--“¡Te chinchas;
que no te ajunto!”--.
Luciendo un
sacro cabreo
repudia al Señor
Rajoy
este presidente
isleño,
como niño gilipichi
con ramalazo de
necio.
Hay cosas que no
nos cuadran
del Presidente
Rivero:
cuando se habló
de petróleo
y se anunciaron
sondeos,
como en la
Moncloa estaba
el nefasto Zapatero,
demostró
felicidad
y consideró muy
bueno
pudiese hallarse
riqueza
en sus marinos
terrenos;
le agradecía a
Repsol
extrajese el oro
negro
que era bueno
para España
y también pa los
isleños.
Por esa
costumbre hispana
de aficionarse
al “teteo”
cuando manda ZP,
que quita leche
al ternero
y lo cambia por
los votos
que pide en el
Parlamento,
se cogen vicios
mayores
y se persiguen
ordeños.
A ZP, lo que
pida
que, en regalar,
es primero
si le concedes
los votos
para una ley en
proyecto.
El canario es
solidario
y apoya a los
gobiernos
que , en el zoco
de la Cortes,
compra los votos
con euros,
con pagos
extraordinarios
o con gordos
privilegios.
Rivero fue “hombre
de estado”
con José Luis
Zapatero
y le vendía los
votos
porque había
mercadeo
en el zoco de
las Cortes
para buscar un
consenso;
cuando éste no
salía
él se acogía al
decreto.
Otra arma
pistonuda
que usan
nuestros gobiernos
en esta
partidocracia
donde los más
son los menos;
un grano no llena
silo,
pero ayuda al compañero.
Rivero quería el
petróleo
cuando gobernaba
el muermo;
pero gobierna
Rajoy,
o dígase Don
Tancredo,
impasible a cuanto
pasa,
pasando toros
con cuernos.
Rajoy siempre
está tranquilo
pues dice medir
sus tiempos;
mientras tanto,
cada quisqui
que se valora
supremo
emperador de su
tierra,
va empecinando
sus sueños
como un niño
caprichoso
reclamando
caramelos.
El “derecho a
decidir”
ha resultado un
invento
que hoy reclama
todo quisqui
porque se piensa
heredero
de los votos
populares;
decidir por todo
cristo,
aunque no lo
pida el pueblo.
Hace años fue a
Moncloa
el Presidente
Rivero
y le tarifó sus
votos
a José Luis
Zapatero.
--“Ahora que el
voto está en alza,
como en auge el
mercadeo,
vengo a venderte
los míos
por oceánicos
terrenos;
las aguas que nos
circundan
territoriales queremos
y nosotros
decidimos
si pescar
merluza o mero,
si plantar de
palmerales
o tomates y
pimientos”--.
Ahora considera
suyos
una pila de kilómetros
y los quiere
cristalinos.
Se teme que el
oro negro,
que denominó
Rajoy
hilillos
prastilineros
disolventes en
el agua,
cuando quebró el
petrolero
e inundó de
chapapote
medio litoral
gallego,
se repita en Las
Canteras
y manche a los
extranjeros.
Que la riqueza y
la Industria
siga empadronada
lejos
a pesar de que
Canarias
mantiene un paro
de record.
--“¡Os chincháis;
no os ajunto
ni a Rajoy, ni
al Parlamento,
ni a ese traidor
de Soria,
ni al Senado ,
ni al Supremo.
Hablará el
Pueblo Canario;
haremos un
referendo
y dirán si nos
salimos
o si nos
quedamos dentro.
¡Os chincháis;
no os ajunto!”--.
Dice el “nene”
en su cabreo,
que ahora está
de caprichoso
con ramalazo de
necio.
--“¡Qué País,
Señá Pancracia!
Es un puto cachondeo:
ni se respetan
las leyes,
ni sentencias
del Supremo;
tampoco a la
Carta Magna,
ni decisión del
Gobierno.
Solo respeta las
leyes
el Rey Godo
Recaredo”--.
(Madrid, 26 de Agosto de 2014)
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