ROMANCE DE LA CABRA DEL
TERCIO.
A Marcos Andrés Mínguel
Por razones naturales
cogen las moscas mosqueos;
cual, por motivos políticos,
las cabras cogen cabreos.
Ha salido Félip Puig,
armado de Caballero
con su casco de razones
donde florece el plumero
de una cola de avestruz
que, a fuer de ser sinceros
como morrión no es lucido;
como razón, mucho menos
y no anula su calaña
de gilipichi mostrenco
y soñador de imposibles,
aferrado a sus deseos
de construirse un Estado
para seguir de chupóptero.
Líder independentista
nos apunta con el dedo
y, con orgullo increíble,
promete armar un ejército
con los sus Mossos d´Esquadra;
dice tener armamento
en arsenales ocultos
muy cerca de los Monegros
y, si la España persiste
en negarle su derecho
a tener Estado propio
en los lares europeos,
armará Mossos d´Esquadra
y nos romperá los cuernos.
A Puig la Constitución
le viene a importar un bledo,
como le importa un carajo
las sentencias del Supremo
y pasa por la entrepierna
el Estado de Derecho.
Catalonia es Catalonia:
la forma un mítico pueblo
que, ya en tiempos
ancestrales,
tenía un Glorioso Reino;
conquistó el Mediterráneo,
subyugó múltiples pueblos
y hasta la Constantinopla
vio el “despertar de sus
ferros”
y soportó, en carne propia,
cuando arrasó a sangre y
fuego
las traiciones otomanas
de un Sultán, muy
traicionero.
Tiene su propio Colón
que descubrió un Mundo Nuevo,
aunque no catalanizó,
pues apenas tuvo tiempo;
que la vida es limitada
y la “tierra es de los vientos”.
Artesanos catalanes
la Dama de Elche ficieron
en unos tiempos lejanos,
cuando habitaban Iberos
en aquella España antigua
donde fundara su reino
la realeza catalana
casta del Colón moderno.
Llegado que fue a este punto
de amenazas, en plan bélico,
de Félip Puig con sus Mossos
para arrasarnos el suelo,
berrea la Cabra noble,
esa Cabra de los Tercios
que se opondrá a Félip Puig
por amenazar sus cuernos.
La Cabra de la Legión
proclama su gran cabreo,
pues quiere sobar sus ubres,
como a España toca huevos,
ese imbécil “calvorota”
que quiere montar ejércitos.
Le dice la noble Cabra
al valeroso Sargento
que la ordeña, cada día,
mientras le regala el pienso:
--“Beeee, Manolo; beeee,
Manolo;
ve y dile a tol Regimiento
que mantengan en holganza
el valor patrio y guerrero,
pues yo me basto y me sobro
pa derrotar a ese “Ciezo”;
al tal Félip Puig y Mossos
en un santiamén meriendo.
Beeee, Manolo; beeee, Manolo.
Que no se preocupe el Tercio;
que dejen las armas quietas;
será un combate incruento”.--
--“¿Cómo piensas combatirles?
Tiene los Mossos por cientos
y, puestos a dar de hostias,
dicen que son los primeros
cuando hay manifestaciones
o acampadas de voceros”.--
--“Beeee, Manolo; beeee,
Manolo.
Yo tengo duros los cuernos
y, antes que me soben ubres,
haré rodar por el suelo;
golpearé con testuz
sobre el nido braguetero,
justo donde la barriga
tiene el “sobao pendenciero”;
Félip Puig verá a sus Mossos,
descojonados, en suelo
y el sueño de Independencia
se quedará en simple sueño.
Beeee, Manolo; Beeee, Manolo.
¿Qué hace ese avión
pendenciero?
Ve y que le avisen, deprisa;
va al catalánico cielo
y la tal María Badía
denunciará, al Europeo
Consejo, una invasión
de la aviación y ejército”.--
Llegó noticia a los Mossos
de la Cabra con cabreo
y le dijeron a Puig:
--“ A la Ley nos atenemos;
pues somos sus defensores
y no de intereses necios
que pretenden formar Patria
para hacer sus mamoneos.
¿No habéis robado bastante?
Si habéis arruinado al Pueblo
y tenéis las nuestras nóminas
al albur de nuevos
préstamos”.—
Tras escuchar perorata,
Puig se retiró, en silencio.
Una cabra siempre es cabra
y terrible con cabreo.
(Calpe, 23 de Octubre de 2012)
Gracias por la dedicatoria, amigo Eloy.
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