A Vicente Gil
Sauco
Habían sido unos
días
de duro y arduo
trabajo:
ocupar campos de
un Duque
que los tiene
abandonados;
tan solo pa
criar hierba
que pacen sus
toros bravos.
No puede ser
permitido
pa comunistas
airados:
“la tierra pa
quien la labre”;
pero ellos no la
labraron.
Mientras fuera,
en la terraza,
estaban siete
parados
repartiéndose
dos birras
y las olivas del
plato,
vemos a cuatro
“elementos”
reunidos en
reservado
y zampándose
mariscos
cual si fuesen
regalados.
Como la Guardia
Civil
fue hasta la
finca a expulsarlos,
vino a acudir en
su apoyo
el su amado Jefe
Cayo.
Torrijos comía
cigalas,
sus ostras de
Arcade Cayo,
centollos el
Gumersindo
que era un jeta
liberado
y seis langostas
trincaba
el “listo” de
Gundisalvo.
Oigamos lo que
decían,
entre bocado y
bocado.
--“La cosa fue
como cuento”.—
(dijo Torrijos a
Cayo)
Vino un Sargento
Civil
y a mí, que
estaba tumbado,
me dice, así,
por las buenas:
tenéis que salir
del campo,
que está
prohibido okupar
y no podéis
okuparlo.
Yo le contesté
al Sargento:
Solo estamos
sesteando”.--
--Pues a sestear a casa.--
--“Es que el
césped está blando”.--
--“Pues búscate
un buen colchón,
si estás tan
desriñonado”.--
--“No tienen
educación;
son unos putos bastardos”.--
Vino a decir
Gumersindo,
entre bocado y
bocado.
--“Yo dije a los
camaradas:
a hostias vamos
a echarlos
que somos
nosotros más
(puntualizó
Gundisalvo)
que no es justo
cebar toros
cuando ayunan
los parados”.--
Mientras fuera,
en la terraza,
no había olivas en
el plato.
--“Os pido
tranquilidad”--
(les vino a
calmar Don Cayo)
yo tengo la
solución
pa terminar con
el paro”.--
--“Difícil veo
el asunto.
¿Podría usted
explicarnos?”.--
Le preguntó
Gumersindo,
que se estaba
atragantando
con la cola de
langosta
que zampaba,
gulizando.
--“Explícanos
con detalle”.--
Pidió Torrijos a
Cayo,
zampándose una
cigala
de veinte que
había en su plato.
--“Prestadme
mucha atención
porque ahora voy
a explicaros:
--“Treinta mil
reclama el Ruba
de los millones
sobrados
de la ayuda que
dio Europa
para sanear los
bancos”.--
--“Pero Mérkel
se los niega”.--
Puntualizó
Gundisalvo.
y del vino de
Jerez
vino a abrevar
otro vaso.
--”Escúchame
bien , Torrijos,
que lo traigo
muy pensado:
pediré sesenta
mil
en Congreso y en
Senado;
que los sumen a
la Deuda,
que ya la iremos
pagando;
es solo cuestión
de tiempo
y de eso estamos
sobrados”.--
--“Entonces…”-- (El Gumersindo
vino a preguntar
a Cayo).
¿Por qué esos
treinta mil
a Rubalcaba
negaron?”.--
--“Pedía pa
montar Pymes
y eso es cosa de
los bancos
y, además, por
otra parte,
restaban pocos
parados”.--
--“¿Y esos tus
sesenta mil…
¿Te molesto al
preguntarlo?”.--
--“En un
Comunismo neto,
en un Comunismo
sano,
ha de
compartirse todo
y, sobre todo,
el tabaco”.--
--“Pues dame un
puro de esos
que parecen ser
habanos”.--
--“Aquí de lo
que se trata
Es de reducir el
paro,
Justamente a la
mitad
de los
contabilizados”.--
--“Es el
veintiséis por ciento”.--
--“Al trece puedo bajarlo.
Con esos sesenta
mil
contrataré
Funcionarios:
serán unos tres
millones
los que tengo
calculados.
Los tres
millones de sueldos
las gentes han
de gastarlos;
prohibiéndoles
el ahorro
no habrá un euro
escaqueado.
Así crecerá el
consumo;
se saneará el
mercado
que, a su vez,
por pura inercia,
vendrá a crear
más trabajo.
Yo lograré el
“paro cero”
en tan solo
cuatro años”.--
--“La idea es
cojonuda
(dice Torrijos a
Cayo)
pero yo no veo
tan fácil
pagar tantos
funcionarios”.--
--“Subimos IRPF,
exactamente, en
un cuarto;
doblamos, más
tarde, el IVA;
a los ricos y a
los bancos
grabamos con
un setenta
su dinero
acumulado;
habrá pasta
suficiente
para pagar Funcionarios”.--
Se zampó otra
cigala
Torrijos, de las
del plato
y, tras pensarlo
un momento,
vino a sugerir a
Cayo:
--”Si son seis
millones más
los que ya
tienen trabajo,
subiremos a un
millón
el cupo de
liberados
y yo podré
okupar
hasta el Museo
del Prado.
Mira, Cayo, que
me mola
ese plan que has
preparado”.--
--“Podrán
nuestros liberados
zamparse estas
mariscadas
tras su día de
trabajo
de una huelga
general,
hasta quedarse
de jartos”.--
(comentó, tras
un eructo,
el “listo” de
Gundisalvo).
Como aquella de
Bruselas
que dejaron
asombrados,
por la cantidad
zampada,
tanto a propios
como a extraños”.--
--“O como la de
Fray Pastrana
cuando se fue al
extrarradio”.--
Puntualizó el
Gumersindo
para dar idea a
Cayo.
Cayo expelió un
gran eructo
sonoro y
prolongado,
pues tras la
ingesta quedó,
así, como
horondo y jarto.
Aquí paz y
después gloria
y cuatro
elementos hartos
y el Pueblo
español feliz,
pues Lara matará
el paro.
Muy mal lo
tendrá Rajoy
para seguir en
Palacio.
(Madrid, 17 de Mayo de 2013)
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