lunes, 4 de mayo de 2015

ROMANCE DEL IRRESPONSABLE 4º (Declaración de Zarrías)

Por la puerta del Supremo
hoy cruza Gaspar Zarrías;
el rechoncho gordezuelo
va a contar sus correrías
ya que, a pesar de bajito,
es grande de Andalucía.
Virrey, dijo Ruiz Mateos
y alguna razón tendría,
que tuvo trato frecuente
y alguna que otra comida
por un asunto de EREs.
Rumasa en Andalucía
no es que los necesitase;
por una puerta salía
gente que volvía a entrar
después de unos cuantos días;
pero había muchos millones
por ser una lotería
que cobraba quien compraba
los boletos con mordidas.
Cual simple Hombre del Frac
cobraba las requeridas
comisiones acordadas
el íntimo de Zarrías.
El intrigante Juan Laza,
un astuto ex ugetista
que hacía de testaferro;
subvenciones concedía
con un poder absoluto
a medias con el Rey Midas,
Secretario de Trabajo,
que firmaba las partidas.
¿Tenía tanto poder
un simple ex sindicalista
o era la “voz de su amo”
y la sombra de Zarrías,
repartiendo subvenciones
y cobrando las mordidas?
Le convoca el juez Barreiro
y él acude hoy a la cita,
pues no queda más remedio,
de lo contrario, no iría.
El juez está interesado
en que alguien le dé noticias
sobre el asunto confuso
de EREs de Andalucía.
De implicados ribereños
la juez Alaya en Sevilla
tiene muchos casos claros
recogidos en gavillas;
que ya amontona en la era
en espera de la trilla
y, más tarde, el molinero
irá moliendo la harina.
Pero los pinos del monte,
arraigados en la cima,
están demasiado altos
para la juez Merceditas;
por aforo, es el Supremo
quien vareará las piñas.
El tercer lado del triángulo
(Chaves, Griñán y Zarrías)
se presenta de cateto
o hipotenusa, podría;
pues, según los Ruiz Mateos,
vi reinaba Andalucía.
Como a los tres anteriores
Barreiros le ofrece silla,
al ser Gaspar culi bajo
asienta el culo enseguida.
--“Vamos a ver, Don Gaspar,
yo espero me dé noticias
de un asunto complicado
que a mí, de verdad, me intriga,
porque me han dicho y me consta
que en toda la Andalucía
no se movía una paja
sin permiso de Zarrías”--.
--“Es una exageración;
yo se lo aseguro a Usía”--.
--“Exageración o no,
yo quiero que usted me diga,
sin andarse con rodeos
y de  una forma precisa,
cómo se consideraban
en “Consejillos” partidas
que pasaban al gobierno
pa que fuesen concedidas”--.
--“Le advierto que a “Consejillos”
yo, apenas, si asistía”--.
--“No cambie la realidad”--.
--“Bueno, era el presidente
de vice Consejerías.
Veíamos modificaciones,
la idoneidad de las partidas
por si no fuesen acordes
como  la ley exigía”--.
--“¿Nunca vieron nada raro;
eran tan cortos de vista?”--.
--“Nadie planteó objeciones
al pasarlas la revista;
traían el visto bueno
de cada Consejería
y firmas de la Inspección;
aprobamos las partidas”--.
--“¿De qué inspección me habla usted,
si la tenían prohibida?
¿Está usted de cachondeo
 o me toma por un lila;
siempre fueron posteriores
y, por cierto, no atendidas”--.
--“Sería cosa de Chaves
que les tenía manía
a informes de la Inspección;
y que Griñán pensaría:
“mira que leer para nada;
ya los leeré otro día”.
Pero no soy responsable
de lo que otros hacían”--.
--“¡Otro irresponsable más!
Si es que brotan a porfía.
En fin, los irresponsables
llevaron a Andalucía,
entre choriceos macros,
a lo que hoy es una ruina.
¿Qué me dice de Juan Lanza?”--.
--“Yo apenas le conocía;
creo que le vi un ratín
en las Cárnicas Molina;
era miembro del consejo
por ser un sindicalista.
La empresa iba muy mal
y fui a salvarles la vida”--.
--“¿No es cierto que ustedes dos
con Ruiz Mateos comían
negociando cinco ERE
con excelentes partidas
y seiscientos mil, por cada,
el tal Lanzas cobraría
en billetes de quinientos,
tal como él exigía?”--.
--“Yo no me acuerdo de nada;
mala memoria la mía”--. 
--“O sea, que de los ERE…”--.
--“¿EREs?... ¿EREs?... ¡Qué manía!
Yo me enteré por la prensa
hace, apenas,  cuatro  días”--.
--“Nadie se acuerda de nada;
nadie tenía noticias;
nadie recibió un informe
de Inspección. Se extraviarían”--.
--“De nada soy responsable”--.
--“La verdad; me extrañaría.
En fin; otro irresponsable
gobernando Andalucía”--.
--“Dígame, en los Consejillos,
¿de qué temas discutían?”--.
--“Pues hablábamos de futbol:
de si ganaba el Sevilla
o si empataba el Betis;
de si ascendía el Córdoba
o el Huelva descendía.
Era un asunto vital
para nosotros la Liga”--.
--“Puede irse a sus asuntos.
Le convocaré a otra cita;
por ver si recuerda algo
o su conciencia espabila”--.
Al Parlamento se fue
a seguir mamando guita,
este noble Diputado
que mamó toda su vida.
--“La verdad, ¿a quién le importa
siendo yo Gaspar Zarrías,
el gordito del PSOE
y enano de  Cazalilla?”--.
Musitaba este elemento
cuando salía deprisa.


    (Madrid, 2 de Mayo de 2015)

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