solo euro gastó,
que es catalán, a lo macho,
donde la pela es la pela
y la pela va pal saco.
Rafael Ribó, consciente,
los fue cargando al Erario
con ese “Gratis Total”
de los Altos Funcionarios,
que España paga después
y, a escote, no es para tanto.
Dar cuatro veces la vuelta
al mundo, en solo dos años,
no es tarea de mindundis
pues se requieren redaños;
y, más, llevando a la espalda
tantos “Derechos Humanos”.
Llegado que fue a Taipéi
que es un lugar muy lejano
y donde abundan los chinos
como en Canarias los plátanos,
abriendo el saco, donó
muchos derechos humanos;
y le faltó el canto un duro
pa dejarlos liberados
de la opresión de Pekín
y el Comunismo nefasto.
Así, Rafael Ribó
en los países lejanos
jugaba en partida al “tute”
los sus Derechos Humanos;
y todas esas partidas
las ganó siempre cantando:
Kazajastán, canta en oros;
canta espadas en Belgrado;
en Aguascalientes, copas;
en Cuba tocaban bastos,
pero pensó inoportuno
cantar Derecho a los Castro
y se fue hasta Buenos Aires
para cantar unos tangos.
En Zambia bailó Sardanas
con los sus brazos en alto
causando la admiración
de negros y algún mulato.
Cuatro vueltas le dio al mundo
a lo largo de dos años
dejando como un mindundi
a Juan Sebastián el Cano.
Con gafas de sol Turrull
(por CIU es Diputado)
dice que daña la vista
semejante despilfarro
y, más, en tiempos de crisis,
cuando se precisa ahorrarlo.
Diputada del PP,
Alicia Sánchez-Camacho.
le ha recordado a Ribó:
“no se puede viajar tanto;
que es Síndic de Cataluña;
la ONU le sobra en ancho”.
Albert Rivera propone:
“el Síndic está sobrando,
si al año setenta días
deja el puesto de trabajo
para disfrutar turismo
por los países lejanos”.
El Síndic (¡casi ná!) de Greuges
realiza un informe al año
y él dice que es de Justicia
cobrar por este trabajo.
Mientras, se ríe, a lo puta,
o séase, por lo bajo;
y, alguien, le oyó murmurar:
¡Que me quiten lo viajado!

(León, 18 de Julio de 2012)

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