martes, 24 de marzo de 2015

ROMANCE DE LA PAREJA (Memoria histórica de nuestra democracia)

Como quedara vacante
el despacho que ocupara
Don Miguel, tan sabiamente,
cuando dio por terminada
la expropiación de panales
para endulzar las Españas,
y se nadaba en la miel
sin amarguras amargas,
que eran muchas las colmenas
que quitó a la abeja Maya,
Felipe cogió el farol,
cual Diógenes en el ágora,
y encontró un cerebro gris
procedente de Tafalla
para administrar la miel
y, si posible, aumentarla.
La vaca que no se ceba,
si se la ordeña a mansalva,
al final se queda seca
y es imposible ordeñarla.
Colocó a José Borrell
como adjunto de Solchaga
para administrar los duros
que producía la patria.
Formaron, los dos, pareja
y emprendieron la jugada.
Sobre un tapete, muy verde,
símbolo de la esperanza,
montaron una gran timba
y al pueblo desafiaban
a una partida de mus,
que era partida obligada.
El español, resignado,
sobre el tapete apostada.
No había modo de ganar
a la pareja macabra
que repartía los naipes
y los naipes se mostraban
adversos al jugador,
propicios a los barandas.
Si te salían dos pares
de sotas, cosa muy rara,
ellos tenían parejas
de reyes, bajo la manga.
Así sacaban los duros
con esas cartas marcadas,
sin ofrecerte ocasión
de examinar la baraja.
Si resultaba, al final,
tuya la última baza
y habían de devolverte
lo que antes te quitaran,
no pagaban de inmediato,
ni decían:   ven mañana
y cóbrate en ventanilla
que la cosa está muy clara;
sino, acércate a fin de año,
que está jodida la banca
porque en los fondos secretos
tenemos fugas extrañas.
Cada año, más harina
la pareja colectaba
para amasar en su artesa
las magníficas hogazas
que engordaban al amigo,
al pariente y al machaca
que portaba su carné
y les reía las gracias,
y le llamaba gigante,
siendo un enano Solchaga.
En el arte de amasar,
de hacer panes y empanadas,
era un maestro Borrell,
ya que tenía mamada
la ciencia, desde muy niño,
en tahona leridana,
donde aprendió a ejercitar
las manos sobre la masa
y a esconder, bajo las uñas,
la harina que se pegaba.
Chico de panadería,
con una sola mirada
de aprendiz espabilado,
diferenciaba la hogaza
que estaba poco cocida
de la que estaba quemada.
La que salía crujiente
quedaba para la casa.
Al pariente, la mejor;
al amigo, en abundancia;
al socio, lo que es de ley;
al cuñado, en mantecada;
al extraño, lo que sobre;
porque donde está la gracia
es en poner tu sardina
la más próxima a las ascuas;
que es lógico que más mame
quien tiene la vaca en casa.
Por eso, su santa esposa
montó una ONG extraña,
que era un puente largo, largo,
hasta América lejana;
las subvenciones que Hacienda
a los pobres les mandaba,
porque en España no había,
por el puente se pasaban;
como era una ONG
vete a saber qué ganaba;
el dinero fue abundante…
¿Cuánto quedaría en casa?


                                      (15 de Marzo de 1998)

3 comentarios:

  1. querido amigo eres la reostia personificada me alegro ojala huviera muchos mas y que se les escuchara un abrazo querido amigo

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  2. Como verás, amigo Arturo, la Memoria de ZP no menciona estas circunstancias, verdaderamente importantes para comprender la Historia de los últimos años; así, que tengo que hacerlo yo. Un fuerte abrazo.

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  3. Como verás, amigo Arturo, la Memoria de ZP no menciona estas circunstancias, verdaderamente importantes para comprender la Historia de los últimos años; así, que tengo que hacerlo yo. Un fuerte abrazo.

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