A Ana
Fernández
En la
Provincia de Córdoba,
si
buscas, hallas un pueblo:
su
apellido es la provincia
y por
nombre lleva Priego;
o sea,
Priego de Córdoba,
cuna de
grandes portentos
que han
dejado en su historia
extraordinarios
recuerdos.
Niceto
Alcalá Zamora,
primer
Presidente electo
de la
Segunda República
fue uno
de estos sujetos,
aunque
cierto día en Cortes
a su
cara le dijeron:
“Usted
es tonto en Alcalá,
en
Zamora y hasta en Priego”.
Su
tiempo de presidente
le
resultó muy efímero,
pues le
dieron calabazas
en
examen del Congreso.
Este
pueblo es la cuna
de un espléndido
lucero:
Elena
Cortés Jiménez,
se sueña
gloria del pueblo.
Pudo ser
Juana de Arco,
pero, al
meterse en progreso,
cambió
la fe en el camino
por
convencimiento ateo;
religión
y progresismo
son dos
conceptos opuestos;
fue la
razón de la quema
de
iglesias y conventos
en la
Segunda República,
que
presidía Niceto.
Elena
pudo ser rosa;
quedó en
cardo cunetero
cuando
se asomó al balcón
al paso
del Nazareno;
realizó
cacerolada
usando
lenguaje obsceno
y se
creyó superior
al reír
la fe del pueblo,
ya que
burlarse de Dios
es
símbolo de progreso.
Elena,
cual la Pajín,
es
socióloga, de lejos,
ya que
cursó en la UNED
para que
sus compañeros
de
Universidad, los torpes,
no
ordeñasen su cerebro
y con el
plagio lograsen
salir de
putos catetos.
Edilesa
de Cultura
(cordobés
Ayuntamiento)
quiso
imponerles la ciencia
de
insultar a Nazarenos,
dado que
a ella la mola
lo
mismito que a Niceto;
a ella
las procesiones
también
la alteran los nervios.
Por esa
puta manía
de poner
analfabetos
que no
tienen puta idea
ni
ningún conocimiento
de los
temas a tratar,
le
dieron el Ministerio,
por
socióloga lejana,
de
Vivienda y de Fomento.
Estuvo
en la Caja Sur
con
sillón en el Consejo
y por
reunión, tipo exprés,
cobraba
trescientos euros.
Sucedieron
mil desahucios
en
Córdoba en aquel tiempo
y, por
tener mucha prisa
en
cobrarse los trescientos,
nunca se
paró a pensar
en los
grandes sufrimientos
de
familias desahuciadas
sin
cobertura de un techo.
Ella
iba a lo que iba:
a rebañar
los trescientos
en
reuniones, rapiditas,
que es
hacer oro del tiempo.
Hoy
sufre y sufre la niña
y
soporta el sufrimiento
viendo
trepar a Colau,
(Ada sin
hache, por cierto)
como
crece grande, grande
por
brutales escracheos.
Como lumbrera
es a bruto,
es
Fomentina a Fomento
y va
diciendo a la Prensa
sus
íntimos pensamientos:
--“¡Si
yo no fuese Ministra
de
Vivienda y de Fomento,
estaría
ahora escracheando
a
criminales peperos
que,
chupando del erario
no hacen
puto caso al pueblo;
el
pueblo les ha elegido
y ahora
ignoran sufrimientos
de
quienes pierden sus casas
quedando
entre tierra y cielo”.—
Así
hablaba la niña
Fomentina
de Fomento.
De
pronto surge una luz
sobre su
iluso cerebro:
--“Si
el Banco embarga viviendas,
nosotros
embargaremos
todos los
pisos que embarguen.
Nosotros
expropiaremos,
como
Cristina a Repsol,
sin
contar con justiprecio;
si ellos
los tienen vacíos,
es justo
les expropiemos.
Esas
cinco mil viviendas
que de
vacías tenemos
anunciadas
en la Web,
es
preciso que borremos;
son pa
vender y arrendar
no pa
cubrir los sin techo”.—
Quedó
Fomentina horonda,
quedó
Griñán sonriendo,
y, en la
lejanía, Toxo
reía y
tocaba un güevo,
pues la
Ley de la Taruga,
Fomentina
de Fomento,
les caen
a Colau y a él
como
llovida del cielo;
esa ley
les justifica
seguir
con los escracheos
y a
saltar esas viviendas
de
criminales peperos.
“Si
ellos tienen el poder,
estos
escraches son nuestros”.
(Madrid,
11 de Abril de 2013)
Al principio me perdí un poco, pues desconozco el tema, pero siguiendo el hilillo acabé por hacerme un chal jejejejejee. Genial, mil besos
ResponderEliminarMe alegra que, al final, te hayas podido hacer un chal; ya veo que te va el tricoteo; los chales son buenos para las tarde-noches de verano, pues muchas noches refresca que no veas y un chal sobre los hombros, qué quieres que te diga, pues alivia la intemperie. Mil besos.
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