domingo, 6 de octubre de 2013

ROMANCE DE NICOMEDES

El tío Arturo, empecinado,
cubre testera con gorra;
tiene un  burro, Nicomedes,
nombre que avala su historia
ya que el burro hocica cardos
y, desque tiene memoria,
sueña con alfalfa tierna,
y algún nabo o zanahoria.
De potrillo probó alguna
y le supieron a gloria
y ahora sueña que te sueña:
con las zanahorias soña;
sueña con nabos orondos;
sueña con hierba jugosa;
sueña con trigales tiernos,
con alfalfa y achicorias.
Nicomedes come poco;
siempre está atado a la noria
trabajando, como burro,
unas jornadas muy longas
ya, que entre pitos y flautas,
el burro pasa diez horas,
sin contrato y paja en negro,
dando vueltas a la noria;
es un trabajo cansino
que a Nicomedes desloma.
Saca agua pa regar
una huerta que está próxima
al pozo do saca el agua
que riega las zanahorias;
pero, solamente paja
encuentra de moratoria
a la hambruna de otro día
que tendrá la misma historia:
cardos y paja reseca
para llenarse la andorga.
Nicomedes mira el huerto
pero, si hasta allí se asoma,
el tío Arturo saca el basto
y a bastazos le desloma;
el burro llora, en rebuzno,
los palos que Arturo dona
y se acuerda de su madre,
por lo bajo y como en broma,
porque la madre de Arturo
pudo ser buena persona.
Cuando Nicomedes mira
los brotes verdes que asoman
en los plantío de nabos,
de patatas y achicorias,
piensa que cuando maduren
puede que cambie la historia
y, acaso, le den ración
de papas o zanahorias
que le puedan compensar
las vueltas que da en noria.
Nicomedes se mosquea
pues cuando la madurez
de los nabos y achicorias
parece que está en su punto,
por la noche alguien las roba;
queda el plantío en barbecho
y Melquiades se encabrona
rebuznando explicaciones
al tío Arturo, el de la gorra.
Melquiades pierde esperanzas
que se marchan, por si solas,
ante el vacío del huerto,
dejando al burro en congoja.
Pero Arturo da razones
y Melquiades se acomoda
pues cuando llueven desgracias
el burro siempre se moja;
Arturo abre el paraguas;
mantiene seca la gorra;
pero Melquiades se empapa
desde el hocico a la cola.
--“Nuestra desgracia, Melquiades,
es una desgracia histórica;
nos, trabajamos el huerto;
tú, le riegas con la noria
y, cuando el fruto es maduro,
viene España y nos lo roba.
Es una verdad antigua;
no es una verdad de ahora:
con lo que nos producimos
es España la que engorda”.--
Melquiades gime, en rebuzno;
la explicación le encabrona
y le rebuzna al tío Arturo
que escucha bajo la gorra:
--“Si yo me mato a regar
de sol a sol con la noria,
pienso que me eslomo en balde
si viene España y nos roba.
Yo desde la cuadra vi,
moviéndose entre las sombras,
una manada de amigos
llevándolas por arrobas;
yo no vi ningún chorizo;
que eran butifarras todas,
pues llevaban barretinas
y el español usa boina”.--
Entonces el tío Arturo,
apoyándose en la historia,
le fizo al burro Melquiades
su narración fabulosa.
--“Esta tierra fue un gran reino
antes de la España Goda;
si Fernando se casó
con Isabel la Católica,
ni Pujol ni yo le dimos
permiso para la boda.
Va para trescientos  años
que las tropas españolas
vinieron a dar pol saco
y tomaron Barcelona;
el reino se fue al carajo
y, desde entonces, nos roban.
Yo, Melquiades, te prometo
que voy a cambiar la historia.
Te llevaré hasta la cumbre
donde hay hierba muy jugosa;
tendrás, por día, dos cestos
de nabos y zanahorias;
decidiremos destino
y por senderos y trochas,
por caminos empinados,
atajos y corredoiras,
te llevaré a un paraíso
y viviremos a solas.
Romperemos los amarres
de esta España que nos roba
y disfrutarás de pastos,
de nabos y zanahorias;
vivirás tiempos felices
y te hartarás de achicorias”.--
Quedó Melquiades pensando
con su inteligencia monda
si el tío Arturo le engaña
y tanta promesa oronda
se quedase, con el tiempo,
en realidades lirondas.
Bajó Melquiades la oreja
y se marchó hasta la noria
para emprender su camino
en ruta circulatoria.;
que, si Melquiades es burro,
aquí paz y después gloria.


      (Calpe, 2 de Octubre de 2013)

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