ROMANCE DEL EXBELLOTARI
Tras conocerse la noticia y los detalles de facturas pagadas por la
Junta, se armó un escándalo tremendo en la prensa y el Presidente Zapatero le
trajo a Madrid y le nombró Consejero de Estado (otro chollo, por el cierre de
su Casa Rosada y manteniendo la mamandurria) Pero, ¿qué coño va a aconsejar
este Ex Bellotari?
Los campos de Extremadura
triscó Rodríguez Ibarra
desde los primeros tiempos
de, ésta, nuestra democracia.
Si cogió una tierra humilde,
tierra de cerdos y cabras,
de alcornoques y de encinas,
de romero y de carrascas,
tierra de hidalgos antiguos
con poco oro en sus arcas,
tierra de braceros rústicos,
tierra de pobres a manta;
tras un periodo tan largo
de rústica gobernanza,
de unos veinticuatro años,
la vino a dejar intacta;
que aunque era progresista
él no quiso progresarla;
sigue a la cola de Europa,
sigue a la cola de España
y encabrona a catalanes
cansados de financiarla.
Jaime Campmany nombró
Bellotari al tal Ibarra
que, cuando abría la boca,
paría bellotas a manta
con las que cerdos ibéricos
enriquecían sus nalgas:
jamones de pata negra,
jamones de pata blanca
con un regusto, que dicen,
maravilla paladeada.
Es verdad que a Extremadura
sí que la cambió la cara:
la llenó de funcionarios,
que muchos euros costaban,
y puso coche oficial
hasta a pastores de cabras
para que fuesen de cómodos
entre encinas y carrascas;
no fuesen a desgastar´
cáñamo de la alpargata.
Antes de irse al exilio,
que jubilación se llama,
confeccionó un estatuto
que a los “ex” aseguraba
vivir mejor que el Onasis,
el sultán de Samarkanda,
la familia real saudí,
y a este estatuto se ampara.
Conocidas las noticias
de la vida regalada
del que hizo su propia ley
con el fin de disfrutarla
y vivir, de “exbellotari”
mejor que en tierra de jauja.
Dos millones han costado
cuatro años de vagancia
a éste, que fue Bellotari,
que la Junta le regala:
sin explicar las facturas
va a la Junta y se las pagan.
Precisa la Extremadura
anular la democracia,
olvidarse de comicios
y dejar eterno a Vara;
siempre saldrá más barato
que si el PP le ganara
y le hace Exbellotari
doblando con el Ibarra
gastos que en tiempos de
crisis
ningún presupuesto aguanta.
De cada cien, veintisiete
son las personas paradas
que no producen riqueza
pero ayudan a mermarla;
así llega Extremadura
a ser más deficitaria
y el catalán se cabrea
porque dice que él lo paga.
Se ha montado Exbellotari
toda una Casa Rosada,
(rosada por el capullo
y el puño, por lo que apaña),
que no tiene que envidiar
en lujo a la Casa Blanca.
Tres mil euros de sofá
por tener blandas las ancas
para leerse la prensa,
además de no hacer nada;
treinta mil euros de prensa
lleva el andoba gastada.
Seiscientos de lencería,
entre sostenes y bragas;
¿trajinará cada día
alguna tierna potranca
y en las precipitaciones
queden las prendas rasgadas?.
Un millón y medio gastó
entre comprar y amueblarla
la que él dice su oficina
y digo Casa Rosada.
Cuatro coches, como soles,
le mantiene por la cara
la Junta de Extremadura
que de euros va sobrada:
el Audi ocho, equipado
como no lo está la NASA.
Le paga cuatro empleados
que le ayudan a hacer nada;
le paga seguridad
y, además, sofisticada
para que los terroristas
no le cacen por la espalda
y queden cerdos ayunos
de las bellotas de Ibarra.
La Junta le paga trajes,
los zapatos, las corbatas,
camisas de seda fina
y las chaquetas de pana
que se enfunda en esos
mítines
en los que ahora apoya a
Vara.
Una factura de flores
de tres mil euros del ala
dan para alfombrar entera
la ciudad de rosas blancas.
En fin, que son dos millones,
por su jeta y por su cara,
lo que cuestan cuatro años
de una opípara vagancia.
Si ahora dejamos de Ex
también a Fernández Vara,
ni recuperando el oro
que a Moctezuma robara,
tras la batalla de Otumba,
Hernán Cortés, por las
bravas;
ni sumando el que Pizarro
esquilmó al Atahualpa
cuando conquistó Perú
con las mismas artimañas,
le serían suficientes
para pagar diez añadas.
(Madrid, 31 de Mayo de 2011)
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