domingo, 23 de junio de 2013

ROMANCE DEL MENÚ VENEZOLANO

A Liliana Velásquez

Se dice que era riquísima
en tiempos  no tan lejanos
la tierra que Dios donó
al pueblo venezolano.
Tierra que atrajo emigrantes:
los gallegos, los canarios,
más gentes de otros lugares
que se fueron integrando
y fueron creando industrias
o trabajando los campos.
Venezuela, un País rico
que ha ido depauperando,
en parte, por la incultura;
en parte, porque robaron
quienes debían mirar
por las Arcas del Estado
y dar servicios correctos
al pueblo venezolano
que es quien, a fuerza de impuestos,
va alimentando el Erario.
Andrés Peres fue a la suyo
que, al final, tuvo logrado;
el pueblo se empobrecía,
pero enriquecieron capos
amigos de los amigos,
del poder y de los cuartos.
En este batiburrillo
viene un “iluminado”
que dio, unos años antes,
fallido Golpe de Estado.
Hugo se metió en Campaña;
la hizo vociferando ;
como enviado de Dios
fue quien voceó más alto
y fue arrastrando las masas
en plan revolucionario.
Luchador contra el Imperio
de los norteamericanos,
en deriva hacia la izquierda,
llegó a Cuba de los Castros
y estos le daban ideas
por petróleo regalado.
Voceras impertinente;
pesado, cual vaca en brazos;
capaz de parlar diez horas
por la tele y por la radio
y mantenía en las diez
prepotencia y desparpajo,
lanzando grandes proclamas
o bailándose un fandango.
Él incautó, por las bravas,
las industrias y los campos,
sin pagar lo que robaba
pues robaba pa su Estado.
Así, la industria, pal Pueblo;
y, para el pueblo, los campos;
como todo era de nadie
nadie quiso trabajarlos.
Todo se iba a la ruina;
todo se iba al carajo.
Subvencionaba el petróleo;
subvencionaba a los Castro
y se pasaba la vida,
Don Hugo, subvencionando
pa formar su coalición
de Imperio Bolivariano.
A la Prensa Independiente
amordazó, expropiando.
Solo existía su voz
para los venezolanos;
unos, le aplaudían mucho;
otros, silbaban por bajo;
pero allí solo valían
sus normas, por sus colgajos.
Un día fue, enfermo, a Cuba
y de Cuba dio el gran salto
que le llevó al “más allá”
y, en “más allá”, hoy es Santo.;
le canonizó maduro
para apropiarse del mando.
Ahora Maduro se encuentra
los almacenes mermados
por la escasez de alimentos
y decidió racionarlos:
Él decide, cada día,
el Menú Venezolano:
los lunes, un poco chichi;
los martes, un par de mangos;
miércoles, unas sardinas
porque hay que comer pescado;
jueves, arroz  con dos huevos
y tomate, por cubanos;
el viernes patatas viudas
y, si no hay patatas, nabos;
el sábado sabadete
un chorizo y dos boniatos;
el domingo es especial
el Menú Venezolano
ya que Maduro permite:
de primero, sopicaldo;
de segundo, una ensalada,
dos muslitos y un banano
que viene a ser un tercero
con su postre incorporado.
Del higiénico papel,
pa controlar vaciados,
se permiten tres hojitas
los miércoles y los sábados;
también pueden limpiar dientes
cuando hay pasta en el mercado.
Desde el cielo, inspira Chaves
(hoy santo venezolano)
transmutado en pajarito
con sus mensajes trinados.
Así, con suaves piitos,
Maduro va gobernando
con las consignas del cielo
más consignas de los Castro
y va conduciendo a ruina
al Pueblo Venezolano.
Así, cuando en los Comicios,
las buenas gentes votaron,
fueron unos a Capriles
y otros al No-Madurado;
pero, al hacer el recuento,
siguió consejos de Castro:
--“Tú cuentas a conveniencia;
no consientas recontarlos;
así lo hacemos en Cuba
y siempre ganan los Castro;
esta fórmula no falla
y siempre saldrás ganando”.--
Él no dice claramente
si fue inspiración del Santo,
si se le ocurrió a él solito,
o fue idea de los Castro.
Cuando sea el Comunismo
en Venezuela instaurado,
nadie tendrá nada propio;
todo será del Estado;
pero los precios serán
los que decida el mercado.
Fidel ya les racionó,
largamente, a los cubanos;
lo mismo que, en los cuarenta,
a España racionó Franco.
Este puede ser el quid
del Menú Venezolano:
o sea, los lunes, chichi;
los marte, un par de mangos.
Son las Leyes de Maduro
que, hasta hoy, no ha madurado.

       (Madrid, 14 de Junio de 2013)


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